Bebé falso.

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— ¡Buenos días! Hoy les tengo una actividad muy especial. Vamos a cuidar unos muñecos durante siete días para que sean consientes de todas las responsabilidades de ser padres.

— Ay no, no otra vez - Jay se hizo hacía atrás en la silla al igual que sus compañeros villanos. Mal se dejó caer en el escritorio y gruño. Evie fingió desmayarse y el pobre Carlos se jaloneo el cabello.

— ¿Tienen alguna opinión, chicos? - pregunto el hada madrina irritada por su actitud.

— Es ridículo - dijo Mal —. Y en todo caso, villanos y bebes no se llevan bien.

— Les guste o no es una actividad obligatoria. Ya hice las parejas de cualquier manera. Y tranquilos, ya sé con quienes les gustaría hacer equipo - se puso sus lentes de lectura y comenzó a leer su tabla —. Ben y Mal. Evie y Doug, Jay y Audrey. Carlos y Lonnie.

Jane iba a levantar la voz, pero cuando su madre la miró severamente prefirió callarse.

Los amigos de Carlos no pudieron evitar reírse un poco de él. El hada madrina continuo y les dio a cada pareja un muñeco de plástico que simulaba ser un bebé.

— Es horrendo - murmuró Mal —. No es mi hijo

— ¿Qué dices? Tiene tus ojos - se burló Evie. El muñeco de Ben y Mal tenía fallos en los párpados del muñeco y parecía tener un ojo caído.

— Pero si mira al tuyo, ni siquiera tiene mano.

El muñeco de Evie tenía una pieza faltante. Ambas se sacaron las lenguas mutuamente hasta que el hada madrina dio las siguientes indicaciones.

— Van a cuidar de sus muñecos durante siete días, cada golpe, rasguño, o maltrato que sufra el muñeco causará que llore. Hechice al muñeco para que hagan un molesto sonido cada vez que tenga hambre, sueño, pañal sucio, este triste, asustado y otras necesidades.

Atrás de Evie, estaban Jay y Audrey y su muñeco comenzó a llorar. Por accidente Jay le zafó el brazo cuando intento acomodarlo.

— ¡¿Qué le haces a mi bebé?!

— ¡Lo voy a arreglar, dame un minuto! - jadeo Jay tratando de reacomodar la pieza de plástico plástico su lugar.

Mal sudo frío. Evie y Carlos se miraron preocupados. Ellos ya habían experimentado la misma tarea en la Isla de los Perdidos, pero para nada se habían preocupado por sus asquerosos huevos podridos con rostros que debían considerar sus bebés.

— Tal vez no debamos confiarnos tanto - sugirió Carlos a sus compañeros villanos.

— Sí, tal vez.

(***)

Solo llevaban dos días siendo padres, y parecían los que mejor llevaban la tarea. Jugaban, reían y comían juntos. Parecían ser padres ejemplares hasta que al sexto día de la tarea comenzaron los problemas. La pareja más querida de Auradon se estaba poniendo muy nerviosa y su bebé falso los estaba enloqueciendo.

— ¡¿Qué quiere ahora?! - dijo Ben levantando a su muñeco —. Dijiste que ya le habías dado de comer.

— Le di de comer, seguro ensució el pañal. Cámbialo.

— Yo no puedo hacerlo, siempre me salpica.

— Solo es agua, Ben.

— Sigue sin gustarme

— ¿Me dejarás hacer todo el trabajo sola como siempre?

— No siempre, te ayudo con Ben Jr todo el tiempo.

— Se llama Mal Igno y sostenerlo una vez no es ninguna ayuda.

— Yo compro su comida, su ropa, sus juguetes

— Adivina, es lo mínimo que puedes hacer por tu hijo.

— ¿Cómo sé que es mi hijo?

— ¡Ah! Ahora crees que no es tu hijo, muy bien. ¡Quiero el divorcio!

— No estamos casados.

— ¿Tuvimos un hijo fuera del matrimonio? ¿Me haz deshonrado y más encima niegas a tu hijo? Eres el peor hombre que he conocido.

El muñeco siguió llorando.

— Ahora sí, lo hiciste llorar por todo tu drama.

— Me iré de esta casa y me llevaré a mi hijo conmigo.

— No te vas a llevar a mi hijo.

— ¿Ahora sí es tu hijo?

— No dejaré que arruines mi perfecto historial académico.

— ¿Lo haces por la escuela y no por mí? Pensé que realmente me amabas.

— Espera, mi amor, no es lo que quise decir.

— Me voy, y solo te quedarás con los recuerdos de lo que pudo ser una hermosa familia.

(***)

El día de entregar la tarea había llegado. Algunas parejas no tenían sus bebés en las mejores condiciones, y otras parecían ser matrimonios que debían divorciarse pero seguían juntos por sus hijos, otros sí parecían ser el divorcio que compartía la custodia. Ben y Mal eran de esos matrimonios que inician bien, se ponen regulares y luego... Siguen regulares pero tirando a ser buenos.

— Fue una experiencia maravillosa, tan maravillosa que no quiero volver a experimentarla en muchos años - dijo la pelimorada.

— Ser padre fue hermoso, pero no esperen herederos míos en mucho tiempo - confesó Ben entregando a Ben Mal Igno  Adam Jr.

(***)

La parejita se tiró en la cama de Mal. Estaban cansados, pero el nueve de calificación fue suficiente para devolverles la felicidad.

— ¿Cuándo nos casemos podemos esperar varios años para tener un hijo? - cuestionó Ben a Mal.

— Iba a decirte lo mismo.

Ambos decidieron dormir un poco, sería la primera vez que dormían dos horas completas sin que haya un bebé llorón al lado de ellos.

Flufftober • Beal ~ DescendientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora