Capítulo 1

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23 de mayo de 2016, ese día cambio mi vida y la de toda mi familia. Aun recuerdo las lágrimas de mis hermanos. Los chillidos de mi madre mientras la lágrimas bañaban sus mejillas. Los insultos de mi padre.

Sus caras de decepción

Sin duda, ese es el peor recuerdo. Saber que has decepcionado a toda tu familia al completo. Saber que no te volverán a tratar ni a mirar igual. Saber que después de 6 años y 6 visitas en total, ellos no te conocen.

La cárcel te cambia, te hace mas fuerte y te da un golpe de realidad aun cuando piensas que lo sabes todo y que tienes los pies en la tierra.

Pero nada mas lejos de la realidad. Solo era un crio de 19 años con toda la vida y sueños por delante. Tenia una familia que me quería, que me apoyaba. Unos padres a los que adoraba, unos hermanos geniales y un futuro novio increíble. Además durante la semana entrenaba a un equipo de futbol de niños pequeños y esa, sin duda alguna, era la alegría de mi día.

Así fue como conocí al que yo llamé "el chico de mi vida". Alto, guapo, fuerte, jugador de fútbol y, para colmo, futuro ingeniero.

Las cosas entre nosotros fueron muy rápidas e intensas. No nos llevábamos mal, pero tampoco penséis que es la típica relación amor odio. Lo conocí por sus hermanos. Gemelos de 14 años que, al igual que él, jugaban al futbol. Más concretamente lo conocí por Alex, uno de los gemelos. Su equipo entrenaba sobre las seis de la tarde, una hora antes de que entrenara mi equipo de niños pequeños.

Su sueño era ser entrenador de fútbol así que mientras sus compañeros recogían y se iban a casa él se quedaba conmigo la mitad del entrenamiento.

El equipo juvenil entrenaba cerca de las 8 así que Alex muchos días se quedaba en las gradas estudiando hasta que su hermano mayor terminaba.

Sin embargo, otras muchas veces lo llevaba a casa y así, los días que el equipo juvenil no entrenaba coincidía con su hermano en casa.

Nos habíamos visto un par de veces por el barrio y, sobre todo en partidos y entrenamientos. Pero entre nosotros no había mas que palabras cordiales y leves saludos. Hasta que comenzaron las miradas por aquí, las miradas por allá. Leves caricias en discotecas y miradas de reojo deseando ser la persona que acompañaba al otro en aquel baile y no nuestros respectivos acompañantes.

Sentía que la tensión se podría palpar entre nosotros y en algún momento iba a estallar. Y, efectivamente, estalló. Más concretamente en los baños de aquel polideportivo después del partido de sus hermanos.

No sabría cómo explicar aquella noche ni aquellas sensaciones. Pero esa noche confirme que seria "el chico de mi vida". A partir de ese momento sentía que vivía en una nube. En los estudios nunca había sido malo, pero tampoco se me daban genial. Aprobaba y pasaba de curso, con eso mis padres estaban contentos y yo tranquilo. Pero desde que comencé esa relación todo empezó a fluir. De repente las tardes de estudio eran el triple de efectivas. Él era muy estudioso y se tomaba uy en serio sacar buenas notas. Así que cuando había que estudiar, era estudiar y no había otra opción. Su sueño era ser ingeniero biomédico así que, como he dicho, cuando decía de estudiar no se hacia otra cosa.

Yo, por mi parte siempre he adorado a los niños y mi sueño era ser profesor, con suerte estudiar el doble grado de infantil y primaria. Contra todo pronóstico y ante la sorpresa de mis padres, conseguí entrar en la carrera. Conseguí entrar en la carrera de mis sueños y me estaba encantando. Todo iba bien en casa, todo iba bien en el trabajo y todo iba más que bien en mi futura relación. Digo futura porque a pesar de que ambos sabíamos lo que había entre nosotros, nunca le pusimos una etiqueta.

Él estudiaba ingeniería biomedica en el extranjero así que las oportunidades para vernos desde que comenzó nuestra vida universitaria se vieron muy reducidas. Aun así las cosas nos iban genial hasta que, como he mencionado antes, llego ese 23 de mayo de 2016.

No me puedo creer lo que has echo. Eres lo peor de esta familia, eres escoria - chillaba mi padreDerek pero que has echo - lloraba mi madreDerek - susurraban mis hermanos mientras los policías me volvían a esposarNo os preocupéis por mi ¿vale?. Estaré bien - les dije antes de abrazar a mis hermanos, sabiendo que seria la ultima vez en mucho tiempo que lo haría

Y es que la vida es una mierda muchas veces. Dicen que el karma existe pero no recuerdo haber echo algo tan malo como para merecer esto. Nunca había sido un chico problemático. No me había metido en muchas peleas a lo largo de mi vida. Y tampoco era una persona con ánimos de discutir.

Sin embargo ahí estaba. Preso con 19 años, acusado de homicidio en defensa propia 

- Preso 126, Nabal Derek - dijo el oficial

- Soy yo

Pase

Y después de treinta exhaustivas preguntas, reconocimientos e informes, salía libre. En realidad, no libre del todo. Debía de realizar durante seis meses trabajos sociales como parte del proceso de reintegración social. El objetivo era que tras ese periodo fuera capaz de incorporarme a la vida social y laboral con normalidad. Pero para un expresidiario eso era prácticamente imposible. En este tiempo en la cárcel había conseguido continuar mis estudios. Sin embargo sin las prácticas correspondientes a mi grado no tenia titulo y nadie querría a un expresidiario como profesor de sus hijos.

También había comenzado a estudiar idiomas y diversos cursos relacionados con la enseñanza y el deporte. Si mis padres me hubiesen visto no me hubieran reconocido, pero eso no pasa desde hacia 6 años. Las únicas visitas que he tenido habían sido de mis hermanos, el día de Navidad. Por mi cumpleaños me mandaban cartas o tenia permiso para hacer alguna videollamada, pero estando mis padres en casa poco duraban esas conversaciones. Mi condena había sido reducida un par de veces por buen comportamiento y en los últimos 3 años había tenido la opción de salir un par de días en Navidad pero siendo sinceros, no tenia a dónde ir.

Salir, respirar aire fresco, sentir que no tienes mil ojos observándote. Hacia años que eso no pasaba. Empece a temblar, ahora que estaba libre mi vida dependía exclusivamente de mi y eso me daba pánico.

En la cárcel no es que tuviera a nadie preocupándose por mi pero inconscientemente no tenia que preocuparme de otra cosa que no fuera estudiar y buen comportamiento. Nada de vivienda, nada de comida, nada de ropa, nada de abslutamente nada.

Pero eso cambiaba a partir de ahora. Es cierto que durante estos 6 meses estaré en una especie de casa de acogida subvencionada por el gobierno. no todos los exconvictos en proceso de reintegración deben de vivir en un lugar especifico, de echo muchos vuelven a casa. Pero como he mencionado, no tengo casa a la que volver.

Eran aproximadamente las once de la mañana cuando salí de la cárcel y decidí ir al que seria mi hogar para dejar las pocas cosas que tenia, acomodarme e intentar organizar este nuevo periodo.

Tras otra hora de papeleo por fin tenia habitación asignada. Me habían comentado que compartiría habitación con otro hombre que ya llevaba aquí un tiempo, pero este no estaba en la habitación. Esta no era nada del otro mundo, pero en comparación con la cárcel todo me parece genial. Dos camas, dos pequeños armarios, una mesa con dos sillas y un pequeño baño. No necesitaba nada más.

Tras acomodar mis cosas, saqué una pequeña libreta y aquí comenzó mi vida

Todo vuelveOù les histoires vivent. Découvrez maintenant