Capítulo uno

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Eran aproximadamente las 6 de la mañana y la joven se prepara para ir a estudiar, como siempre desayuna un momento con su padre antes de que él se vaya al puesto de policía y ella a la escuela. Normalmente él siempre la lleva pero esta vez no podía ya que iría a una investigación.

—¿Y qué vas a hacer hoy pequeña? —toma un poco de su café.

—Estudiar.

—Ya lo se hermosa —ríe leve—. Me refiero a que harás después de la escuela.

—Bueno pues aún no lo se, la semana pasada Sofia y Mariana me invitaron a una tienda nueva que pusieron en el pueblo.

—¿De compras? —mira a su hija con atención.

—Así es —dice mientras prueba un poco de su desayuno.

—Hey, suena muy bien deberías ir.

—No lo sé, papá, voy a pensarlo ¿vale?

—Esta bien hija, igual esta noche llegare un poco tarde así que si tú igual lo harás, por favor, llámame para avisarme.

—¿Y eso por qué? —preguntó la menor con algo de inquietud.

—Linda, últimamente las calles han estado un poco peligrosas. ¿No has visto las noticias?

—Sabes que no me gustan las noticias, papá.

—Lo sé, pero esto es importante muñeca. Debes estar al tanto de lo que está pasando y ten mucha precaución, no me perdonaría si algo te pasará. —dice en un tono preocupado mientras mira a su hija.

—No digas eso papá, no me pasará nada tranquilo.

—Igual hazlo por mi, ¿está bien? —sujeta la mano de la menor.

—Esta bien papá, prometo que voy a investigar. —suspira y sonríe un poco.

El padre de la joven, ya más tranquilo besa su frente para después agarrar sus llaves y salir de la casa. A la joven no le gustaba mucho eso de leer o ver noticias sobre asesinatos, secuestros y ese tipo de cosas. Pero le prometió a su padre que lo haría.

[...]

—¿Enserió te invito a salir a ti? —la joven se burla de su amiga.

—Sí, tonta. ¿Qué tiene de raro? —levanta una ceja.

—Es que eres un poco extraña Sofia, casi no sales de tu casa.

—Ja, por favor. No hables como si salieras mucho de tu cueva —chistea con algo de molestia.

—Ya ya, solo bromeaba chicas no se lo tomen tan personal.

Estaban ya en clases, como siempre todo era muy aburrido pero la joven trataba de prestar mucha atención para poder pasar el examen.

—Veo que tu compañero no llego.

—Ah, Felix. Hola. —lo mira con una leve sonrisa.

—Hola, preciosa. ¿Puedo? —señala el asiento vacío que había al lado de la chica.

—Hmmm si, igual no creo que llegue —dice sin mucho interés.

—Me siento afortunado de estar a tu lado —sonríe.

—No hables como si fuera la gran cosa, solo estás sentado a mi lado.

—Eso es mucho para mi, siempre estas alejada. ¿Acaso se enfada tu novio? —la mira con atención esperando una respuesta.

—No, no tengo novio y tampoco quiero tenerlo.

—Deberías darte la oportunidad de amar linda.

—Escucha —lo mira—. Si me doy o no la oportunidad de amar es mi problema, no es de tu incumbencia. ¿De acuerdo?

In the hands of a psychopath | JkWhere stories live. Discover now