006

2.1K 150 25
                                    

[narra mark]

mierda, mierda y más mierda. no puedo volver a perder los papeles de esta manera. tengo que controlarme o alguno de los dos saldrá herido. pero la simple imagen de donghyuck mirándome fijamente la entrepierna ha sido superior a mí. ha sido, y será, mi único momento de debilidad frente a él.

las palabras de mi hermano se llevan repitiendo durante un par de días en mi cabeza. "no me puedes impedir acostarme con mi novio". maldita sea, tiene toda la razón del mundo. y después de lo que he presenciado esta tarde, su relación no está yendo demasiado bien. una parte de mí no puede evitar sentirse culpable, ya que es por mi culpa que no hayan pasado tanto tiempo juntos últimamente. sí, ya no les obligo a mantener una distancia prudencial entre ellos, pero siempre que los encuentro en una situación más comprometida, me invento cualquier excusa para interrumpirlos. y ese comportamiento sobreprotector está haciendo daño a donghyuck, lo puedo ver en sus ojos cada vez que me mira. no quiero que mi pequeño sufra, y mucho menos si es por mi culpa.

es por eso que, a la mañana siguiente, decido hacerle una visita sorpresa a jeno. no tengo muy claro qué le diré exactamente, pero mis intenciones son buenas. básicamente quiero disculparme por mi actitud y asegurarle que ya no me interpondré en sus caminos. tampoco es que les organice una velada romántica, pero al menos dejaré que pase lo que tenga que pasar.

llamo con mis nudillos a la puerta del piso que me indica la dirección que encontré apuntada en una de las agendas de donghyuck. es una suerte que una vecina me haya abierto abajo, en la entrada, porque no sabría si el joven me hubiera llegado a dejar pasar. espero pacientemente a que el dueño del apartamento haga acto de presencia, pero lo que me encuentro al otro lado de la madera me deja anonadado y confuso.

―hola ―dice una chica de piel bronceada de más o menos mi edad, ―¿necesitas algo?

la miro detenidamente, reparando en la larga camiseta que lleva puesta y los im y calcetines de ir por casa que acompañan su atuendo. parece como si estuviera en su hogar.

―¿vive aquí im jeno? ―cuestiono, pensando que quizás me haya equivocado al copiar la dirección.

―sí, es mi novio ―¿qué?. ―ahora no está en casa, pero no creo que tarde mucho en llegar. puedes esperarle si quieres.

―esto... ―creo que estoy en shock. ―no, da igual, no es nada importante ―estoy a punto de irme cuando me giro para hacer una última pregunta. ―si no es demasiada indiscreción, ¿cuánto hace que están juntos?

―este invierno serán cinco años ―sus ojos se iluminan cuando responde.

―de acuerdo, gracias ―sonrío lo más dulcemente que puedo y me largo pitando de allí.

mientras conduzco de vuelta a casa, analizo lo que acabo de descubrir. el imbécil de jeno ha estado engañando a donghyuck desde que empezaron a salir. apuesto a que la chica de su apartamento también es víctima de la mentira de ese malnacido. aprieto con fuerza los puños alrededor del volante, intentando tranquilizarme. había ido con la intención de intentar arreglar las cosas entre ellos, pero he estado a punto de lanzar a mi hermano a los lobos. maldigo en voz alta, notando como mi pie presiona el acelerador con cada vez más fuerza. el cuentakilómetros muestra mi incremento de velocidad, así que me obligo a reducir las marchas, no quiero provocar ningún accidente.

después de lo que acabo de averiguar, no pienso dejar que ese capullo ponga una mano encima a donghyuck, por nada del mundo. ahora sí que va a ver lo que es un hermano sobreprotector. una duda aparece de repente en mi mente. ¿debo decírselo a mi pequeño? probablemente no me creería, supondría que es otra de mis artimañas para proteger su inocencia, como dice él. y si se lo digo y me cree, ¿seré capaz de soportar ver su mundo derrumbarse sin ir a matar al cabrón que le ha hecho daño? no lo creo.

al final, decido que lo mejor será mantenerlos separados y, con un poco de suerte, el gilipollas se canse de esperar y le deje. así que eso es lo que hago las siguientes semanas, mantenerme completamente pegado a donghyuck, impidiendo que esté a solas con su novio. sí, el chico sigue viniendo a casa, pero ya no les dejo intimidad. siempre me invento alguna estúpida excusa para que no puedan siquiera acercarse.

todo parece ir según lo previsto, el otro día les escuché discutir acerca de que siempre estaba de por medio y jeno parecía muy enfadado, hasta una mañana en la que donghyuck entra como una exhalación a mi habitación poniendo el grito en el cielo.

―¡es culpa tuya! todo esto es culpa tuya ―me recrimina rojo de la rabia.

suspiro y dejo de lado mis auriculares y el portátil con el que estaba viendo una serie, levantándome hasta quedarme enfrente suyo. cuento mentalmente hasta diez, preparándome psicológicamente para la bronca que me espera. sí, desde que impido que pase tiempo con su novio, nuestra relación se ha enfriado bastante, sin mencionar las constantes peleas que tenemos.

―¿qué he hecho ahora según tú? ―inquiero cansado de tanto drama por su parte.

―¡jeno me ha engañado porque tú siempre estabas en medio y no podíamos hacer nada! ―exclama y acto seguido se pone a llorar. me quedo petrificado en mi lugar al oírle pronunciar esas palabras.

―¿cómo te has enterado? ―mi tono de voz es bajo y suave, pero dentro estoy reprimiendo las ganas que tengo de ir a matar a ese desgraciado.

―he ido a su casa y... espera ―parece que se da cuenta de algo. ―¿lo sabías?

mierda. ¿qué le digo ahora? mi silencio es la respuesta que necesita.

―¿lo sabías y no me lo dijiste? ―sus ojos vuelven a derramar miles de lágrimas. ―¿por qué?

―no me hubieras creído, hyuck ―intento sonar lo más dulce y tranquilizador que puedo. ―hubieras pensado que era alguna artimaña de hermano sobreprotector ―la expresión de derrota que pone me indica que sabe que tengo razón. ―lo siento, no quería que sufrieras, por eso estaba siempre incordiando. ahora cuéntame cómo lo has descubierto.

después de un par de segundos sin decir nada, supongo que está asimilando lo que le acabo de revelar, sorbe por la nariz y, tras carraspear empieza a hablar.

―he ido a su casa para darle una sorpresa y poder acostarme con él de una vez ―me tenso ante sus palabras, pero no le interrumpo. ―sé que guarda la llave de repuesto bajo la alfombra de la entrada, así que la he utilizado para entrar. he oído ruidos en su habitación y me he acercado para ver qué era ―su voz se quiebra al final de la frase y hago una mueca de disgusto. ―estaba follándose a una chica, llamándola nene y cariño ―le estrecho entre mis brazos cuando las lágrimas vuelven a hacerse presentes. ―no sé cómo se ha dado cuenta de que estaba ahí, quizás le he llamado o he chillado, no me acuerdo. lo que recuerdo es que estábamos discutiendo después en el pasillo. le he llamado hijo de puta y él me ha dicho que estaba cansado de tener que esperarme, que solo me quería por el sexo y que, si no era capaz de dárselo, no le servía para nada ―incontrolables sollozos salen de su garganta, y no puedo evitar sentir un nudo en el estómago. ―me ha hecho sentir tan insuficiente, como si no valiera nada.

―hey, pequeño ―le llamo, alejándole de mí y cogiendo su rostro entre mis manos. ―no eres nada de lo que ese mamón te ha hecho creer, ¿me oyes? no merece la pena que llores por él, es un estúpido.

―me ha engañado, mark ―se lamenta en un quejido, y su dolor me parte el alma.

―lleva haciéndolo desde hace mucho tiempo, hyuck ―su mirada me mata por dentro, pero merece saberlo. ―fui hace un par de semanas a su apartamento para pedirle disculpas por mi comportamiento. me abrió la puerta su novia, no su amante, su novia.

―oh, joder, soy un mierda ―suelta un gemido que provoca dos reacciones en mí. la primera es compasión, la segunda lujuria.

"contrólate, imbécil, no es momento para ponerse caliente" me recrimino a mí mismo.

step brotherWhere stories live. Discover now