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Hoseok y Jackson tienen una vida muy cómoda y una bella familia, donde el amor es inmenso.
Con tres hermosos hijos, gritos, peleas, amor y más amor, así se conforma la familia Jung y Wang.
Acompaña a los WangPark en su pan de cada día.
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Taehyun, piel perfecta, sonrisa que gritaba ternura y hacia derretir su corazón, ojos grandes y encantadores, y unos labios que tanto moría por probar.
BeomGyu podía pasar horas y horas mirando a Taehyun, una obra de arte, así resumía el rubio al chico que tanto lo hacía suspirar.
Pero había algo que lo había dejado mal, algo que le hacía doler el pecho.
Él jamás quiso comportarse de manera idiota con su lindo zorrito bebé, pero no pudo evitar hervir en celos en cuanto vio a aquel peliazul al lado de Taehyun, su terronzito de miel reía tan hermosamente y aquellas bonita risitas no eran causadas por él.
Es que vamos, Taehyun era la cosita más hermosa que sus ojos pudieron mirar, era tímido pero a la vez eran tan decidido que incluso llegaba a intimidar. BeomGyu admiraba cada faceta de Taehyun, podía ser el chico más encantador y dulce del mundo como a la vez podía meterse el demonio a su pequeñito cuerpecito y era imparable.
BeomGyu amaba cada cosa de Taehyun, amaba sus ojitos de zorrito que parecían tener estrellas dentro de ellos, amaba su sonrisa y la forma en la que Taehyun achinaba sus ojitos al sonreír, amaba escucharlo cantar ya que su zorrito bebé portaba una voz angelical que era sumamente hipnotizante para quien quiera que la escuché.
Por eso toda la noche planeo una cita perfecta para poder pedirle perdón a su bebé. Porque su pecho dolía cada vez que recordaba que había hecho sentir mal a su pequeño.
Tal vez...
Solo tal vez...
Podría lograr confesar sus sentimientos hacia Taehyun.
Y con ese pensamiento BeomGyu salió de su hogar.
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─ Chiquito, ¿qué haces aquí? El timbre no tarda en sonar.─YeonJun preguntó al notar que el pelirosa se encontraba afuera del instituto buscando algo con la mirada más bien a alguien y ya imaginaba a quíen.
─ Espero a Gyunnie... ─dijo por lo bajo.─ Ayer no contestó mis mensajes y no sé que hice mal... ─dijo con tristeza.
YeonJun iba a responder, pero divisó a una conocida cabellera rubia quien cargaba un gigantesco oso de peluche y un ramo de rosas. YeonJun sonrió.
─ Suerte, chiquito. ─dijo YeonJun y Taehyun le miró confundido observando como YeonJun se alejaba lentamente con una sonrisa traviesa en sus labios. "¿Suerte con qué?" pensó en pelirosa.
─ Taehyun... ─el pelirosa volteó al reconocer aquella voz.
─ ¡Gyunnie! ─los ojitos de Taehyun brillaron.
BeomGyu tomo un gran suspiro y se armó de valor.
─ Pequeño, yo... ─BeomGyu sonrió al notar los ojitos curiosos del más bajito los cuales miraban atentamente los obsequios que había preparado justamente para él.─ Esto es para ti. ─extendió el enorme oso de peluche el cual fue tomado por los cortos bracitos de Taehyun quien inmediatamente abrazo al oso de peluche al tenerlo entre sus manos.
