XXII

915 115 8
                                    

«Grato reencuentro»

POV SHOTO: Iida y yo estamos esperando a que llegarán con alguna razón del rey, el guardia se había ido ya hace un largo tiempo y aún no regresaba con alguna razón para ellos.

-¿Estas bien?- me pregunto Iida, tal vez se dio cuenta de mi inquietante mordedura de labios o de mis inquietas manos que apretaba mis bíceps -si, claro- conteste desenrredando mis brazos ya que los tenia como si estuviese cargando algún bebé y le regale una sonrisa en señal de que lo que decía era cierto.

-si no estas seguro podemos irnos y regresar cuando estés más seguro- el era tan dulce y comprensivo era imposible no sentir nada por esa cara llena de seriedad, estire mi mano para tocar su mejilla y el cerro suavemente sus ojos y se apoyo  más en mi palma -Tranquilo, estoy bien ya estamos aquí;no vamos a dar marcha a tras- su rostro me regalo una pequeña sonrisa y el mío se iluminó me estire un poco quería darle un beso, así sea uno pequeño y rápido, me puse de puntilla ya que el es un poco más alto que yo estaba casi a milímetros de él pero una voz que me llamaba desde atrás hizo que parara y diera la vuelta para verlo.

POV IIDA: El estaba nervioso lo podía notar su cuerpo me lo decía -¿Estas bien?_ pregunté preocupado, si, este era mi plan; después de muchos meses pude convencerlo de que un tratado de paz era mejor que iniciar otra estúpida guerra con este reino, sabía que era perdido para nosotros juagr este juego nulo.
_Si, claro_ respondió y con una gentil sonrisa algo forzada se destenso un poco, volví a insistir de si estaba seguro pero nuevamente dijo que estaba bien. Puso una de sus manos en mi rostro y mi rostro sintió lo frío que estaba en señal de que estaba nervioso, abrí los ojos y lo vi levantar un poco sus pies del suelo al parecer me besaría.

POV AUTORA: Entre tanta gente en aquel patio lleno de soldados y fauna una pequeña voz chillona se escucho detrás de ambos, venía de la dirección del palacio, aquella voz conocida que ambos escucharon casi al mismo tiempo mencionar sus nombres -¡Shoto, Iida!- se escucho nuevamente,  ambos quedaron perplejos al verlo.

Era izuku! aquel niño que le servía anteriormente al Rey Todoroki se dirigía a ellos a pasos apurados corría con una alegre sonrisa en su rostro, se alcanzaban a ver pequeñas lágrimas salir de aquuelos orbes verdosos.

Seguía gritando sus nombres y ambos caballeros estaban atónitos  quedaban unos pocos metros para que el chico quedara junto a ellos, el de lentes estaba perplejo no sabía, que hacer, decir o si quiera podía mirar a otro lado; sabía que habían ido alli para buscarlo a él pero no esperaba verlo realmente, creyó que ya estaría muerto y sólo ayudaba a Shoto a ir allí al saber que su terquedad no lo dejaría hasta que viera el cadaver del pecoso, también quería el apoyo de ese reino llego de riqueza para que su Rey fuera fuerte nuevamente.

Sintió como su mano que antes era sostenida por el de ojos distintos era dejada por correr a tomar en brazos al pequeño que antes corría hacía ellos, ahora era sostenido en brazos por el Todoroki ambos lloraban y se aferraba uno al otro uno más bullicioso que el otro.

-Izu.. Izuku- dijo tomándolo cada vez más fuerte y casi en estado de shok -¡Shooottoo!- gritaba el de mirada Esmeralda, aferrándose a su espalda y cerrando los ojos fuertemente no podía pronunciar mas palabra que balbuceos incoherentes -¿como... Como escapaste?... - decía separándose un  de él y comenzando a revisar su cuerpo rápidamente -Iida ven!- le grito al de lentes sacándolo de su trance y que rápidamente llegó a su lado poniéndose de rodillas -Se.. Señor.. - dijo sin quitarle la mirada de encima al niño.

-Iida.. - soltó aún entre llantos el chico y salto a abrazarlo con todas las fuerzas que podía tener era un lindo y grato reencuentro entre ellos, izuku amaba poder velos nuevamente creyó que estaban  muertos o peor, viviendo en la miseria y pobreza de algún pueblo muy lejano se sentía a gusto de ver que ambos estaban bien.

-Nos vamos!-  grito sin chistar, después de procesar lo sucedido Shoto se paro y ordenó a Iida cargar al chico para irse de ahí -Pe.. Pero señor esto sería una ofensa- dijo tratando de hacer que entrara en razón -Dije que tomes a Izuku y nos fueramos- volvió a ordenar y sacó su espada, y en cuestión de segundos ya ese patio se había convertido en un campo de batalla.

Todos empuñaban sus espadas y en lo más alto de las torres se encontraba arqueros rodeandolos y apuntandoles, -¿Pero que mierda cree que hace este imbecil... - llegó gritando y blandiendo su espada hacia Iida que aún sostenía en brazos a Izuku, por suerte pudo esquivarlo y salió ileso en el momento.

Ahora se encontraban frente a frente el Todoroki y El Bakugou al parece enemigos por años -No me iré sin  mi Izuku- replicó enojado el bicolor -Ja! Tuyo?- bocifero con burla y sarcasmo el otro mandando el primer ataque que fue contra arrestado -Si, mio- infirio atacando una y otra vez al otro los ataque se volvían cada vez más violentos y nadie se atrevia a interrumpir tal acto ninguno de los acompañantes de Shoto había atacado por órdenes del segundo al mando y lo mismo habían hecho los guardias de Bakugou pues Izuku pudo explicarle a  Eijiro una  vez soltandose del agarre de Iida y el segundo al mando del reino le hizo una señal a  Momo, señal que claramente ella entendió e hizo que todos sus arqueros estuvieran listos pero sin atacar.... Aún.



Ya se notaba el cansancio en sus cuerpos ambos eran excelentes espadachínes y sus heridas no pasaban de un rasguño
-Kacchan basta!- grito en un desespero por parar tan absurda pelea

-Mi señor pare esta insolencia! - dijo el de lentes y corrió hacia el bicolor tratando de pararlo, le fue fácil ya que se encontraba ya exhausto.

-Kacchan porfavor para.. - gimoteo el de orbes verdes al encontrarse frente a él, tomándolo por el rostro con ambas manos.

-Te quieren..... Llevar... - con dificultad y recuperando el aire dijo sin quitar su mirada de enojo del bicolor -No, no lo harán, yo no iré a ningún lado- dulcemente le dijo a su amado y al parecer esto funcionó, soltó su espada y cayó abrazando a su pequeño conejito verde.



La Concubina Del Rey Where stories live. Discover now