Capítulo 11: En el bosque

10 6 1
                                    

Teníamos que ir en bajada hacia aquél lugar, Garreth dijo que debíamos rodear el camino, pues la bajada desde donde nosotros observábamos era muy alta como para ir por allí.

Ambos cruzamos los arbustos, a mi me costó un tirón de pelos y un raspón en mi cuello de la que gruñí con cierto volumen al cual me recordó instante seguido Garreth que siseara. Me gesticuló con su boca en sílabas la palabra "Si-len-cio" con ojos saltones y siguió. Quería escupirle en la cara pero el momento no lo ameritaba.

Seguimos unos pasos hacia delante por las arboledas y al llegar a un pino enorme y ancho que destacaba de los demás Garreth se pegó a él con total cautela. Echó una ojeada y luego con su cabeza me ordenó que prosiguiéramos. Yo para todo esto estaba encorvada intentando pasar desapercibida, pero... Pensandolo bién.

-¿De qué nos estamos ocultando, Garreth?

-No nos estamos ocultando, estamos asegurándonos de que no haya espías - Dijo él en voz alta.

-¿Ya podemos...-

-¡Shhhh!

-¡Pero si tú estás hablando fuerte! - "Grité" en voz baja.

-No puedes hablar, recuerda que eres diosa ahora. Así que debes actuar como tal. Nadie es digno de escucharte.

-Sobre lo de diosa... - Empecé a señalar con mi dedo a la nada mientras pensaba las palabras justas para decir. - ¿Se supone que soy Louis?

-Eres Louís, o "Louiesse" como dirían los franceses. Sin acento en la "o", así el nombre es unisex, por lo que puedes ser un hombre o una mujer, es irrelevante.

Fruncí los labios con cierto asombro, pero también con cierto temor sobre lo que podría suceder a partir de aquí. -¿Eso significa que Louis no se llama Louis?

-Shhhhhhhhhhhhh

-Ya. Cacho.

Una diosa. ¿Quién lo iba a pensar? Soy ni más ni menos que una estudiante a punto de terminar el secundario y ya cargo con el peso de ser parte de una corporación que engaña gente.

No... Pensandolo bien, no estoy engañando gente. Estoy enviándolos al más allá. No sé si eso es bueno o malo exactamente.

Mientras mis pisadas crujen contra piedras y hojas debajo de mí, y mientras el caminar silencioso es acompañado por el piar de los pájaros, es imposible que entre tanta tranquilidad no me pregunte por qué quieren exactamente ir al infierno.

-Garreth ¿Por qué crées que esta gente desea sacrificarse?

-Pues... es muy probable que sus vidas sean unas mierdas, y se la quieran dejar para vivir a un ser querido que falleció anteriormente.

-Pero... ¿No querrían estas personas quizá subir a los cielos para estar con ellos?

-Eso es un motivo, solo que nuestra... Quiero decir, la religión cristiana, toma como pecado principal el suicidio. - De repente alcanzaba a ver la cabeza de uno de los hombres, de espalda al camino por el que veníamos girando yo y Garreth. Me daba escalofríos. Los parpados de ese sujeto parecían no querer cerrarse, tenía un rostro de miedo real. - Es decir, que solo pueden morir naturalmente o de lo contrario pueden ir al infierno, donde no se encontrarán con su ser querido. Pues, Louis, es decir... Tú - Al decirlo me golpeó con el dorso de la mano el hombro, lo cual reaccioné con mala cara, pero él ignoró por completo. - Decide quién debe morir, y cuando. Ya que tú conoces lo injusto que es esta forma de señalar a dedo a los pecadores que quieren acabar con su vida, por lo que pretendes arreglar las cosas mediante un pacto, ahí entras tú con el algis, y le das esa alegría. Ellos van al "cielo" y sus seres queridos una vez vuelvan a morir, viviran con ellos en el más allá.

Estrella VespertinaWhere stories live. Discover now