CAPITULO 2. REACCIONES SALVAJES.

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Autoras: MARZELINEFILTH Y ELIZABETHSHANE

Sango se encontraba sentada en la banca del parque, las lágrimas se habían terminado, pero las palabras de Sesshomaru seguían en su mente. El miedo de que su amiga se enterara de la verdad no se iría.

- Sango... ¿Eres tú?

Ella levanto el rostro asustada, estaba tan concentrada en sus pensamientos que no noto que lo tarde que era. El hombre de cabello negro que la habían nombrado estaba frente a ella, con una radiante sonrisa en los labios. Pestañeo unas cuantas veces antes de identificar correctamente; por más que buscara en su mente no lograba saber de quién rayos se trataba. ¿Quién podía ser?

- Que rápido te olvidas de los viejos amigos-. Su voz sonaba bastante conocida, despreocupada y sexy. -Te ves cansada, ¿te acompaño?, así podríamos ponernos al día mientras caminamos.

-Lo siento, no salgo con extraños. Debo irme-. Sango se puso de pie con rapidez e intentos rodear al joven frente a ella.

Él bloqueo su camino y mostro su mas encantadora sonrisa. -Que ya no me recuerdes no significa que sea un extraño. Además, no creo ser peor que las personas que ya conoces.

Esa frase ella la había escuchado de un muchacho que había conocido hacia algunos años atrás. Quería recordarlo, quería saber cuál había sido su nombre, pero nada llegaba a su mente, hasta que él se acerco lo suficiente a ella como para que pudiese ver sus hermosos ojos azules.

Sango dio un grito, rápido se tapó la boca por la sorpresa. -¡Miroku! -. Dijo mientras lo abrasaba.

Él la recibió en sus brazos.

Ya lo recordaba, Miroku había sido el chico más feo de su clase en aquella época, pero Sango siempre se sintió atraída por su caracter, por su forma de afrontar las cosas, por su seguridad y por sus hermosos ojos azules.

Se habían conocido y formado una sólida amistad, a ella le daba mucha gracia la forma confiada en que se tomaba la vida; él no tenía dinero, pero siempre se las ingeniaba para que sus salidas a comer o a divertirse fueran inolvidables. Para ella fue muy difícil resistirse a sus encantos durante mucho tiempo, él era bastante atento con las mujeres, ninguna se le escapaba.

Sango lo consideraba su amigo, hasta que una tarde de verano se habían encontrado por casualidad en la feria que se ponía cerca de la playa, habían ido a pasear y comer. Cuando la feria cerró, decidieron caminar por la playa y al oscurecer prendieron una fogata. Era el ambiente propicio para que ambos se sintieran atraídos.

Él había tomado la iniciativa de besarla, y ella sin pensarlo le correspondió. Era tierno, suave, candente y sensual. La lujuria que significaba sus manos acariciando su espalda femenina la volvieron loca. Un simple susurro en su oído hicieron que ella se entregara a él sin pensar en nada que no fuese su nombre en sus labios.

Miroku era un caballero, y procuro siempre su satisfacción antes de la propia. Sango se sorprendió lo mucho que se dedicaba en complacerla y lo buen amante que era.

Al amanecer, se sintió avergonzada, porque él era su amigo. Así que rápido tomo sus cosas y lo había dejado abandonado mientras él seguía dormido. Miroku nunca le reclamo eso.

Cuando se separaron del abrazo, rieron al mismo tiempo.

- Pero como has cambiado-. Ella recordando lo flaco y feo que estaba, ahora era todo un hombre con cabello cortado a la moda y su rostro apuesto decorado con una sonrisa bastante seductora. El ejercicio le había sentado de maravilla.

- Tu también, tengo que decir que te has puesto más hermosa.

Ella sonrió hacia el alago, pero debía tener en cuenta que los años habían pasado muy rápido, y por propia experiencia sabía que no siempre mejoraban a las personas.

LiarsWhere stories live. Discover now