BLACKLIST

El niño que podía volar.

En algún momento de mi vida, mientras me mantengo observando el techo blanco y cierro los ojos entre tanto grito a mi alrededor, viene a mi mente el recuerdo de mi chaqueta de cuero beige que poseía a mis 5 años.

A saltos en el colchón, encerrado en la habitación de mis padres (la única habitación que tenía televisión), mi escape se tornaba en emprender vuelo después del salto número 5.

¿Por qué lo recuerdo con tanta claridad? Acepto que, es lo que más recuerdo de mi niñez. Los vuelos. Mis vuelos.

Mi paz, mi viaje, solo yo y mis alas que siempre estaban compuestas por mis brazos y esa chaqueta con mangas acolchadas que con los años se hicieron más cortas.

ㅡ ¿Por qué estás tan seguro que podías volar? ㅡ el tic-tac del reloj en la sala blanca, justo sobre el escritorio de LeeWoon (mi terapeuta por más de 1 año) me tenía los nervios de punta.

ㅡ Es de lo único que estoy seguro. Tal y cómo los niños que aseguran que existe Santa Claus. ㅡ y mis dedos se entrecruzadas entre sí, en un jugueteo que a cualquiera lastimaría por el fuerte enlace.

ㅡ Pronto cumples 26 años, Hyunjin. No puedes seguir así.

ㅡ Lo sé. Quiero mejorar. Por algo estoy aquí.

No sabía llorar hasta mi crisis del 2020, dónde estuve a punto de colapsar en público y mis temblores no se controlaban, me sofocaba en blanco y a la par perdía el equilibrio. Ahora que aprendí: no puedo controlarlo. Expresarme en la sala blanca era una tortura.

Cuando LeeWoon me preguntaba por mi momento feliz, recordé el bombón de chocolate que me regalaron mientras yo escuchaba Avril Lavigne en el pasillo del instituto de Música, por el 2010. Ese momento, era mi momento feliz. Con un nombre deslizándose por mis labios en susurro.

ㅡ Felix...