Capítulo 12:

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Si Jiang Cheng era sincero consigo mismo, el matrimonio Wei era muy diferente de lo que se había esperado.

Su madre le había dicho que ambos eran una peste egoísta y ambiciosa. Pero lo único que el pudo ver de ellos es que aparte de que Cangse estaba algo loca —igual que su hijo— no eran malos.

Si, al inicio el matrimonio fue bastante frío con él, pero bueno, eso fue su culpa, pero aparte de eso, nunca le gritaron, compararon o menospreciaron, tampoco mostraron demasiado interés en quitarle su puesto como líder de secta —por el contrario, Wei Changze se mostró feliz de ayudarlo a liderar y mantener controlada la situación sin meterse demasiado— o si quiera insinuaron algo fuera de lugar.

También sabía que, si bien el sueño de la pareja era tener libertad, la verdadera razón por la cual dejaron Yummeng fue su madre. Wei Changze había estado dispuesto a tomar su rol como mano derecha de su padre e incluso Cangse había estado dispuesta a quedarse en Yummeng solo para hacerlo feliz, pero su madre tomó una postura insoportable y provocó que la pareja se fuera. Esto ninguno de lo involucrados se lo dijo, sino uno de sus shixiongs se le contó —hijo de un hermano marcial de su padre y quién estuvo con su hermana mientras ocurrió el asedio—. Y aunque no quisiera aceptarlo, la situación si era algo que su madre haría y eso le causaba vergüenza.

En fin, ninguno de los dos parecía guardarle rencor por lo ocurrido. Por el contrario, Cangse había comenzado a comportarse bastante amable con él y era extraño.

La vergüenza siempre estaba presente, pero no tenia el valor ni la fuerza para pedirle que parase con esas acciones tan cercanas, se sentía bien. Una calidez extraña se extendía por su pecho cada que la pareja lo incluía en sus planes, cada que lo defendían o hacían valer sus opiniones, sin críticas, sin gritos, sin expectativas demasiado altas.

Nunca antes se había sentido tan... relajado. Tan libre de presión. Le gustaba tanto como le asustaba y se sentía culpable.

Su madre estaría furiosa si lo viera siendo cercano a la pareja, su padre... no tenía idea, posiblemente le sonreirá  con incomodidad y haría a un lado la mirada.

Pero... Estaba bien ¿no? Ellos eran los únicos soportes que tenía ahora. Eran escudos de los ojos desdeñosos y críticos de otros líderes de secta, sabía que al ser joven la tendría difícil, pero ahora tenía al señor Wei, mismo que escupía veneno tanto como su esposa hacia alboroto. Hasta ahora no lo había visto perder ninguna lucha verbal con esos viejos.

Era peculiar la forma en la que los insultaba sin que ellos se dieran cuenta —y él tampoco, al menos hasta que lo pensaba bien— o lo suficientemente cortes como para que el insulto sea tan ambiguo que no tenían forma de replicarlo.

Incluso la propia Cangse tenía una lengua bastante ágil cuando quería burlarse de alguien —lo notó en cada enfrentamiento que tenía con Jin GuangShan, mismo que quería llevarse a Meng Yao con él. Ella se rehusaba a dejarlo ir al nido de víboras que era Lanling Jin, de no ser por el señor Wei, lo más seguro era que el líder Jin habría recibido muchas patadas en donde no pasaba el sol—.

Ahora, luego de otros dos días en Qinghe, estaban regresando a Yummeng para continuar con las reparaciones y mantener el orden. Al menos, la mayoría.

— Volveré lo más rápido que pueda. — declaró Cangse, dejando un beso en los labios de su esposo y otro en la frente de su hijo.

A Meng Yao le acomodó el cabello y a él le dio una palmadita en el hombro con un asentimiento de aprobación.

— ¿Estás segura de ir sola? — interrogó con preocupación el Wei.

— Aunque quisiera que me acompañaras, tienes que ayudar a A-Cheng y A-Ying, y A-Yao tiene que centrarse en fortalecer su núcleo. Sería incómodo llevar discípulos cuando podrían estar haciendo algo productivo y tengo el talismán que me dio A-Ying, estaré bien — declaró con simpleza. — volveré pronto, no se preocupen.

Con una ligera mueca, el Wei mayor asintió no viéndose muy convencido. Por su parte no sabía que decir, solo atinó a mirar la situación en silencio.

Luego de intercambiar algunas palabras más, la mujer se fue en dirección a Yiling, sus túnicas blancas revoloteaban con el viento mientras se alejaba, observó la expresión del Wei mayor, mismo que la veía ir con cariño.

Una vez todo estuvieron en Muelle de Loto, se encontraron con Jiang Yanli, misma que se mostró confundida al no ver a la doncella de Baoshan.

— Shijie, mi A-Niang tenia algunas cosas que hacer, por lo que estará fuera unos cuantos días más, no te preocupes — declaró Wei Wuxian, sonriendo.

— Oh, ya veo. — murmuró antes de volver a sonreír. — bueno, hice algo de sopa ¿gustan que les sirva?

— Por supuesto — declararon ambos Wei con entusiasmo. Jiang Cheng sonrió y Meng Yao suspiró ocultando su rostro detrás del abanico que Huaisang le regaló.

Rápidamente, todos siguieron a la doncella.

••

Lo cierto es que, esa noche Jiang Cheng no podía dormir, razón por la que salió a caminar luego de rodar por su cama durante bastante rato, encontrándose por accidente con el Wei mayor. Wei Changze observaba la luna con una expresión melancólica y algunas jarras de alcohol a su lado, el jiang no sabía sabía era lo que pasaba por su cabeza. Quizás recordaba a sus amigos, quizás su tiempo en la secta antes de retirarse, tal vez su época de discípulo o simplemente extrañaba a su esposa. Lo cierto es que el jiang temía preguntar.

Dudó bastante rato antes de decidir dar media vuelta.

— Sabes... — la voz del adulto hizo que diera un pequeño salto, deteniéndolo en su retirada. — cuando era más joven... tu padre y yo solíamos ser bastante unidos... — declaró el hombre.

Jiang Cheng volteó, encontrándose con los oscuros ojos del Wei. Había algo en sus ojos que lo inquietaba, por alguna razón sentía que no le gustaría lo que iba a escuchar.

— Solía pensar que nunca nos separariamos... Que el sería el líder y yo su segundo al mando... — soltó una risa seca. Negando con la cabeza — tal vez... Si no hubiera decidido alejarme un poco las cosas serían diferentes...

— ¿Qué quiere decir, maestro Wei? — preguntó, dudando en acercarse pero haciéndolo de todos modos.

— Oh... Los rumores de que a tu padre le gustaba Cangse eran falsos. Siempre lo fueron, el que le gustaba siempre fui yo — declaró con indiferencia.

Jiang Cheng sintió su cerebro colapsar.

— Pero cuando supe que estaba comprometido... Me alejé... A-Se llegó en el momento adecuado. — soltó una risita — ella fue como una brisa fresca para mi corazón. Ah, no sé que habrá pasado por la cabeza de Fengmian cuando veía a A-Ying, pero le agradezco mucho que no lo haya dejado en las calles... Aunque haya tenido que soportar a tu madre.

— Señor Wei... Usted... esta muy borracho — murmuró de forma temblorosa.

— Si, lo estoy — declaró, carcajeandose — tal vez deba irme a dormir — murmuró en voz alta. — odio que ella me deje... — susurró levantándose de forma tambaleante.

Jiang Cheng no pudo decir mucho, mientras la espalda del adulto se desvanecía en la oscuridad de la noche, su cerebro aún procesaba la información recién adquirida.

La cabeza le comenzó a doler horrible.

••••
Apuesto a que eso no se lo esperaban. Adivinen quién después tendrá una crisis cuando recuerde que anduvo de boca floja. Kwkfkwjf

¡Ya no más! [ Mo Dao Zu Shi ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora