𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟔

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Después de más de tres días juntas, haciendo nada más que hablar, hacer el amor y comer, finalmente lograron darse, a sí mismas, un poco de distancia la una de la otra.

No fue fácil, pero sus cuerpos estaban doloridos y sus contestadores llenos.

Sus amigos y familiares estaban preocupados.

Robin envió a Nancy de regreso, a través del patio, a media mañana del miércoles y se las arreglaron para no estar pendientes del teléfono la una de la otra.

Esa noche, era el último partido de voleibol de la temporada.

Robin apenas podía creer que fuera ya finales de agosto.

El verano pasa tan rápido, pensó mientras calentaba, con pases de pelota controlada con Nancy.

Miró a través de la red a sus oponentes, señalando los puntos débiles.

La humedad del fin de semana disminuyó, y una brisa refrescante soplaba fuera del agua.

Era una hermosa noche.

Nancy vestía de negro, pantalones cortos de lycra y una camiseta blanca, que había tomado prestada de Robin.

-Quiero mantenerla cerca para mí-le había dicho cuando había robado un pase de Robin.

Esta sonrió, mientras sus ojos seguían las líneas del cuerpo de su amante, elegante y tan flexible, mientras sus músculos se movían.

Todavía podía oler el aroma de su piel, sentir la suavidad bajo sus dedos.

Todavía podía escucharla jadear su nombre mientras se corría, rogándole que no parara.

-Hey-Steve chasqueó los dedos en la cara de Robin.

La Rubia sacudió cabeza y volvió rápidamente a la realidad.

-¿Estás bien?-le pregunto Steve con voz contundente.

-Por supuesto. Lo siento.

Nancy sonrió con complicidad, lo que la hizo ruborizarse.

-Sólo estaba pensando-dijo Robin.

El equipo jugó bien en su conjunto.

Robin y Nancy estaban totalmente una sincronía, era casi irreal.

Todas las jugadas les estaban saliendo muy bien.

Mejor que nunca.

Habían boqueado por izquierda y derecha, dejando al otro equipo tumbado en la arena en varias posiciones incómodas.

Nancy sonrió, y Robin estaba prácticamente a su lado en cada uno de sus movimientos.

Se chocaron palmas con frecuencia, y no fue sino hasta la mitad del tercer y último juego, cuando Robin se dio cuenta de las sutiles miradas y el ceño fruncido que tenían tanto Steve como Vickie.

En un momento, Nancy le lanzó un gesto, haciéndole saber que también se había dado cuenta.

Robin se encogió de hombros.

Estaban jugando bien, y el partido estaba resultando tan bueno que ganaron.

Cuando sus opositores los saludaron, una vez terminado el partido, todo el mundo fue a buscar sus botellas de Gatorade o agua, y bebieron con avidez.

Robin siguió a Steve a su pila de pertenencias, cerca de donde estaba Paula y se sentó en la arena mirando a Beth.

-Hey-dijo Robin-¿Estás bien?

La Esposa Del Vecino (ST)Where stories live. Discover now