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El viaje había comenzado, Kakyoin iba al volante y su esposo al lado, el trayecto estuvo bastante bien, el pelirrojo manejaba con una sonrisa en su rostro se sentía feliz por tener una oportunidad como esa.


- Todo saldrá bien... - Jotaro tomó la mano de su esposo. - Tu talento llegará aún más lejos, no dudes de eso. - le sonrió.

- Gracias Jotaro...! - le devolvió la sonrisa y continuaron su camino.


Pasaron varios minutos hasta que vieron un edificio con varias luces, y se escuchaba música clásica, ese era el lugar.


- Listo? - Jotaro le miró.

- Si, estoy listo. - tomó aire. - Gracias por acompañarme... - una suave sonrisa se formó en sus labios.

- Es un gusto. - antes de dar otro paso lo tomó por la cintura y le regaló un cálido beso. - Todo saldrá bien Noriaki...


Ambos ingresaron al edificio, no tuvieron problemas para entrar ya que sus nombres eran los primeros en la lista, la pareja había optado por usar algo que sin duda los identificaba por separado, ya tenían un accesorio que les decía a todos que eran más que amigos, si, sus anillos, así que decidieron usar algo por aparte, Kakyoin lucía esos aretes con forma de cereza de la manera más bella, con cada paso esos aretes se movían de un lado a otro y sus glamorosos lentes oscuros no podían faltar. Y por el otro lado teníamos al pelinegro que usaba su gorra negra con aquellos detalles dorados, y su gabardina oscura que hacía juego con la gorra, había dudado un poco en vestir aquel accesorio extravagante pero después de pensarlo tanto se decidió, esa brillante cadena dorada al costado de su gabardina le daba un toque completamente diferente, ahora ambos lucían como hace veinte años atrás, algo nostálgico, pero más que nada se sentían felices.


- Kakyoin Noriaki!! - Un hombre de cabello largo y rubio claro se acercó apresuradamente a saludar. - Rohan me hablo sobre ti, estoy muy feliz de conocerte.

- Kakyoin..? - el mayor se acercó y habló con un tono más fuerte. - Kujo Noriaki, ese es su apellido. - el ceño fruncido del pelinegro decía todo, estaba molesto.

- Ah, lamento no haber cambiado mi firma! - se inclinó ante el rubio. - Yo estoy casado por cuál ahora Kujo es mi apellido. - miro molesto a Jotaro, no debía molestarse tanto por una confusión.

- N-No sabía, lo lamento también. - el rubio se disculpó con ambos. - Soy Mikitaka Hazekura, soy amigo de Rohan, por eso me apresuré a pedirle una reunión contigo.

- Me alegra saber eso, y ya que estamos acá por qué no me cuentas que tienes planeado...? - se dirigieron a una mesa para hablar acerca de la subasta.

- Está noche subastaré varios de tus cuadros, solicité un permiso para hacerlo y gracias a ti se podrá realizar. - miro hacia el escenario dónde ya se encontraban algunos artículos. - Las ganancias se repartirán de esta forma. - sacó una libreta y le mostró sus apuntes. - Tú obtienes el 60%, y yo el 40%.

- 60%!? Eso no debería ser para ti hiciste todo esto posible así que la mayor parte no sería tuya..? - se cuestionó.

- Mira, tus cuadros son las estrellas de acá, la mayoría de personas vinieron por comprar alguna de tus obras. - señaló al público, quiénes iban levantando sus cartones y ofreciendo más dinero. - Después de esta subasta quiero que pintemos algo juntos, en vivo, sería una bonita experiencia.

- C-Claro! - el pelirrojo sonrió y miró a su esposo quien ya tenía una sonrisa en su rostro. - Mikitaka Hazekura, no lo había mencionado antes porque iba a parecer un aficionado, pero tu pintura de las Nubes de Magallanes es mi favorita, cuando la veo siento que estoy en el espacio admirando un hogar, no sé, puede parecer extraño pero siento que por alguna razón ese lugar es muy importante para ti. - habló con un poco de pena por si lo incomodaba.

A𝐮𝐧𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐚 𝐮𝐧𝐚 ú𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐯𝐞𝐳 (Jotakak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora