-¿De quién es este tenis? -Preguntó Luke con un tenis en su mano.- ¿Y el otro?
La chica como incentivo lanzó el otro par. Nadie esperaba que ella fuera a tener un buen tino más sin en cambio ahí estaba Luke, en el piso con un fuerte dolor en su entrepierna. El tenis había dado exactamente en esa parte.
-Auch -Fue lo único que dijo el ojiazul.
Michael lo miraba con cara de sorprendido -¿¡Cómo por qué una chica le lanzaba un tenis a su novio, SU novio!?-, sus ojos azules fueron a parar en el rostro del ojiazul, en el cuál se notaba un leve sufrimiento.
La idea apareció de repente en su mente provocando una sonrisa en Michael.
El mayor se acercó a Luke después de varios minutos, la sonrisa aún no desaparecía de su rostro además de que sus ojos se oscurecieron ante su idea; poso su cuerpo detrás del de Luke, pegando lo más que pudo su entrepierna con el trasero del menor, aun no tenía una erección pero seguramente la tendría... Se paró de puntitas y acercó sus labios al lóbulo de la oreja de Luke, haciendo que este gimiera suavemente.
-M-Mike... -Susurró Luke tapando su micrófono.- ¿Q-que haces...? Estamos... frente a las fans...
-Yo podría... sanar tu dolor... -Añadió seductoramente, ignorando lo que el menor le dijo- Yo podría...
-¡Shhht! -Las mejillas de Luke se enrojecieron a más no poder al entender a que se refería su novio. Volteo para mirar a Michael y le dedico una sonrisa seductora.
El concierto finalizó después de media hora. Los chicos se subieron a la camioneta que les llevarían al hotel, todos iban cansados y demasiado orgullosos de aquel día. Cada quien iba en sus propios pensamientos menos Lule y Michael, que iban tonteando y provocándose dos grandes erecciones bajo sus pantalones.
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Luke fue el primero que salió de la camioneta, camino con rapidez a su habitación mientras que sus manos hacían el intento de ocultar el bulto en su entrepierna. Detrás de él le seguía Michael, quien se iba carcajeando de la actitud de su novio.
-¡Lukey! -Gritó Michael con diversión.- ¡Espérame!
El menor se detuvo a meter la llave y poder abrir la puerta pero antes de que lo hiciera, Michael lo abrazo por atrás pegando su erección a más no poder. Un gemido salió de los labios de Luke, y con torpeza abrió la puerta.
Michael deposito un suave beso en el cuello de Luke antes de separarse de él.
Luke se volteo y con una sonrisa invito al mayor a que pasará. La mirada de Michael se encontraba en los labios de Luke, delgados y rojos -¡Cómo amaba esos labios!-, no tardo ni en segundo más en captúralos, devorándolos como si fuera la primera vez que los probaba, los saboreaba y se extasiaba con su dulce sabor a Luke.
