Un golpe no, dos golpes si

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Para Sero Hanta y Todoroki Shoto, no hay privilegio igual a ser vecinos de cuarto en la universidad.

Amaban la cercanía, estar separados pero saber que el otro estaba a solo una pared de distancia. Saber que si estaban estresados, tristes o simplemente deseaban compañía, podían dar unos cuantos pasos y enterrarse profundamente en los brazos del otro.

Además, amaban que la razón por la que tenían este lujo era una simple equivocación.

Sero no tendría que estar ahí.

El joven de ascendencia mexicana recuerda perfectamente el día en que, junto con aceptarlo en la carrera de enseñanza, le dijeron que el edificio destinado a esos estudiantes estaba en remodelación, por lo que no estaban disponibles todas las habitaciones y tendría que quedarse en otro durante un tiempo.

En ese momento su primer pensamiento, mientras subía las escaleras con una mochila y dos maletas con ruedas, fue que la suya era una mala suerte de categoría, porque el edificio donde lo dejaron quedaba el doble de lejos de donde debía ir. Su segundo pensamiento fue que el chico frente a él en el pasillo estaba teniendo problemas con su puerta.

Era un joven de aspecto pequeño y elegante que estaba tratando inútilmente abrir la puerta de una de las habitaciones mientras balanceaba una caja sobre una de sus piernas y su brazo. Y se notaba que estaba al borde de que algo se le cayera.

-Hey, hey- dijo acercándose y dejando sus dos maletas en medio del pasillo- ¿Necesitas ayuda?

-Por favor- pidió el extraño con voz suave pero clara.

Sero tomó la caja que llevaba en las manos y de inmediato se dio cuenta de que el chico era mucho más fuerte de lo que parecía, porque estaba muy pesada. Sin esa molestia, el desconocido no tardó más de unos segundos en abrir la puerta y pedirle amablemente que dejase la caja sobre el colchón de la cama.

Tras hacerlo, ambos por fin pudieron verse los rostros como corresponde.

Y ahí llegó el tercer pensamiento de Sero: ese chico era jodidamente lindo.

Tez pálida, rasgos suaves y finos, pestañas largas y ojos heterocromáticos que hacían juego con su cabello también bicolor. Tenía una gran mancha rojiza sobre la mitad superior izquierda de su cara, lo que resaltaba aún más su aspecto asimétrico, y llevaba puestos unos jeans ceñidos junto con un sweater verde musgo.

-Gracias- dijo el más bajo sacándolo de su ensoñación.

-No hay problema- aseguró extendiendo su mano- Sero Hanta, creo que seremos vecinos.

-Todoroki Shoto- se presentó correspondiendo a su saludo.

No volvieron a hablar durante al menos tres meses. A veces se encontraban en las zonas comunes del edificio, pero la interacción nunca iba más allá de un saludo mutuo sin detenerse.

Pero eso cambió la noche en que Sero, por ser estúpido, le dio un golpe a la pared que compartía con Todoroki a las una de la mañana.

Por lo general él no se dormía tan tarde, pero había estado buscando trabajos de medio tiempo con el portátil en su cama cuando sin querer le dio un golpe seco a la pared con el codo. De inmediato se reprendió a si mismo. Era muy tarde y lo más probable es que Todoroki estuviese durmiendo en su cama que estaba justo al lado de esa pared. Por unos segundos no ocurrió nada y Hanta tuvo la esperanza de no haber molestado a nadie.

Y entonces oyó un golpe proveniente del otro lado.

No fue la clase de golpe que pedía que se callara que normalmente se escuchaba en la casa de sus padres. Fue suave y tímido pero con curiosidad.

Itoshi Teru & Te Amo ~ |Seroroki One Shots|Where stories live. Discover now