único

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— Cómo te contaba Mimi, esa chica se cree mejor que yo cuando ambas sabemos que no es así. — echó su cabello hacia atrás.

—Tienes razón Nay, pero ¿no fue un poco cruel de tu parte? — alzó una ceja, un poco incrédula.

— ¿Él mostrarle a su novio la zorra que era? — la contraria asintió. — Puff para nada, se lo merecía. — agitó las manos, dándole poca importancia. — Ya dejemos de hablar de ese tema, mejor ¡Vayamos por un helado! La que llegue de último paga los helados, ¿aceptas, Myoui Mina? — sonríe con altanería.

—Acepto, Im Nayeon.

— Bien. — suspiró sonriendo. — Preparados, listos y... ¡Fuera! — ambas comenzaron a correr hacia la tienda de helados que se encontraba al final del centro comercial.

Mina tomó el camino común para llegar, las personas con las que se cruzaba se le quedaban viendo un poco feo por correr en el centro comercial, ya que eso no estaba permitido, pero ¡Le daba igual! Ella no pagaría esos helados.

Nayeon sabía de un camino que le ayudaría a llegar más antes que la japonesa, así que rápidamente observó si había rastros de su mejor amiga, al comprobar que no había rastros, corrió hacia su atajo.

Oh, no, ¿es en serio? ¡Porque justamente hoy tenía que haber muchas personas! Nayeon trató de quitar a las personas que se cruzaron en su camino. Para cuando llegó a la tienda de helados; Mina ya estaba esperándola con una victoriosa sonrisa en su rostro. — Invitas a los helados Nayeonnie~ — dijo pasando su brazo sobre el hombro de la contraria.

Caminaron hasta la entrada del lugar. — ¡No se vale! — hizo un puchero.

Al llegar a la mesa soltó su agarre, fue hacia la silla y se sentó frente a la contraria. —¿Eh? No vale ¿Por qué? — alzó una ceja nuevamente. Imitó las acciones de la menor, sentándose frente a la chica ya mencionada.

— ¡Porque tomaste el camino común!

—Ajá ¿Y? La que hizo trampa fuiste tu Nayeonnie.

—Pero- —resopló al darse cuenta de que la menor tenía razón. — Está bien, acepto, me toca pagar. — abrió el menú del lugar.

— ¡Yei! — aplaudió sonriendo, dando a mostrar sus encías en su sonrisa gomosa.

— Buenas tardes, bonitas señoritas, me presento; soy Kim Taehyung el mesero que les atenderá el día de hoy. — sonrió. — ¿Qué desean ordenar?

—¡Hola Taehyung! Pues una Banana Split, con helado de fresa y vainilla. Y ¿tú, Mimi? — sonrió, dejando el menú en la mesa.

—Uh, tráigame un Sundae de mango, por favor.

—Con gusto, en un momento traeré sus pedidos. — sonrió yendo por el lugar donde había salido.

Ambas chicas se quedaron observando en sus celulares sus redes sociales. ¡Vaya que tenían muchas notificaciones! Y esto que ellas no son muy populares que digamos. Sí, han ganado su fama es por desenmascarar a alguien que quiera pasarse con la suya.

Sí, quizás eran un poquito-muy chismosas, pero no podían dejar de serlo. Ya es la costumbre.

Dejando eso de lado, los helados llegaron muy pronto. Taehyung dejo el Banana Split frente a Nay y el Sundae frente a Mina. Al dejarle el postre a la japonesa, le extiende un papel con ¿un número?— ¿Y esto? — mostró el papel.

— Me pareces muy linda, si gustas podríamos tener una cita. Solo llámame. — Sonrió.

—Claro. — dio por terminado el asunto.

—Algo más que necesiten, solo llámenme y vendré enseguida. — ambas chicas asintieron sonriendo.

— Ihh Mimi tienes una cita pendiente. — guiño sonriendo.

—No estoy interesada en salir con él.

—Pero ¿por qué? — hizo puchero.

— No me gusta y ya.

— ¡Es muy lindo! Vamos Mimi, tienes que salir con él.

— Dame alguna razón por la que deba salir con él y lo pensaré. — alzó los hombros. — Es muy lindo, tiene sonrisa bonita y tierna uhh... — llevo un dedo a su barbilla.

— ¿Ajá? — se acercó un poco hacia la rubia.

—Aiññ ya, Myoui Mina tienes que salir co- — interrumpió, quitando toda distancia que había entre ellas, besando sus pomposos labios.

Nayeon se sorprendió por el acto, dudó unos segundos en corresponder, pero terminó haciéndolo, algo dentro de sí le decía que tenía que hacerlo.

La menor se separó, un poco-muy sonrojada por lo que había hecho. Sabía que la mayor nunca correspondería a sus sentimientos, pero quería intentarlo, no podía aguantar más.

— ¿Q-qué fue eso? — llevó su índice a sus labios recordando lo cálido que se sentían los labios de la azabache.

— No pude resistirme al ver tus bonitos labios moverse. Se veían tan besables. — sonrió apenada.

— Me dejas más confundida, ya dime qué pasa. — hizo puchero.

Ok, basta Nay, haces que Mimi no pueda controlar sus ganas de besarte otra vez.

Suspiró y dijo: — Me gustas Im Nayeon, al principio creí que esto era pasajero, pero descubrí que cada día me iba enamorando más de ti. — la mencionada se sonrojó a más no poder, llevó sus manos hacia su boca tratando de disimular la gran sorpresa que se había llevado. — Me enamoré de tu risa, para algunos es molesta o ruidosa, pero para mí es hermosa, como tú. Me encanta tu perfecto rostro, joder, eres tan hermosa. Me enamoré de tu forma de ser; muy infantil, a veces madura, cariñosa, amable y un poco narcisista, pero no importa, igual me gustas. Quizás mis sentimientos no sean correspondidos porque somos chicas, eso no está bien visto por la sociedad y además no sé si tú gustes de mí. De igual forma necesitaba decírtelo; te amo, me he enamorado de ti. — hizo una leve sonrisa.

La información que estaba recibiendo es nueva, nunca supo que eso estaba pasando o que podría llegar a pasar, más, sin embargo, los sentimientos de la azabache son correspondidos.

Tomó el rostro de la menor, depósito un corto besó sobre sus labios. — También me gustas, me importa un carajo lo que piensen de nosotras, mientras seamos tú y yo contra el mundo. — acarició el rostro de la menor. — A decir verdad, estaba un poco celosa de que sí aceptaras las cita de Taehyung.

— Entonces ¿¡Por qué la insistencia!?

— Pensé que él podría hacerte feliz, tu felicidad es la mía, aunque no sea a mi lado.

— Ahora tú eres mi único motivo de felicidad. — paso su dedo índice por los labios de la mayor sonriendo.

— Te amo. — dijeron al unísono, volviendo a juntar sus labios en una suave danza que daba a demostrar todos los sentimientos que se tenían.

Solo bastó un beso para dar a conocer los sentimientos que tenía la una hacia la otra. Un beso para el cambio de amistad a amor.

Del otro lado de la heladería, un rubio con traje blanco los observaba, escondido entre los árboles del parque que se encontraba enfrente, sonriendo.

— Bien hecho Kim Taehyung, otra misión que cupido ha logrado completar. — sus alas se extendieron y se fue del lugar en busca de su próxima tarea con una sonrisa plantada en su rostro.

kissesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora