NOTA DE LA AUTORA.

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Es difícil imaginar una historia cuando no se conoce su final

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Es difícil imaginar una historia cuando no se conoce su final. Nace con su primera frase y muere con su último, como un respiro después del uso de la ventilación mecánica; te consume los pulmones hasta llegar al fin, pero te mantiene con vida durante todo el camino.

No es difícil adivinar cómo termina una historia cuando las primeras páginas te anuncian que tiene un triste final. Y, por si acaso has comenzado la lectura sin tener idea del argumento, el mismo nombre te lo dirá. O al menos, en una expresión muy tuya.

Este año ha sido un gran reto sentarme frente a la computadora y escribir una cantidad inmensa de palabras que han servido como un mapa, al cual lo único que le falta es un capitán que decida retomar mis errores en el camino. Y, para mí desgracia, esa capitana debo ser yo misma.

Con los ojos entrecerrados, una playlist con canciones deprimentes y la muñeca derecha vendada del dolor te escribo esto, para decirte que ha sido mi mayor orgullo durante siete meses que acompañé esta historia junto con ustedes, que lloré y esperé un milagro tanto como ustedes. Por una sola vez que un romance como este terminara como los cuentos de hadas.

Con todo el cansancio mental que me acompañaron a cargar les presento esta historia. Es un camino agridulce, eso te lo aseguro. No cualquier corazón puede aguantar el llanto de esta historia, por lo que recomiendo discreción y evitar la lectura en caso de estar pasando por un mal momento. Recordarás más el final que la propia historia y me gustaría que descubrieras que tan injusto puede ser nuestro propio entorno. Te deseo suerte.

Dame un respiro | SunSunWhere stories live. Discover now