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YARON.

Maldigo entre dientes, cuando me encaminó al despacho, hoy el día estaba siendo un puto ajetreo de cojones.

Reuní a los empleados, teníamos cosas de que hablar. Quería saber todo de la nueva organización narcotraficante que se estaba creando en mi ciudad.

¿Quién se atrevía a no obedecer mis órdenes hoy en día?, más gente de la que yo pienso. Por eso todos acaban teniendo la mala suerte de morir en sufrimiento.

—Sentaros—digo áspero en la sala privada de reuniones.

Ya todos en los sitios, mi personal que anda en la calle ocultos informándome de todo. Mi mejor amigo, que por cierto, se llama Daven. También se encuentran mis guardaespaldas, y los que llamo hombres de tortura.

—La red esta oculta en uno de los barrios alejados de la zona centro. La organización se encuentra en una pequeña nave, donde antiguamente se arreglaban coches. El propietario debió venderlo aproximadamente dos años, y acabó siendo suyo—dice un vigilante.

—Bien, cuanto tiempo llevan actuando, y porque no lo hemos detectado antes—doy con fuerza en la mesa.

—Acaban de empezar señor, llevan unas semanas, tenían antiguamente una red desde Roma, su mercado se expandía por todo el mediterráneo, pasando por toda España y Francia. Tenían otro centro en París, y ahora el jefe acabó viniendo aquí—dice el mismo que antes.

—Es el mayor error que ha cometido ese imbécil—grito enfadado. Nadie se mete en mis calles y menos para repartir droga. Para envenenar a toda la población.

—Dicen que se compró una mansión en la ciudad, y que pretende quedarse en esta ciudad—dice firme otro de los vigilantes.

—Eso será si lo permito yo—me estoy cabreando de verdad, estoy apunto de ir y pegarle un tiro yo mismo en persona. Pero así no hacemos las cosas.—¿Sabemos la localización exacta?

—Sí, está justo a las afueras, exactamente 500m más haya del centro.

—Quiero cámara veinticuatro siete en todas las zonas donde se encuentra la organización—y con eso doi por finalizada la reunión.

Me levanto cuando no queda nadie dentro, no me gusta estar dentro de mí personal, hay que marcar la diferencia.

Salgo por la puerta y Daven me espera, ninguna sorpresa, a veces mi amigo es como un grano en el puto culo. Pero es la única persona que de verdad me aguanta, y eso que nunca historia no empezó precisamente bien.

—Pensaba que te daba igual todo este asunto —dice con risa de pocos amigos.

—Ayer no quería enfrentarme a más problemas, pero ya ves, he puesto soluciones rápidas, en cuento hayan controlado la zona, avísame—digo intentado irme hacia la piscina quiero nadar.

Daven me acompaña en silencio, cosa que no me molesta, se que si lo hace es por una razón. Aunque se que él es el guía al personal. Cada vez se implica menos en las salidas del recinto. A menos que sea para traerme a una persona. Y en estos momentos quiero la cabeza de ese gilipollas. No entraremos en el juego hasta que no sea seguro, eso siempre.

—Arranca—le obligo se que me tiene que decir algo.

—Te has pasado con esa chica, Yaron...—intenta explicar.

AvernoWhere stories live. Discover now