Capítulo 7

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Will había despertado vomitando esa mañana en su casa de Wolf trap, algunos de sus perros acudieron ante el ruido de arcadas que emitía su dueño. Como pudo se levantó del inodoro y se dispuso a vestirse para a ir al trabajo.

Se sentía condenado, se sentía maldecido, incluso soñó con dispararle a Hannibal para librarse de esa pesadilla. Esa misma noche llego a casa y le envió un último mensaje a Matthew, diciéndole que por favor ya no lo buscara y que, aunque había sido agradable conocerlo, debía sacarlo de su vida. Después bloqueo su número de celular.

Se sentía fatal luego de eso, realmente le gustaba el chico y moría de ganas por tener una cita con él, quizás hubieran ido al cine, le habría presentado a sus perros, dependiendo de la reacción que tuviera el enfermero, decidiría si volverían a salir o no, si todo resultada positivo, quizás en su segunda cita hubieran tenido sexo, para después de un tiempo formalizar su relación, pero ya jamás pasaría.

Estaba atrapado como una mosca en una telaraña, un insecto que ya se había resignado a morir y solo esperaba a que la araña hiciera lo suyo que era comérselo.

La limusina paso por él temprano, como lo había estado haciendo esos últimos días, arriba del auto lo esperaba como siempre Anthony, con su sonrisa zorruna listo para lanzarle un nuevo comentario "hiriente" sobre su apariencia.

- Wooow Graham, no pensé que fuera posible, pero te ves más horrible que de costumbre

- Cállate

- ¿Otra vez tuviste una mala noche?

Will, no dijo nada, no quería hablar, no quería pensar, se limitó a ser un simple robot, cumpliendo con su trabajo, escuchaba y veía a todo, pero al mismo tiempo bloqueaba su cerebro para no saber nada.

Bedelia incluso se compadecio de él e intento darle un poco de la comida que le servían a él y a su esposo en esos lujosos eventos con el pretexto de que sabía que no estaba comiendo bien "debes alimentarte bien o Hannibal se molestara", fue lo que dijo la rubia, mientras le ofrecía el tupper de unicel con la comida.

El día había trascurrido con normalidad o bueno si a eso podía considerarse "normal", no había pasado nada del otro mundo que el ex agente considerara como ilegal, pero aun así el hecho de sentirse atrapado lo enfermaba de sobremanera.

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Iban de regreso a casa de Bedelia, cuando esta le ofreció bajarse con ella, Will acepto como buen perro que solo obedece a sus dueños. La ex psiquiatra le había pedido permiso de "usar" a Will, para que le ayudara con algunas cosas en casa, ya que entre Anthony y Will, era evidente que el amante de los perros era más diestro con cosas hogareñas.

- Sientate Will....

- Creí que quería que le ayudara con algunas repisas...

- Oh vamos Graham, tú y yo sabemos que eso solo fue una cuartada para que yo pudiera estar contigo a solas

- Entiendo, que ya te disté cuenta de la naturaleza de Hannibal y su mundo- expresó Bedelia mientras le ofrecía un vaso con alcohol y se sentaba en el otro sillón.

- También es el suyo- susurro Will, con algo de ira contenida

- Cierto, pero no me culpes de todo Will, al igual que tú soy una víctima, hago esto por sobrevivir debido a que también soy una prisionera.

Will le levantó la mirada y la miro expectante, no podía creerle eso, de ser así ¿Por qué no había huido? ¿por miedo? No podía tragarse semejante mentira no después de conocer los beneficios que tenían ser la esposa de Hannibal Lecter.

- Discúlpeme si no le creo

- No tienes que disculparte, evidentemente eres un hombrecillo trastornado y empático por defecto, pero con todo lo que sabes de mí, solo déjame decirte que no deseo que sufras mucho. Quiero que en cuanto termines este trabajo hagas tus maletas y huyas lo más lejos que puedas o él nunca te dejara ir.

- Dijo que me dejaría tranquilo en cuanto todo este proceso pasara

- ¿Y tú le crees? Te has puesto a pensar en que es lo que pasara sí Hannibal gana o mejor dicho que ocurra cuando obtenga más poder...Ya no te dejara ir Will, créeme lo conozco de años, él ya se encapricho contigo.

- No entiendo por qué...

- Asumo que eres un hombre inteligente y que pronto lo descubrirás por tu cuenta, de lo contrario imaginare que estas ciego.

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Will y Bedelia se despidieron después de eso. Llego a casa justo a tiempo para alimentar a sus perros y preparase para irse a "dormir", sin embargo, lo que le aguardaba en su puerta no lo esperaba para nada.

Era un sobre con las iniciales "FC" elegantemente plasmadas, entró a su casa con el sobre en la mano, para abrirlo adentro de su hogar. Adentro del sobre solo había una carta escrita a mano con una elegante caligrafía, que decía lo siguiente.

"Desde la primera vez que te vi, no he dejado de pensar en ti. Me dispuse a conocer más de tu persona, debo admitir que, en lugar de asustarme, me emocione. No entiendo que haces atado al Wendigo, pero si tú me lo pides, te sacare de ahí...

Solo tienes que darme tu lealtad, tu mente y tu corazón, pero tranquilo, yo no planeo comerte a menos que tú me lo pidas por placer...

Deseo con todas mis fuerzas que te abras a mí..."

Debajo de la hoja veía un número telefónico y una dirección en Nueva York, más no un nombre. Will se sumergió en sus pensamientos ¿acaso los problemas lo perseguían? ¿Quién lo estaba buscando? ¿enserio podría liberarlo? Al contrario, sentía que si aceptaba la ayuda del extraño sería como salir de una celda para entrar a otra.

Llamó a Anthony, aunque odiara admitirlo, sabía que si alguien tenía idea de quién era su "admirador secreto" sería él, más no sabía si podía confiar en él, sin embargo, era todo lo que tenía por ahora. 

Government LambWhere stories live. Discover now