Capítulo 4

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04 | Somos unos cobardes.

Jess.

—¿Estás listo ya?

—¡Espera un poco!

—¡Como no salgas en cinco minutos, me voy sin ti!

Suelto una risa. Ambos sabemos que eso no es verdad. Aunque a Oscar le encante intentar hacerme creer que va a dejarme solo, le conozco lo bastante bien como para saber que no lo hará. Eso me tranquiliza.

Me observo a mí mismo en el espejo una última vez. La imagen de un chico castaño con una sonrisa nerviosa en la cara me devuelve la mirada. Mis ojos van a otro punto del cuarto de baño: el rincón en donde guardo el maquillaje. Dudo. Siempre he pensado en ponérmelo, pero nunca lo he hecho. No sé si debería probarlo ahora.

Como necesito la opinión de alguien, acerco la oreja a la puerta.

—Oscar —digo su nombre en voz alta—, ¿crees que un poco de maquillaje me quedaría bien?

—Depende de qué tipo, pero sí. Quizá algo en la zona de los ojos.

Con un poco más de confianza, alargo la mano para coger el delineador negro y acabo aplicándolo alrededor de mis ojos. Sonrío. Lo guardo donde estaba y, tras lo que ha parecido una eternidad para Oscar, salgo del lugar.

—Delineador, ¿eh? —dice tan pronto como me ve—. Sí que te queda bien.

—¿Tú crees?

—Sí. Aunque me quedaría mejor a mí.

Le doy un golpe sin fuerza en el hombro. Él suelta una risa que en seguida me contagia. Ambos salimos del apartamento y decido mandarle un mensaje a mi novio por el camino.

Yo: Voy de camino a la residencia. ¿Nos vemos allí?

Pasa un minuto hasta que obtengo respuesta.

Alex <3: Claro.

El lugar de la fiesta es la residencia de uno de los chicos del equipo de fútbol y el motivo del mismo es la reciente victoria en uno de los partidos. No pude ir a apoyar a Alex porque estuve ocupado toda la tarde en el estudio de tatuajes; ese día tuve muchos clientes y apenas tiempo libre. Aunque a él parece no importarle demasiado. Dice que, mientras venga cuando pueda, no importa nada más.

—Brooke nos está esperando —digo.

—Perfecto. ¿Dónde está?

Dejo salir una risita.

—Ahí delante.

Mi amigo y yo nos encontramos frente a una chica rubia de ojos castaños y complexión grande que lleva puesto un vestido rojizo que le sienta genial. Tiene una gran sonrisa en la cara. Se acerca hacia nosotros, nos da un abrazo a cada uno y luego señala el coche posicionado detrás de ella con el dedo.

—Anda, subid —dice para acto seguido ocupar el asiento del piloto—. Dale las gracias a tu novio por habernos invitado, Jess.

Oscar y yo entramos al coche. Él decide sentarse al lado de Brooke mientras que yo tomo asiento detrás de ambos. Música, conversaciones triviales y risas son los únicos elementos que quedan durante el trayecto. Mis amigos no paran de hablar sobre los planes que tienen para esta noche y yo intervengo para contarles lo ilusionado que estoy con respecto a Alex. Decido no mencionar el hecho de que me encontré con Logan hace unos días. Mi propósito es no pensar en él durante todo el tiempo que sea posible. Además, aunque ahora no tengamos la mejor relación, conozco a Logan. Los sitios con demasiada gente no son de su estilo. Seguro que no ha venido.

El arte que somos ©Where stories live. Discover now