Capitulo 22 (Extra +18 de Diego y Pamela)

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Diego.






Tomo su cuello y la traigo a mí para besarla con deseo, desesperación y fiereza, me pongo duro cuando su lengua danza con la mía a un ritmo salvaje y tentador, este beso está lleno de morbo, tal y como me gusta, nunca he sido un hombre que solo piensa en sexo, de hecho he estado con pocas mujeres en mi vida pero con Padme todo es distinto, ella es tan inocente que quiero corromperla, ella despertó en mí algo que nunca pensé sentir y ese fue amor y acompañado de ese amor desató la lujuria.

Tomo una fresa con chocolate y se la llevo a la boca, ella muerde y me da una mirada lasciva que hace que mi miembro palpite por las ganas que le tengo. Tomo otra fresa y esta vez la paso por su cuello, el chocolate deja rastro por su piel así que paso mi lengua por donde pasé la fresa hace unos segundos, ella gime mientras lamo y chupo su cuello y el lóbulo de la oreja.

Luego devoro su boca porque quiero tentarla, quiero que ella sienta lo mismo que yo, quiero que se moje para mí.

La llevo cargada a la cama hasta recostarla pero en un movimiento la subo a mi regazo, mientras la beso toco su trasero y su espalda, luego coloco mis manos en sus muslos, voy subiendo mi mano poco a poco por ellos, su piel arde.

Cuando ella siente mi miembro erecto justo debajo de su entrepierna mueve sus caderas para sentirlo, el deseo que estoy sintiendo me vuelve loco es que esta mujer me fascina, ya quiero que gima mi nombre que diga que es mía y que me pida que la folle a cada rato.

Sus manos se pasean por mi torso, palpando lo duro que está mi pecho. Siempre deseé este momento pero no se lo proponía porque estaba esperando el momento que ella me deseara y me lo pidiera para ahí hacerla mía.

—Te deseo...—gime.

Le doy besos húmedos por el cuello y me tomo un momento para apreciar ese olor tan embriagador que la caracteriza, es... Un perfume de vainilla mezclado con la fragancia de su shampoo de coco. También la beso por la clavícula y succiono su piel, me encanta dejar marcas por todo el cuerpo, chupo suavemente el lóbulo de su oreja y lo muerdo.

Con mis manos bajo los tirantes de la bata de dormir y sus pequeños senos quedaron expuestos solo para mí, se me seca la boca cuando los veo, de pronto siento la necesidad de metérmelos a la boca, me llevo uno y con mi lengua rodeo el pezón erecto, lo succiono y lo beso.

La tomo por la espalda y la acuesto, de inmediato ella abre las piernas para que tenga acceso a su entrepierna. Le termino de quitar la bata de dormir y todo su cuerpo queda completamente al descubierto.

—No tienes ni la más mínima idea de todo lo que quiero hacerte en este maldito momento.

Ella sonríe pícara y responde:

— ¿Y por qué no lo haces?

Niego con la cabeza y suelto una risa ronca.

—No me tientes—le advierto,—puede ser tan placentero como doloroso.

Me toma del cuello para susurrarme al oído:

—Quiero correr el riesgo.

Al oír eso bajo hasta su abdomen y succiono su piel, el moretón de inmediato aparece y eso me pone mucho más duro, le doy un pequeño beso justo en el vientre y Padme se estremece debajo de mí.

Le bajo las bragas bruscamente pasa así poder tener acceso a su mojada entrepierna, mientras muevo mis dedos dentro de ella gime y me mira fijamente a los ojos mientras lo hago, está muy lista para que la folle.

—Más... Por favor, dame más —me suplica entre jadeos.

Mi miembro duro palpita y exige que calme el deseo que estoy sintiendo pero antes de hacerlo tengo que advertirle a Padme.

El secreto de los Miller [Parte 1 y parte 2]Where stories live. Discover now