uno

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©drungstt-

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capítulo uno:
“corazonada de una pobre
madre”

Sunghoon no era muy sociable.

Los tutores comenzaron a notar un comportamiento extraño en el niño pálido. A diferencia de los niños de su edad Sunghoon era muy callado, tranquilo e incluso llegar a ser demasiado agresivo, esas fueron las causas del porqué ahora su progenitora estaba sentada escuchando todas las quejas de su hijo.

El director guardo silencio al ser interrumpido por una pequeña niña, que agitada por haber corrido anunció que Sunghoon se encontraba peleando de nuevo en el patio de la escuela.

Su madre se levantó acompañada del director, ambos preocupados, cada uno por diferentes motivos, sin embargo el motivo común era el comportamiento del mencionado.

La señora Park apenas y vio cómo su hijo golpeaba con una fuerza descomunal al niño que apenas lograba defenderse y reaccionar.

Sunghoon fue sujetado por el profesor de ciencias para que dejara libre al otro niño. Ninguno de los niños seguía animaba la pelea, habían dejado de hacerlo cuando el niño no respondía los golpes de Sunghoon y este último no parecía cansarce.

Se había quedado paralizada, como si hubiera visto al mismo belcebú en persona se encontraba algo pálida. Miró al niño que era levantado y auxiliado por los adultos, sangre por su rostro y ropa y algunos niños llorando por la imagen desgarradora y traumatica. Las profesoras no permitieron que los niños se acercaran a Sunghoon y viceversa por previsión. En ese corto período pudo apreciar la mirada de menor.

No era normal. Reflejaba odio, rencor y más odio. Dio una bocada de aire, una punzada en su pecho hizo que un pensamiento llegase a su mente.

El imaginable futuro de su hijo y la corazonada de una madre dolida.

—Dios.., que sea una equivocación mía, por favor. —suplico hasta llegar donde se encontraba el niño.

Tomó sin delicadeza el brazo de este, jalandolo hasta salir del lugar y llegar a su auto.

Estaba claro que no volverían, tal vez.. nunca. Sabía que había sido expulsado.

No dijeron nada en todo el camino.

Ambos sabían lo que pasaba y por el lado de la conductora sabía que todo iba de mal en peor, miró de reojo a su hijo que parecía disfrutar del viaje a casa ignorando el hecho que casi disfuraba la cara a un niño.

Las consecuencias habían llegado y en este caso no paraba de sonar el teléfono del pequeño departamento.

—Hiciste algo malo.. muy malo ¿estas consciente de eso.. Sunghoon? —preguntó la fémina, sus cansados ojos no se despegaban del teléfono que volvía sa sonar.

El menor permanecía a su costado, mirando sus zapatillas gastadas y notando por primera vez que están se comenzaban a despegar. Después de todo no estaban en una buena posición económica, sabe que por poco ellos ingieren algo de comida.

No respondió.

Ambos se quedaron sentados en el piso, uno mirando al objeto y el otro su vestimenta. El único ruido que había era la música que provenía del objeto inalámbrico.

—Ve a la habitación Sunghoon, trataré de arreglar tu desastre.

El niño se paro rápidamente, como si no quisiera estar ahí y aquella orden había sido su salvación.

La señora Park estaba sola. Con la música de nuevo sonando se lavanto del suelo pesada y suspiro con nervios antes de tomar el teléfono y contestar.

—Buenas tar-

¡Mandaré a ese demonio a la maldita cárcel, Park Sonmi! ¡Haré que se errepienta por casi matar a mi hijo! Los maldigo a los dos y ¡espero que se pudran en el infierno! .

El sonido indicador de la llamada terminada pudo escuchar. Atónita dejó caer el teléfono y cayó de rodillas al suelo, se abrazo tratando de controlar sus temblores y en un intento de tranquilizarce apoyo su cabeza en el estante de madera golpeándose en esta una más fuera que la otra.

Era la peor madre, una escoria que no debería tener aquel título y mucho criar a un ser vivo. Basura. Basura. Más basura.

—¿Otra vez?

Escuchó distorsionado.

Sunghoon había hablado por primera vez en el día.

No sabe cuento tiempo estuvo así, sólo sabe que pronto recuperó la postura levantándose y quitándose las lágrimas con brusquedad. Se acercó a la cocina e ignoro al niño cuando esté trató de mostrarle un dibujo, como si estuviera hipnotizada por el estante de la cocina  se asomó para abrirlo y sacar una botella de licor abriéndola con desesperación y comenzando a beber del contenido sin control. Una breve pausa bastó para que recuperará el hábito casi perdido.

—Los maldigo.. los.. maldigo

Repetía por momentos lo dicho por la otra señora.

Sunghoon mira desde detrás del sofá como su madre comenzaba a buscar otra botella para calmar su sed tirando de esta forma todo a su paso. El dibujo que tenía en manos se comenzaba a arrugar y para no hacer mucho ruido por el estado de la otra enterró sus uñas en sus brazos como método de relajación.

Estaba molesto.

¿Acaso había sido culpable de que su madre buscará como cachorro a su hueso una botella de ese horrible olor?

No, claro que no. Sunghoon había sido valiente a enfrentarse con el niño molestoso, él le habia destrozado sus dibujos y el quien sabe que cosa. Debía ser felicitado, debía ser recompensado con haberle comprado una caja de colores u otra cosa, no ser tratado como el..

—¿Culpable..?

No era su culpa que ellos no lo vieran, que no supieran lo detestable que es hablar con personas que lo único que desean es acerte daño, porque kang taehyun se lo había buscado y vaya quien busca encuentra.

Enconces. ¿Tenía la culpa?  O ¿Fueron ellos quienes la tenían?

—¡D-donde está la botella Sunghoon!

Terminó por quitar las manos de su antebrazo, sintió el líquido algo viscoso manchar un poco su polo y supo que era suficiente.

—Es tu culpa.. —Sonmi había caído al suelo, ahora comenzado a llorar, susurrando mientras golpeaba el piso con un dolor notable. — eres muy débil. —completó en susurro.

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⏰ Last updated: Oct 30, 2022 ⏰

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sunghoon el ginete Where stories live. Discover now