¿Es normal sentirte feliz de estar en el pasado donde rencarnaste siendo un emperador que murió injustamente? Estoy seguro que no es normal pero ñe, ¿cuando yo eh sido normal? Exacto, nunca.
Decidí hacer lo que leí en algunos mangas... Fingir que p...
Los Todoroki fueron al castillo de larama que era especial para los hijos del emperador de sangre. Era un castillo con tonalidades azules y rojas, con pequeños cristales brillantes en las paredes, tenía un patio extenso, un jardín un lago y mesas para té.
Los sirvientes rápidamente hicieron reverencias al ver pasar a la familia imperial, otras cuantas mucamas se fueron de manera rápida. Cuando llegaron al centro del castillo vieron a los guardias que custodiaban el comedor.
── ATENCIÓN, LA FAMILIA IMPERIAL ESTA AQUÍ.
Se abrieron las puertas y entraron para encontrarse a las pequeñas estrellas haciendo una reverencia.
── Mis adorados nietos ─los niños se enderezaron y los mellizos corrieron a los brazos de la albina mujer.
── Abuela, te extrañe mucho.
La pequeña pelirroja sonreía al sentir los cariñosos brazos de la mujer, su alegría era enorme, abrazaba con total felicidad a su abuela; por otro lado, el pelirrojo solo se dejaba ser, aceptando el abrazo de su abuela, dejando que la albina besara su cara con cariño.
── y yo a ustedes, mis pequeñas manzanas.
Yasuo soltó una leve risa ante la cara de su melliza, Yasū solo opto por darle una leve patada a las piernas de su hermano.
── Tía...
La joven Todoroki abrazaba con fuerza a uno de los hijos de su amado y estúpido hermano mayor. Jin de nueve años, era reservado y muy tranquilo, y aunque no lo pareciera disfrutaba de pasar tiempo con sus hermanos, y si bien quería mucho a su tía, sentía que sus abrazos siempre lo asfixiaban, literalmente.
La pequeña niña de no más de diez años era cargada por su tío, no era mentira que la pequeña Saori era la favorita del príncipe Natsuo, una niña que por más tranquila que pareciera, disfrutaba de escaparse de sus clases y de la mayoría de deberes que tenía por ser una princesa, igual que Natsuo, era obvio que por eso el albino tenía más preferencia por la azabache.
Por otro lado, Mahoro pasaba de brazos a brazos por su tío y abuelo, aquella niña era de las más revoltosas y de las más queridas por su personalidad. Touya y Enji adoraban a la pequeña Mahoro por ser un imán de problemas, como ellos, cuando eran niños.
Shoto solo veía a su familia jugar con los niños, se lamentó un poco de que los demás no estuvieran, pero no podía hacer mucho, por ahora.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
── L-lo siento, s-sere más rápida la p-proxima vez, mi señora...
Una joven mujer de cabellos castaños estaba arrodillada en el suelo, de su frente salía sangre mientras sentía sus ojos picar por las lágrimas y su cuerpo temblar cual gelatina, hacer enojar a la mujer que estaba delante de la criada era un crimen, un crimen de temer. Aquella mujer podía hacer lo que le plazca y no recibiría regaño alguno, después de todo era una concubina, madre de dos niños y la favorita del emperador, ella era la mujer que había logrado quitarle el amor al sol del Imperio, ella siendo la mujer más temida y rica dentro del harén, Makoto.
