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📍: Hogar de Vanya. (Narrador)
By: — J. Hargreeves. Capítulo 004: "Chico amargo como café".
El ambiente se sentía tenso y se había vuelto un silencio. Vanya estaba en su cocina preparando el café para Cinco y Jenny.
Número Ocho se sentía ansiosa y nerviosa, pues había dejado a su tan amado hijo solo, por una parte confiaba en él y en su excelente defensa personal pero otra parte decía que debía dejar a su esposo e ir con su hijo para cuidarlo por su cuenta....Más no podía hacer eso, debía tener confianza en Daniel y estar al lado de Cinco.
Una vez que Vanya término de hacer las bebidas se las entregó a sus hermanos, se sentó en el sofá de enfrente de los "niños".
- Sobrevivimos con sobras. Comida enlatada, cucarachas, lo que fuera que encontráramos.- empezó Cinco mientras colocaba una mano en el muslo de su esposa, pues está no dejaba de mover su pierna.
- ¿Oíste el rumor de esos chocolates que nunca vencen?- preguntó Ocho mientras soltaba un bufido al recordar.- Es pura mentira.
- No puedo ni imaginarlo- murmuró Vanya.
- O haces lo que sea por sobrevivir o mueres, así es esto. Nos adaptamos, superábamos lo que el mundo nos pusiera enfrente.
- Y creo que nada de esto hubiera servido sin Delores, ella nos ayudó mucho.- murmuró Jenny tomando de su café mientras recibía una mala mirada de Cinco.
Quería a Delores, pero su esposa le tenía mucho aprecio y eso le daba celos, celos de un maniquí...Ush.
- ¿Quien es Delores? - preguntó Vanya mirando al par a lo que estos negaron restándole importancia.
- ¿Tienes algo más fuerte?- Cinco cambió el tema. Vanya asintió levemente mientras de levantaba para sacar un vino de su vitrina para después servirle al chico. El ojiverde no dudó en tomar y al ver que Jenny estaba por hacerlo, al detuvo.
- Yo también puedo.- se defendió la chica.
- Créeme amor, no querrás.- este tomó el vaso para dejarlo a un lado, al sentir la mirada de Vanya, miró de reojo a su esposa quien también la veía incrédula.
- Crees que estamos locos.- afirmó.
- No. Es solo que... es mucho que digerir.- titubeó.
-¿Cual es la parte que no entiendes exactamente? - Cinco empezaba a perder la paciencia.
- ¿Por qué no regresaron en el tiempo? Ocho rodó los ojos mientras se levantaba de su asiento junto con su esposo.