𝓓𝓮𝓵𝓲𝓻𝓲𝓾𝓶 - Mina (Twice) (Minayeon/Misana fanfic)

Capitulo 8

Estoy en la bañera, bañándome,

Agacho la cabeza bajo el agua y escucho la nada amortiguada, mientras cierro los ojos.

Cuando los vuelvo a abrir, Sana está inclinada sobre mí, con sus manos apoyadas a ambos lados de la bañera, riéndose y dándome su icónica sonrisa encantadora.

Me sobresalto y jadeo, cuando saco mi cabeza a la superficie.

Sin embargo, nadie está allí, estoy sola. Totalmente sola.

Miro mis manos y descubro que mis uñas están ensangrentadas, así que rápidamente, salgo de la bañera y me miro al espejo. Los rasguños en mis omoplatos se han vuelto mucho más grandes, sangrando incesablemente, incluso cuando intenté detener el flujo, con una bola de papel higiénico arrugado.

En eso, agarro frenéticamente las tijeras del gabinete con espejo, y empiezo a cortarme las uñas, sin poder recordar cuándo me había rascado, solamente intentando evitar que esto vuelva a suceder.

Miro hacia arriba en el espejo, escuchando la misma risa de Sana, resonando en mis oídos, pero, en lugar de ver mi propio rostro reflejado, veo el de Sana, justo donde yo estoy parada, todavía cortándome las uñas. Me asusto.

El reflejo de Sana me sonríe, me guiña un ojo y de repente, empiezo a sentir un fuerte pinchazo. Aparto los ojos del espejo y me doy cuenta de que accidentalmente, me corté una punta de mi dedo.

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El día después de aquel episodio incómodo y humillante que tuve con Nayeon, me encuentro aquí, practicando la parte del cisne negro, por quinta vez en media hora. Ya estaba cansada, así que me detengo.

Todo lo que Nayeon había estado diciendo durante todo el ensayo, era "Otra vez". Sólo otra vez, otra vez, otra vez.

"¿Tiene algún comentario o corrección real?" pregunto, desesperada, por tratar de entender exactamente cómo seguía cometiendo errores.

"Sana me habló esta mañana", responde. "Me dijo que te vio llorar y que debería ser suave contigo".

"No le dije nada de eso a Sana, no debería haberte dicho nada", intento, esperando que una explicación hiciera que Nayeon se molestara menos conmigo. No es como si yo le hubiera pedido a Sana que corriera y se quejara de él. "Lo siento."

"¡Deja de decir eso! ¡Deja de ser tan débil! ¡Ve otra vez!"

Una vez terminó el ensayo, me marcho hacia los camerinos, gritando el nombre de Sana tan fuerte. ¿Cómo se atrevió esa perra? Yo me confié de ella, literalmente abrí mis sentimientos ¿y así es como termina todo?. Estoy completamente decidida a preguntarle qué rayos estaba pensando.

Sana levanta la vista al escuchar su nombre, una sonrisa ilumina su rostro, antes de notar mi expresión seria y enojada.

"Necesitamos hablar. Ahora."

"Ooooh", canturrea Momo, como un niño que acaba de escuchar que llaman a alguien a la oficina del director.

"Cállate", murmura Sana, golpeándole la frente mientras se levanta.

Sana me lleva a una esquina trasera, encontrando el lugar más apartado posible para nuestra conversación. Estamos de pie, solas, y DEMASIADO cerca.

"¿Hablaste con Nayeon sobre mí?" pregunto sin rodeos, pues no tenía la paciencia suficiente, para aguantar cualquier escena en este momento.

Sana parpadea, como si estuviera sorprendida, como si estuviera esperando a que yo dijera algo más.

"Sí, me encontré con ella esta mañana y me dijo que ustedes dos estaban teniendo un pequeño problema".

Confundida y celosa ahora, digo lo primero que se me pasó por la cabeza. "¿Por qué te hablaría Nayeon? ¿De todas las personas?"

Sana arquea una ceja y se cruza de brazos. "Disculpe, su alteza. Solo le dije que estabas trabajando duro y pensé que lo estabas haciendo jodidamente fantástico."

"Bueno, no deberías haberlo hecho", espeto en respuesta. La estoy mirando fijamente, pero ella no me devuelve la mirada. No exactamente. Vuelve a sonreír y se empieza a reír.

Ni la sonrisa ni la risa llegaron a sus ojos.

"Está bien", dice, mirándome por encima del hombro mientras se gira para alejarse.

Salgo corriendo de la habitación con el corazón en la garganta, asfixiándome.