Capítulo 5 ◾ El compañero

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9 de septiembre de 2021

— Esto es horrible — digo empujando mi escultura frustrada.

— A ver, tendría que ser un rostro, pero nadie nos dijo si tenían que ser abstractos o no — Alaric se ríe.

— A veces me pregunto por qué estudias artes y no te has dedicado al humor...

— Porque no podría enseñarte alemán.

— ¿Alguna palabra nueva? — arqueo una ceja.

Alaric se lleva la mano a la barbilla, haciendo que piensa en algo, pero sus ojos me dicen que lo tiene claro desde hace rato.

— Schatz — sonríe.

— Schatz — repito.

Abre los ojos, y ensancha aún más su sonrisa.

— A la primera — dice.

— Tampoco vas a decirme que es, ¿no?

— Aprendes rápido.

Me sonríe y vuelve a girarse hacia su escultura, que está quedando mil veces mejor que la mía.

Llevo todo el día tratando de despejar mi cabeza, pero es imposible, Noah me ha llamado varias veces, y tras la insistencia, he decidido ir luego a verlo, al menos debo escuchar lo que me tiene que decir.

Gianna no ha vuelto a la habitación, supongo que está quedándose con Liam, y lo agradezco, siempre me ha gustado la soledad y más en estos momentos.

— ¿Averiguaste algo nuevo sobre tu investigación? — pregunta Alaric mientras recogemos las cosas de clase.

— Nada, he buscado información, tengo todas las familias con el apellido Johnson de la zona, pero no conozco a ninguna.

Vamos al comedor juntos, al entrar, veo a Noah y Liam en una mesa, pero no a Gianna, es extraño.

Liam está con los ojos hinchados, y siento como clava sus ojos en mí.

¿Ha llorado?

Siento la mano de Alaric en la parte baja de mi cintura, haciendo que aparte la vista.

— ¿Todo bien kostbar?

— Sí — sonrío.

Nos sentamos juntos en una de las mesas que están separadas.

— Bien, pues dime, ¿cuál es el siguiente paso? —Alaric abre una lata de refresco.

— No tengo ni idea... — lo miro unos segundos.

Me está ayudando, y debería confiar en él plenamente.

— Me mandó una carta — Alaric se atraganta con el refresco —. Quizá debería esperar a que me mande otra, esperar alguna pista...

— Para, para — agarra mi mano — Emma, esto no es un juego, alguien que no conoces te está mandando cartas, es acoso.

— Son cartas para avisarme — abre aún más los ojos —. Dice que estoy en peligro – falseo una risa para relajar el ambiente —. Seguro que es alguna broma.

— ¡Claro!, es mucho más tranquilizador saber que te avisan de un peligro.

Niego con la cabeza, y el móvil de mi bolsillo vibra, lo saco, rápidamente, ya que después del mensaje de ayer, no recibí nada más.

''Buenos días nena, me alegra que retomes tus clases, te queda bien el pelo suelto

-Eros''

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