¡ final !

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Las cosas no habían sido nada fáciles.

Tan pronto los padres de Jeongin se enteraron de que su hijo había escapado, habían llenado su teléfono con mensajes amenazantes, diciendo que llamarían a la policía por haber secuestrado a su hijo menor de edad. Por supuesto que lo ignoraron, aunque el peliblanco se sintió mal por eso, sabía que había hecho lo correcto, no seguiría soportando los maltratos de su padre.

Con Hyunjin había pasado igual, la historia se volvía a repetir para Eunbi, sólo que esta vez era su hijo favorito, su heredero, el que había huido de casa, no estaba sorprendida, porque Soobin ya lo había hecho, pero sí estaba decepcionada y ni hablar de su padre, quien había enfurecido al enterarse.

Los padres de Minho no tuvieron la misma razón, sólo le escribieron diciéndole que ya no podía arrepentirse de su decisión.

Justo como Hyunjin les había dicho, se habían quedado en casa de su hermano, un lindo departamento en la ciudad de Seúl, era lo suficientemente grande para los cuatro, pero aun así Minho sabía que no podía aprovecharse de la buena hospitalidad de Soobin. Así que decidió buscar un empleo, primero fueron trabajos de tiempo parcial, luego fue por algo más serio que le diera más dinero, porque sólo podía pensar en sacar adelante a los menores.

El pelirrosa también había conseguido un empleo, y le daba bastante tiempo para continuar con sus estudios, Jeongin por su parte quiso continuar con sus estudios y por supuesto que lo apoyaron, especialmente porque el de ojitos zorrunos se veía muy emocionado por entrar en la escuela culinaria.

Su relación se fortaleció bastante en ese tiempo, Soobin los apoyaba en todo ya que podía ver el amor en los ojos de cada uno de ellos. Y aunque hubieron momentos difíciles, siempre pudieron salir adelante.

Y así, en un abrir y cerrar de ojos, ya habían pasado cinco años desde que escaparon de la triste realidad, cinco años desde que se mudaron a la ciudad de Seúl para vivir su amor.

Cinco años.

Minho no podía creerlo, estaba orgulloso de todo lo que había logrado en ese tiempo, tenía un trabajo estable que le generaba buenos ingresos, y al segundo año ya había podido alquilar un apartamento no muy lejos de donde Soobin vivía, le había agradecido inmensamente por haberlos recibido y cuidado en todo momento, era realmente un buen hermano mayor.

El apartamento era acogedor y tenía dos habitaciones, un baño y una hermosa cocina que Jeongin amó la primera vez que la vió, era un lindo lugar, además era suyo, por fin tenían algo que pudieran llamar propio.

Poco a poco las cosas iban mejorando para ellos.

¡ ☁︎ !

Lee llegó a la cafetería donde había invitado a Hyunjin y abrió la puerta, sonando la pequeña campana y siendo recibido por una cálida sonrisa del rubio, cuando llegó a su mesa plantó un pequeño beso en sus labios para después sentarse y tomar el menú.

— Tengo una hora de descanso, así que aprovechemos a comer.

Hwang asintió con una sonrisa, sabía que su mayor trabajaba mucho, por eso no lo veían tanto como les gustaría, pero todo lo hacía por ellos, sólo para darles lo mejor de lo mejor.

— Buenas tardes, ¿puedo tomar su orden? —una pequeña y dulce voz hizo que ambos chicos giraran a ver al bonito pelinegro que los miraba con una sonrisa en sus labios.

Hyunjin miró a Jeongin vestido con su lindo uniforme y tuvo que controlar el impulso de besarlo, ¿cómo podía ser tan tierno?

— Podrías traernos dos tartas de durazno y dos malteadas de...

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