Capítulo 5: El Accidente de Mustafá

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La mujer que había atrapado al príncipe era Roxelana. Suleiman la vio y quedó paralizado apreciando su belleza, pero Mahidevran se cruzó en la vista que tenía el Sultán. Tomó a Mustafá en sus brazos y junto al Pashá lo llevaron al médico del palacio. Firial le dijo a Suleimán:

-Mi Sultán, ella es Roxelana, la mujer que usted nos ha enviado a buscar.- le contó, mientras él la seguía mirando. Finalmente Suleimán volvió a reaccionar.

-Bueno, Firial en este momento iré a ver a Mustafá, pero quiero que esta misma noche ella vaya a mis aposentos.- dijo y entró al palacio para ver cómo estaba su hijo.

-Felicidades señorita- a Roxelana- Esta noche estarás en los aposentos de nuestro sultán, ese es un gran paso. - la felicito Firial.

-Pero para que eso pases hay que prepararla, no hay tiempo que perder. ¡Vamos!- ordenó Zumbulag.

Mientras Suleimán calmaba a los aposentos del príncipe, en el camino la Madre Sultana se cruzó con él y le preguntó para dónde iba con tanta prisa. Entonces él le explico lo del accidente, la caída y la atrapada que hizo la señorita Roxelana. Ella desesperada decidió acompañarlo para ver cómo estaba el pequeño príncipe.

Ambos entraron a los aposentos. Dentro Ibrahim y Hatice estaban de pie junto a la cama de Mustafá, por el otro lado Mahidevran estaba sentada en una silla tomando la mano del pequeño con las suyas, junto a ella estaba de pie Bulsa. Luego de un momento el médico entró para ver cómo estaba el príncipe. Antes les pidió a todos que se marcharan, excepto a Suleimán y Mahidevran.

Minutos después el doctor ya tenía lista la respuesta que le daría a Suleimán. Lo miro y dijo:

-Sultán, Sultana el principe Mustafá está en excelentes condiciones. Por ahora debe descansar, pero es un milagro para todos que esa mujer estuviera ahí en ese momento, sino sería algo lamentable.- explicó el médico.

-Muchas Gracias- le dijo Mahidevran.

-Gracias.- le dijo Suleimán.

El médico salió de los aposentos, seguido por Suleimán. Al Sultán lo siguió luego Ibrahim.

Mientras en el Harem las muchachas preparaban a Roxelana para su primer encuentro con Suleimán. Le habían dado un vestido violeta, que ella lucía muy bien. Le agregaron un collar y pulseras en cada mano. Finalmente ella estaba lista, pero en eso, Zumbulag apareció y le empezó a explicar las reglas que venían con ir a ver al Sultán.

-Primero no le debes hablar a menos que el te lo pida. Debes hacer todo lo que te ordene. Finalmente la última regla, que además es la más importante, no debes mirar al sultán a los ojos, está prohibido. Si rompes alguna de estas reglas el sultán te hará pagar muy caro. - le advirtió Zumbul.

-Zumbul, no la asustes tanto. Mira Roxelana, las reglas las debes seguir, pero no tengas miedo de él. Nuestro sultán es la mejor persona de este imperio, mucha suerte.- le dijo Firial.

- Ahora vamos- dijo Zumbul.

Zumbulag la guió hacia los aposentos de su majestad, era un largo camino hacía allí. Cuando caminaban pasaron frente a la habitación, que tenía la puerta abierta, en donde estaba Mahidevran y Mustafá. Ella miró a la muchacha tan arreglada y sus ojos se llenaron de furia. Luego de que pasarán le ordenó a Bulsa que cuidase a Mustafá mientras ella iría a hablar con Ibrahim Pashá.

Finalmente Roxelana estuvo frente a los aposentos del Sultán. Zumbul abrió y la dejó entrar.

-Ya puedes entrar, pero recuerda recuerda todo lo que te dijimos, si Alah esté contigo todo saldrá bien. Y recuerda lo más importante nunca mirar al sultán a los ojos, hasta que el te autorice. Además recuerda ser respetuosa. Ahora apresúrate el sultán ya aguarda por ti.- le dijo Zumbulag.

Ella lo escucho y entro luego se encontró frente a su majestad pero con la cabeza abajo.

-Roxelana. ¿Como estas?- le pregunto.

-Bien su majestad-. Le respondió Roxelana mirando el suelo.

Luego el le puso su mano en la barbilla de Roxelana y levantó su cabeza lentamente. Al levantarle la cabeza ella logró ver sus ojos de color claro y su pequeña barba negra.

-Es perfecto- pensó Roxelana.

Entonces Suleiman se empezó a acercar a ella y se besaron. Luego ella lo sedujo y ambos acabaron en la cama real del Sultán... .

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