IV

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Entre las tomas que realizaba, sintió que alguien quería hacerle el habla. Baek Hyun se encontraba sentado en las gradas frente a la amplia piscina donde los concursantes estarían a punto de hacer su aparición para la premiación. Cuando bajó la cámara de su rostro, miró hacia un lado y observó a una señora de rostro amigable en los asientos de adelante, pronunciando su nombre con cierta cuestión de saber si se trataba de él y eso le tomó desprevenido.

—Eres Byun Baek Hyun, ¿verdad? —volvió a preguntar, obteniendo esta vez un asentir de su parte—. ¡Lo sabía! Tu rostro es inconfundible. Qué alegría volver a verte. ¿Cómo has estado? ¿Cómo se encuentra tu madre?

Baek Hyun no entendía nada de lo que estaba ocurriendo. ¿Cómo esta amable mujer le conocía? Lo trataba con tanta confianza que podía sentirse seguro de hablarle.

—¿Usted me conoce? —señaló con el dedo índice su propio rostro.

—¡Por supuesto! —reafirmó, efusiva—. Te conozco desde que estabas en el jardín de infantes y los primeros grados de primaria, ya que tuvimos que mudarnos y cambiar de escuela a nuestros hijos.

—¿C-cómo? —pronunció con sorpresa, procesando de a pocos esa información que recibía y lo dejaba boquiabierto por no acordarse de todo ello.

—Tal vez, no lo recuerdes, eras muy pequeño y no es que hayamos también compartido mucho. Era más con mi hijo, con quién compartiste. ¿Ya lo has visto? ¡Oh! ¡Por supuesto! ¿Has venido a verlo? —la señora hablaba tanto que Baek Hyun solo parpadea con su boca a medio cerrar por no saber qué responder sin balbucear—. ¡Justo allí sale! —se veía la emoción en su rostro cuando empezaron a salir los competidores a presentarse frente a la cantidad de espectadores que habían asistido.

Con una sacudida de cabeza, Baek Hyun salió de su trance para poder fijar sus ojos a donde la mujer observaba con tanta admiración y volvió a llevarse otra sorpresa en cuanto notó a quién todos sus ánimos se dirigían.

—S-su hijo... E-es... —de nuevo, se le dificulta con hablar bien.

—Sí, es impresionante lo que ha alcanzado —respondió la señora sin entender bien a qué se refería, por lo que creyó tratarse de un elogio para su hijo—. Debes venir con nosotros, Baek Hyun. Le haremos una cena por su triunfo. Mira qué contento se ve con su medalla.

Y es que era para tanto, Chan Yeol, volvió a conseguir el primer lugar, superando su anterior marca. Se le veía con una amplia sonrisa en ese alto taburete con el número uno y aquel ramo de flores. Los aplausos no cesaron hasta que se diera por concluida la premiación para poder retirarse los espectadores hacia las puertas de salida. Donde, Baek Hyun, trató de pasar desapercibido de la madre de Chan Yeol. Estaba sintiendo nervios en el sitio que se le pidió por esperar, ya que la señora había ido hacia los camerinos para encontrarse con su hijo.

Por más que se sobaba las manos, no podía calmarse. Después de verlo en varias competencias, por fin, iba a hablarle en persona, y más sabiendo, que fueron amigos de la infancia, según lo que le estuvo contando aquella señora. Ya sentía sus mejillas enrojecer de la emoción que empezaba a percibir en su persona. Era como si fuera a conocer a un personaje famoso.

Se dio unas leves palmadas en las mejillas por controlarse y alzar la vista cuando oyó su nombre por parte de aquella señora que venía en compañía de un muchacho más alto que ella. Mientras más se acercaban, Baek Hyun pudo notar que Chan Yeol realmente era muy alto y apuesto para tener la misma edad. ¿Cómo era posible? A su lado, sabía que parecería una pulga y con rostro aniñado. Se veía mejor que las fotos que le tomaba a larga distancia. Tenerlo cerca, realmente, era otra cosa. Ahora sí, podría decirse, qué cómo se respiraba.

Seamos felices juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora