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-Buenos días. - Saludo a Nam a mi lado.

-¿Cómo dormiste? - Pregunta apoyando sus codos sobre la cama, limpiando cualquier rastro de baba en la comisura de sus labios.

-Muy bien, ¿y tu? - Pregunto acostandome de lado tomando un mechón de mi cabello y dejandolo en mi espalda.

-Igual, muy bien.-Dice y yo sonrío.

-Me alegro. - Digo estirando mi mano hacia su cabellera larga. - ¿Hoy tienes libre? - Pregunto jugando con su cabello.

-Si, pensaba pasar todo el día viendo películas o leyendo algún libro. - Encoge sus hombros.

-Me parece un buen panorama. - Digo sonriendo. - Pero debo ir al baño.

Me levanto de la cama sin quitar la ropa de cama que cubre su cuerpo, entro al baño y hago mis necesidades manteniendo los ojos cerrados, aún no despierto del todo. Me levanto del váter, lavo mis manos y las seco enseguida con la toalla pequeña que cuelga a un lado del espejo. Salgo del baño dejando la puerta abierta de este. Mi vista recae sobre Hoesaeg en medio del departamento, me acerco a él bajo la pesada mirada de Nam, quien aún sigue en la cama.

-Hoesaeg. - Le llamo mientras me arodillo a su lado.

Este no emite ningún ruido, pero de todos modos alza su cabeza con dificultad.

-¿Qué pasa, gatito? - Digo acariciando su cabeza agudizando mi voz.

Hoesaeg se mueve de tal forma que parece que vomitara y al hacerlo me asusto al ver que es sangre mezclada con comida, me levanto de mi lugar poniendo las manos en mi cara.

-¿Qué? - Dice Nam levantándose rápidamente de la cama con apenas la ropa interior puesta.

-¡Es sangre!-Grito mirando a Nam, mi vista se nubla con las lágrimas.

-Llamaré a alguno de los chicos para que nos lleve a algún veterinario. - Dice Nam tomando su celular.

Sin pensarlo tomo la bata de la puerta del baño, la amarro a mi cintura, tomo a Hoesaeg del suelo, que bajo maullidos de dolor solo entierra sus garras en mi brazo.

-¿Qué haces? - Dice Nam al verme ir hacia la puerta.

-No lo sé. - Chillo saliendo del departamento, no cierro la puerta, solo corro descalza por el pasillo.

Bajo las escaleras con rapidez escuchando a Nam gritarme desde la puerta. Hoesaeg vuelve a vomitar manchando el costado de mi bata y yo sigo soltando sollozos ahogados mientras camino por la calle.

Hay una veterinaria cerca, la he visto cuando paso en el autobus de vuelta a casa, solo espero que este abierta y puedan atenderme enseguida. Nam llega corriendo a mi lado, se ha puesto una camiseta y unos shorts, es la ropa que usa para salir a trotar por las mañanas.

-¿Dónde vas? - Pregunta Nam preocupado.

-Allí. - Dugo sin poder pensar mucho en mis respuestas, solo quiero llegar a mi destino.

Hoesaeg vomita por tercera vez y ya me detengo, no puedo seguir corriendo mientras lloro, Nam coge a Hoesaeg de mis brazos y toma una de mis manos, comienza a correr y sin rechistar sigo su paso, al menos debemos intentarlo.

No quiero dejarlo morir, solo tiene par de meses.

___

Solo bastaron un par de palabras para que el mundo se desmoronara sobre mí. Cuando recibí a Hoesaeg de las manos de la madre de Nam, nunca pensé que volvería a tomarlo de las manos de alguien más y mucho menos dentro de una caja de cartón con una pequeña manta sobre su cuerpo.

Lo siento, no hemos podido hacer mucho.

Las palabras resuenan en mi cabeza, mi cuerpo se siente débil y la botella de agua en mi mano cae al suelo derramando el líquido en el asfalto del pequeño callejón donde estamos escondidos. Nam sentado en la acera a mi lado coge la botella y toma la tapa que también he dejado caer para cerrar la botella. Vuelvo a llorar tapando mi rostro y la mano de Yoongi acaricia mi espalda. Nam le ha llamado para que nos trajera al veterinario, finalmente hemos llegado caminando, pero Yoongi ha decidido quedarse de todos modos, acompañándome.

-Vamos.-Dice Nam.

Yo sigo con la cara tapada, no puedo parar de llorar, sigo recordando las palabras de la chica, su tono de voz, su rostro, la forma en la que estaban sus cejas, como se movían sus labios al hablar, la lástima impregnada en sus ojos.

La mano de Nam se posa en mi hombro y entiendo que ya es momento de ir a casa, tomo la caja entre mis piernas y entro al carro por la puerta que Nam abre para mi, abrocha mi cinturón mientras yo mantengo la caja sobre mi regazo. Besa mi sien para luego cerrar la puerta, rodear la camioneta y sentarse junto a mi mientras se quita la mascarilla.

Apoyo la cabeza junto a la ventana y cierro los ojos, solo espero que el tiempo avance muy rápido y el pecho deje de doler con la intensidad que lo hace ahora, justo ahora.

En estos momentos, me gustaría que cualquier Dios, de cualquier mitología o religión, que riga la vida me visite y me ordene descansar en paz, lo haría sin dudarlo. Quizás mañana no pensaré de esta misma forma, quizás mañana no siga aquí y simplemente no piense en nada.

Publicado el 15 de oct., 2022.

Mala Carga(RM of BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora