B E N
Toda la noche la había pasado pensando todo y pidiéndole disculpas a Liv por no ser la persona que ella creyó.
Ya iban a hacer las dos de la tarde y aún no podía zafarme de todo esto. Me traían de aquí para acá con todos los preparativos y medidas del traje.
Ya eran cinco veces que intentaba huir para ir a ver a la rubia que hacía latir a mi corazón y tratar de explicarle todo pero simplemente era imposible. Mi padre me había dicho que si intentaba huir una vez más el mismo me mandaría aislar.
Si tan solo me contestará los mensajes o las llamadas todo sería diferente y yo no intentaría huir cada cinco minutos.
Suspiré cansado.
En serio la estaba pasando mal.
𖤐༄
Faltaba casi nada para que la fiesta comenzará y no tenía aún ni una sola respuesta de Liv.
En este momento me estaba arreglando Tatiana y una vez que terminará tenía planeado pedirle de favor que me ayudara a salir de aquí para poder ir en busca de mi chica y tratar de explicarle todo.
—¿Por qué estás tan desanimado? —preguntó.
—Le conté la verdad a Liv.
—Oh.. ¿Ella no se lo tomó para nada bien, verdad?
Negué unas cuantas veces.
—Lo siento mucho.
—No pude explicarle nada —murmure—. Quiero ir a buscarla, pedirle una disculpa y rogarle que me escuche.
Tatiana suspiró preparándose para decirme algo:
—Te vi mandar mil mensajes durante todo el día y sentirte mierda por algo que ni siquiera te dejo explicar. No irás a buscarla.
¿Qué?
Apenas iba a hablar ella me detuvo.
—Ben, escúchame.
La miré.
—Toda tu vida has creído que es tú culpa cuando no es así —dijo muy segura de lo que decía—, pero hoy no.
—Sólo déjame intentarlo…
—No, si ella te quiere cumplirá su promesa y vendrá.
—Pero es mí culpa.
Así comenzó la fiesta y no fui a buscarla.
Y no es que no lo hubiera intentado, es que no lo había logrado.
Llegaban personas y aún más personas pero nunca ella.. Cuando estaba seguro de que no llegaría la vi entre la multitud con un hermoso vestido rojo y sus famosos converse blancos tal y cómo lo había prometido aquella noche.
Para eso empezó a sonar de fondo la canción titulada: corazones invencibles de Aleks Syntek.
Y el animador de la fiesta habló:
—Es momento de que todos saquen a bailar a sus parejas con esta hermosa canción lenta.
Así todos empezaron a bailar lento mientras nosotros nos quedabamos mirándo el uno al otro aún estando a un metro de distancia. Parecía que realmente estaba considerando el acercarse o no pero al final terminó cediendo así llegando hasta donde estaba.
Me miró por algunos segundos antes de hablar:
—Y-yo —tartamudeo—, lo prometí.
—Lo sé pero entendería que no hubieras venido y lo siento por milésima vez en el día.
—Escúchame —dijo, sosteniendo mis manos.
Tragué saliva para luego asentir.
—No tienes culpa de nada de esto —aseguró muy nerviosa—. A veces los problemas a uno se le juntan.
Y entonces lo supe.
Sabía lo que diría y me negaba a escucharlo así que la interrumpí.
—Lo siento mucho —murmuré—. Se que fuí un idiota y debí decírtelo desde un principio.. Yo sólo.. no me dejes..
Aún con la cabeza agachada vi como le caía una lágrima por su mejilla. Me sentía fatal nada de esto quería provocar.
Miro el cielo por un momento tratando de recuperarse y poder decir lo siguiente:
—Ben, no puedo con esto.
—Lo entiendo y no pretendo atarte a mí.
La canción de fondo estaba a punto de terminar con un: "Yo me quedo junto a tí."
Y lo que algún día ella y yo llamamos nuestro también pero con una palabra distinta..
—Lo siento mucho pero no puedo quedarme por más que lo intento.
Ahí fue dónde todo terminó y dónde todo lo fugaz comenzó.
Donde esta famosa historia fugaz debió llegar a su fin pero sin más no lo hizo aún.
Con lágrimas en los ojos la miré marcharse entre la multitud tal y como llegó a mi vida opacado a todo lo demás.
YOU ARE READING
Una historia fugaz ©
RomanceUna Historia Fugaz: Aquí comenzó todo.. "Ella era una estrella fugaz. Él un simple mortal cansado de vivir. Por obras del destino esa estrella pasara por su camino haciéndolo desear volver a toparse. Pero, ¿Qué pasaría si esa estrella tiene dueño? D...