Cempasúchil

35 6 0
                                    


Puse un camino de pétalos naranja. La casa se llenó de colores, ofrendas y azúcar.

Espere toda la noche junto a una foto.

Di vueltas y vueltas en el sillón, como una niña pequeña que intenta atrapar a santa claus.

La diferencia es que ya no soy una niña, y  Santa Claus no me importaba en lo más mínimo.

Pero aún con mi edad, creía en el cuento de que volverías. Entrarías por la puerta y quiza podría abrazarte una vez más. Así que espere.

Mucho.
Bastante.
Hasta que mi corazón se rompió otra vez.
Porque las flores se marchitaron y la comida se pudrió porque nadie vino a probarla.

Pensé que quizá te habías atrasado y vendrías la noche siguiente.

No fue así.

Bueno, quizá la siguiente.

Pero no llegabas.

Espere tres días, tres meses, siete meses.
Solo esperaba un sueño, tan siquiera.
Solo un abrazo.
Entregarte una flor.
Escuchar tu voz.
Enseñarte todo lo que hago para que estés orgulloso.

Puse un camino de flores, pero nadie camino por él.
Me quede con petalos naranja, comida casera y el corazón roto.

Aún esperandote.

—Al

























[Para nadie. Igual él no puede leerlo]

Escribí para no rompermeWhere stories live. Discover now