𝐌𝐈𝐃𝐀𝐒 » 𝘔𝘈𝘙𝘝𝘌𝘓
Thea no era una heroína, ni una villana. No era alguien con una gran habilidad o superpoder, ni mucho menos una mutante. No era alguien especialmente inteligente o atlética. No era alguien entrenada y perseverante. No era...
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❝ NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE ❞
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LA LLUVIA DE ESTRELLAS adornando el cielo nocturno era un buen augurio para la familia Tavoularis, quienes estaban a punto de traer a la vida a su primogénita. La abuela de la niña nonata farfullaba sin parar dando vueltas en la pequeña habitación de hospital, inquieta por la situación de su futura nieta.
― Es ella, tienes que creerme ―repetía una y otra vez, más para si misma que para su hija en labor―. Esta bendecida, es el día.
― Celia ―nombró con voz dura el padre de la niña― Basta.
― ¡No estás escuchándome, Xander! ―chilló la mujer, pero al escuchar el grito de dolor de su hija bajó el tono de inmediato―. Es una diosa, esta naciendo una diosa.
― No digas tonterías, por favor ―murmuró él tratando de no pensar en las histéricas palabras de su suegra―. La niña está a punto de nacer ―lo tenía claro por la fuerza que su mujer aplicaba en su mano y los gritos ahogados que se escapaban de sus labios.
― La niña es una diosa.
― ¡Celia es suficiente! ―antes de que la discusión entre ambos pudiera ir a más, un llanto infantil captó la atención de ambos. La doctora cortó el cordón umbilical bajo la atenta mirada de los familiares, envolviendo a la niña en un manto para mostrársela a la madre.
― Enhorabuena señora, es una niña preciosa y saludable ―dijo la mujer con tono amable, ignorando los desvaríos de la abuela. Ni siquiera le pagaban lo suficiente en aquel precario hospital alejado de la mano de dios como para preocuparse por las alucinaciones de una señora que no era su paciente. Bastante tenía con tener que ocuparse de los partos sola debido a los recortes de personal.