Dominada

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La oscuridad y el silencio era absoluto, no era una situación que me extrañara ya la había disfrutado en otras ocasiones pero en esta se estaba prolongando mas de lo habitual. La venda negra que cubría mis ojos me impedía ver a mi alrededor. El cinturón de mi bata de seda ligaba mis muñecas e impedía la tentación de quitarme la venda.

Él me había traído, recorriendo su casa, había caminado por los pasillos de su casa, sintiendo en la planta de los pies la fría dureza del suelo y el cálido almohadillado de las alfombras, sintiendo como el resto del cinturón de la bata pasaba entre mis piernas y se incrustaba en mi sexo cuando tiraba de él para llevarme, sentía su opresión, como se humedecía mientras me proporcionaba el placer previo al que sabia que me esperaba.

Llegamos …, realmente no sabia donde habíamos llegado, únicamente la desaparición de la presión en mi sexo me indico que habíamos llegado, me pare, sentí como el cinturón de seda se deslizaba entre mis piernas, se salía de entre los labios de mi sexo. Las plantas de mis pies se asentaban sobre una cálida alfombra. Sentí sus manos, siempre suaves y firmes al mismo tiempo, en mis hombros, su presión me indicaban lo que él quería que hiciera. Me resistí, era parte del juego, la presión aumento, aun sin palabras. Lentamente como en cámara lenta comencé a doblar las rodilla, sus manos pasaron bajo mis axilas para ayudarme en el descenso, sentí como su sexo, su dura polla, rozaba mi vientre, mi pecho, se tropezaba contra mi barbilla. Intente, en mi ceguera, introducirla en mi boca, la perseguí sin lograrlo, sin lograr tomarla entre mis labios, sentirla en mi boca, sentir como golpea contra mi garganta.

Mis rodillas estaban sobre la alfombra, note su pie entre mis rodillas, como las empujaba hasta separarlas, me sentía bien, cómoda sintiendo su fuerza sin dureza, su pie salió de entre mis rodillas, por un momento no supe donde se encontraba, hasta que note como la parte libre del cinturón de seda comenzaba a atarse a mis tobillos, mientras sus manos acariciaban mis piernas desnudas.

La posición no era muy cómoda, mis manos prácticamente tocaban los pies y la tentación de sentarme sobre las piernas se hacia cada vez mas fuerte, lentamente comencé a sentarme sobre mis piernas, hasta notar un ligero azote en mis nalgas, mientras escuchaba su voz únicamente me decia una palabra, la primera palabra suya que había escuchado en las ultimas horas

¡No!

Su voz sonó cálida como siempre, pero restallo como un látigo en mi cerebro, él no me quería sentada, me quería con mis senos erguidos, mi vientre liso, mi barbilla alta, casi desafinaste, su voz, esa palabra, esa única palabra destruyo mi resistencia, incluso esa que únicamente buscaba continuar el juego, ese juego de sumisión, de dominación, de placer.

Nuevamente eleve mis caderas hasta quedar con el pecho erguido, la barbilla alta.

Sus labios se unieron a mis labios, mientras su mano sujetaba mi barbilla, intente jugar con su lengua, pero sus labios rápidamente se separaron de los míos, y su voz, esta vez suave, resonó en mis oídos

No te muevas, quedate así, sin juntar las rodillas, … espérame.

Y el silencio se unió a la oscuridad y me envolvió.

El tiempo pasaba, ¿cuanto tiempo?, minutos, tal vez una hora, la posición se estaba volviendo incomoda, pero no mas incomoda que el latido que sentía en mi sexo, las contracciones se hacían cada vez mas rápidas y la humedad empezaba a resbalar por la cara interna de mis muslos. Deseaba juntar mis rodillas, apretar mis muslos, inclinar mi cuerpo, llevar las manos a mi sexo, …

Algo rozo mis labios, se introdujo en mi boca, su sexo, su deseado sexo entraba en mi boca, mi lengua lo esperaba ansiosa, mis labios lo apretaron, mi cabeza, mi cuerpo empezó a moverse automáticamente, quería darle placer, darle ese placer que el quería, que yo deseaba darle. Sus manos tomaron mi cabeza, detuvo mi movimiento, mientras su polla, su siempre dura polla, entraba rítmicamente en mi boca, cada vez mas profundamente, más y más, hasta llegar a garganta. Por un momento temí que me dieran arcadas, que me faltara la respiración pero él me conoce, sabe como hacerlo, el aire siempre llegaba. Mi sexo palpita, cada vez más rápido, siento como la humedad me moja, chorrea por mis muslos, siento como mis manos se contraen de forma involuntaria, como los músculos de mi vientre están en tensión.
La siento en mi garganta pero ahora no sale, siento como se derrama en mi, como por mi garganta fluye su liquido cálido, ¡no puedo respirar!, intento huir, retirar mi cabeza, pero él la sostiene con firmeza, poco a poco, la saca de mi boca, el aire regresa, tengo la boca llena de semen, de su semen, su polla sigue en mi boca, la acaricio con mi lengua, la saboreo entre mis labios. Noto como una mezcla de su semen y mi saliva se escapa por la comisura de mis labios. Su sexo sale, mi lengua intenta recuperar los líquidos que se escaparon de mi boca, me ayuda, siempre me ayuda, sus dedos recorren mi barbilla, chupo, lamo sus dedos, los chupo con deleite, me saben a él.

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⏰ Last updated: Oct 12, 2022 ⏰

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