El Octavo Continente

El Resplandor: La Guerrera

Esto será una serie de 3 capítulos, espero que sea interesante. Podría agregar o quitar cosas luego, agradezco su atención

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 Un oficial entra al cuarto, allí a la luz de una lámpara incandescente, el hombre de rasgos asiáticos y el emblema del imperio del sol naciente en el hombro, se sienta en la mesa frente a una cabizbaja mujer de negros cabellos. El nipón traía consigo una libreta y una carpeta de archivos donde expondría a la mujer las primeras fotos y bocetos de un horrible paramo, carbonizado y quemado donde los cadáveres vuelos retazos decoran la tétrica escena. La mujer no responde, ni lo mira, con esto un segundo hombre entra, trayendo una máquina de escribir para transcribir el interrogatorio, que inicia a su llegada.

— Teniente de la policía militar, Jotaro Kurosaki, inicia el interrogatorio a Kureto Kaira, comandante del Regimiento Divino, el presente día 15 de octubre, sobre los eventos del pasado día 6 de agosto del presente año. —La Kureto maldice por lo bajo, al notar que el hombre que transcribe es en realidad un soldado de su nación enemiga, Estados Unidos, más es reprendida por Kurosaki.— Kureto-san, le ordeno responder las preguntas por ordenes del Emperador, bajo la autorización del Joven Emperador. —Kaira observa en vergüenza que el gorro del oficial porta el distintivo de Ryuhato Akira, el Joven Emperador que gobierna sobre ella y los de su clase.—

— Can you tell us about the event in Hiroshima? —Pregunta el extranjero, tipeando en su máquina que emitía el sonido al terminar la línea. Kureto Kaira muerde su labio inferior, abrazando las quemaduras en sus brazos escamados con sus manos vendadas; pues ella, era, parte de las unidades de dragones vivió en carne propia la detonación nuclear en Iroshima, por lo que daría de primera mano un testimonio ante las investigaciones sobre los efectos de las bombas. La mirada del oficial de su mismo bando mantiene sus ojos en ella, forzándola a responder.—

— Mi jornada empezó a las 6:00 AM —Comenzó su relato, seguido del tipear del extranjero cuando el oficial Kurosaki tradujo.— Mi regimiento tenia patrullas mañaneras programadas para partir a las 7:00 AM con rumbo al sur para custodiar la costa en respuesta a la reciente caída de la prefectura de Okinawa. En vista de que Iwo Jima había caído en control enemigo, y como comandante en suplencia de mi fallecido oficial, decido, como la semana anterior y aprobado por mi superior, dividir la tropa. La mitad se desplazaría hacia Kokura bordeando la costa, mientras que nosotros patrullaríamos los alrededores, la estrategia seria un trabajo conjunto con los radares en tierra para detectar naves en curso con la isla. Las ordenes, en caso de avistamiento, era esperar a que se nos diera una señal para interceptar, pero no entrar en confrontación directa. —Para Kureto, era una denigración de los suyos como guerreros ser reducidos a simples centinelas. Ellos, humanoides capaces de convertirse en bestias escamadas, por alguna razón, y contraria a sus parientes de los mitos, tenían escamas débiles, que podían ser perforadas por las balas enemigas si se mantenía un combate constante. A razón de esto, se los usaba como simples tropas de reconocimiento.— A las 7:00 AM, al iniciar la patrulla, el radar de aproximación temprana detecta al avión enemigo entrando en el espacio aéreo. Sobrevolamos el sur, sin dar señales de bombarderos, pensamos que sería un explorador. Anteriormente, el cazarlos o perseguirlos nos trajeron bajas al ser atraídos a una trampa o simplemente perderle la pista. No hubo contacto visual con el avión enemigo, por lo que volvimos a la base en pos de obtener información del radar local. —Podía recordar las veces que sus compañeros pasaron a estar fuera de combate en deshonra al caer víctimas de una trampa que en retrospectiva era tan obvia, aumentando su frustración.— A las 8:00 AM, en pleno cuartel, discutía por el teléfono con el operador de radar, cuando vimos el avión sobrevolando la ciudad. La gente estaba fuera de los refugios, ya que, como nosotros, descartamos un ataque. —