𝐀𝐍𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 𝐋𝐈𝐅𝐄 ━━ shuumatsu no valkyrie

9.

Si ellas creían que las cosas continuarían como hasta ahora estaban muy equivocadas, primero tendrían que pasar sobre su cadáver para que Rosario finalmente les permitiera que hablarán mal de su única hija, la mayor sabía que su hija no se metía con nadie y mucho menos con aquellos que se encargaron de esparcir todas esas habladurías acerca de su vida privada. Fernanda jamás las molesto a ellas, por lo tanto deberían andar calladitas por qué de esa manera eran más bonitas.

Y mucho menos debieron meterse con su amado nieto, es solo un niño por el amor de dios, un alma pura que no tiene culpa del odio que una mujer desalmada siente hacia Fernanda. Y dicha mujer se encontraba parada delante de ella, dándole una sonrisa cargada de hipocresía.

──¿Que pasa con esa sonrisa?, ¿No piensas decirme el por qué estás diciendo todas esas cosas acerca de mi hija?── cuestionó dándole una mirada fulminante, le cabreaba que simulara que todo estaba bien, le faltaba poco para soltarle un golpe.

──Rosario, ¿Por qué tanta hostilidad?, primero debes decir: Buenas tardes, antes de iniciar una conversación.── bromeó en un intento de apaciguar la ira de la mujer delante suyo.

Rosario rechino los dientes por su respuesta, »Dios dame paciencia por qué si me das fuerza la mato« fue lo que pensó mientras que apretaba los puños en busca de calma, ella siempre fue una mujer bastante impulsiva y eso llegó a generarle muchos problemas a lo largo de su vida, y aunque había sabido cómo sobrellevar ese tema no siempre podía mantener su temperamento bajo control.

──Di "tardes", por qué buenos van a ser los puñetazos que voy a darte por andar calumniando a mi hija, hija de puta.── declaró con una gran sonrisa.

»La paz nunca fue una opción«

──¿Mmm?, ¿Por qué razón deberías golpearme?, no he hecho nada malo.── su mirada de repente se poso en en pequeño niño a unos metros de ellas, a pesar de estar subido en el columpio su atención estaba en ellas y su conversación.── Además, deja de hacer escándalos, deberías respetar el hecho de que tú nieto está presente, ¿que pensara él de ti?

──¿Y eres tú quien me pide respeto?, no podés ser tan caradura, ¿dónde estaba el respeto que tanto prédicas cuando empezaste a hablar mal de mi hija e hiciste que las madres de los compañeros de mi nieto les prohibieran acercarse a él?

Rosario sintió sus ojos llenarse de lágrimas ante su propia declaración, ella sabía que no todos los niños de la escuela querrían ser amigos de su nieto, pero eso no significaba que no haría algún amiguito en el camino, pero descubrir que ningún niño se acercaba a su nieto debido a unos cuantos rumores malintencionados le dolía en lo más profundo de su corazón.

──Entiendo tu dolor Rosario, creeme, pero jamás diría o haría nada para arruinar la vida academia de tu nieto.── respondió.

»Dios mío, no puede decir que no lo intente.« pensó mirando al cielo nublado, sabía desde un principio que Liliana no confesaría lo que hizo, por lo que sin pensarlo su mano salió disparada hasta conectar con la mejilla de la contraria, su rostro se volteo con brusquedad debido al impacto y una de sus manos fue a dar a su mejilla para calmar el reciente ardor que le produjo la bofetada.

──¡No me mientas! ¡NO. ME. MIENTAS!

──¡¿Cómo te atreves a golpearme?!── cuestionó, los ojos abiertos de par en par, nunca imagino que Rosario sería capaz de ponerle una mano encima.

Cómo era de esperarse, no recibió ningún repuesta verbal, pronto sintió como su quijada era apretada con bastante fuerza haciendo que sus ojos se conectarán con los de Rosario.

──Yo soy una persona que es capaz de todo por defender a su familia, a diferencia de ti que solo sabes destilar tu veneno cual víbora venenosa.

Liliana busco zafarse de su agarre y cuando pudo hacerlo se alejó considerablemente de ella, respiro profundamente para calmarse, no podía permitirse darle el gusto de verla alterada, ella era una mujer decente y jamás se rebajaría ante una mujer tan vulgar como Rosario.