¡ O2 ⚝ son mis bebés !

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— ¿Y ahora por qué pelean? —Jeongin escuchó la voz del alfa y sintió el familiar aroma cítrico de las naranjas en cuanto lo tuvo sentándose junto a él en la mesa de la cafetería.

Jeongin se encogió de hombros con la sonrisa divertida observando la manera en que los tontos alfas discutían cerca de la tienda del instituto, llamando completamente la atención. Los lobos pasaban de ellos solo enviándoles miradas extrañadas, aunque eso no parecía importarles demasiado.

Una risa se escapó de la garganta del omega al ver a Seungmin rodear el cuello del rubio desde atrás para hacerle una llave improvisada, mientras Hyunjin manoteaba el brazo y lanzaba codazos para liberarse. Sus muecas de esfuerzo y su rostro enrojecido era en verdad gracioso.

— Dije qué tenía hambre.

El alfa asintió comprendiendo, riéndose cuando Hyunjin lanzó una patada hacia atrás logrando que Seungmin perdiera el equilibrio y entonces aprovechara para correr, no pudiendo hacer mucho pues Kim se aferró a su tobillo y el rubio cayó estrepitoso contra el suelo donde ambos comenzaron a forcejear.

— ¿No deberíamos detenerlos? Se van a lastimar.

— Nah~ solo están jugando —cuando Kim se subió colocando ambas piernas a los costados de Hyunjin, ambos empezaron a lanzarse manotazos como niños pequeños—. ¿Ves, hyung? Son unos bebés.

Minho afirmó ante la pelea infantil, que terminó limpiamente con el duelo final de piedra, papel o tijera. Quien se levantó para correr gritando alegre fue Seungmin al haber ganado, mientras Hyunjin se dedicaba a refunfuñar derrotado sacudiéndose la suciedad de sus ropas y acomodándose el cabello que Kim despeinó. El alfa pelinegro no estaba mejor, Hyunjin le había logrado rasguñar un poco el brazo, aunque eso no parecía importarle mucho, ni siquiera se molestó en acomodarse las ropas.

— Ow... quería que Hyunjin me comprara el almuerzo, el siempre compra galletitas de nuez —el omega pelirosa puchereó, aunque tampoco se quejaba en serio. No cuando Kim parecía realmente feliz escogiendo un almuerzo para él.

— ¿Y por qué dejaste que se pelearan?

— Porque es divertido —Minho negó superado por la sonrisa inocente del omega— y además mira, Minnie compró comida, pero dejó que Jin comprará el refresco.

Y era cierto. Seungmin solo movió la cabeza con la sonrisa ilusionada en su rostro para dejar que Hyunjin se encargara de la bebida, provocando en el pelirubio una enorme sonrisa de oreja a oreja. Ambos cachorros siempre terminaban aliándose a pesar de derrotar limpiamente al otro, al final repartiéndose algo para hacer feliz al bonito omega. Y Jeongin sonrió cuando notó a Hyunjin pedir un empaque de sus galletitas favoritas.

— ¿Por qué no les das una oportunidad? —Minho cuestionó realmente curioso, mirando a los cachorros regresar a ellos sonrientes— En verdad están enamorados de ti.

Jeongin se encogió de hombros susurrando:— No puedo tener dos alfas y tampoco quiero romper el corazón de uno de ellos, los quiero a ambos, son mis bebés.

— ¿Quién dice que no puedes tener dos alfas?

Jeongin miró al alfa a su lado, aplanando los labios. Mentiría si dijera que antes no había estado pensando en ello, porque en realidad sí que lo hacía. No podía ni quería tener que rechazar a uno, ver sus ojos tristes y esa expresión que le oprimía el corazón.

También había querido evitar que ambos se ilusionaran, pero fue demasiado tarde cuando se dio cuenta que ese par tenía sentimientos por él. ¿Por qué tenía que ser tan difícil? Jeongin ni siquiera conocía sus propias emociones, sólo sabía que quería a ambos, pero no estaba seguro si era de la manera amistosa y fraternal de siempre o de alguna forma romántica.

── cappuccino candy !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora