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Noa Pov

Era el último primer día de clase. Aquella mañana me desperté treinta minutos antes para poder pensar en cómo iba a transcurrir el día. Pensé en Dylan, pensé en mis amigos, pensé en el último curso, pensé en cada una de las asignaturas y pensé en mí. Pensé y continué pensando.

¿Alguna vez os habéis dado cuenta de que jamás vemos cómo somos realmente? Cuando nos miramos al espejo tan solo vemos el reflejo de una parte de la realidad. Porque cuando me miro al espejo no puedo verme la espalda mirándome a la vez la tripa. Pero tampoco puedo ver todo aquello que llevo dentro.

Creo que los demás tampoco pueden, nadie podía saber todo lo que pasaba por mi mente en aquel preciso momento.

Tras haberme vestido y desayunado, subí al coche de Michelle, que seguía siendo profesora del instituto. Para todo el instituto las personas de último año eran lo más parecido a los dioses del instituto. Yo tan solo esperaba que el profesor de matemáticas no empezara a dar clases aquel día.

Cuando baje del coche, me despedí de mi hermana, y me acerqué a la entrada donde había quedado con las chicas. Iba a ser un año de lo más raro. Ya no estaban los chicos, tampoco lo estaba Kayla, y había vuelto a hablar con Britney hasta el punto de contarnos muchísimas cosas.

Allí aún no había nadie, por lo que me senté en una de las mesas y esperé a que llegasen. No pasó mucho tiempo cuando eso ocurrió. Vi a las chicas llegar en el coche de Jose, el cual iba vestido con el uniforme de policía, ya que había empezado a trabajar e iría directo a iniciar su jornada laboral.

Las dos bajaron, cada una desprendía una sensación diferente. Podía notar a Danna algo nerviosa, pero en parte era alegría de volver. María, sin embargo, estaba triste, cansada e incluso confusa. Sabía que todo le recordaba a Matteo, y le entendía.

Nuestra situación era parecida, con la excepción de que ellos seguían siendo novios, se querían y se hablaban todos los días. Dylan y yo no. Ya no había un nosotros. Y no entendía el porqué, si nos habíamos querido tanto ¿Por qué ahora estábamos actuando como completos desconocidos?

Aquel día en el hotel, cuando todo se terminó, fue el último en el que le vi. Después de eso desapareció. Me enteré por mi padre de que había vuelto a su casa, había cogido sus maletas y posteriormente el avión que le llevaría a Harvard. Las últimas palabras que escuché salir de su boca se repitieron durante semanas en mi mente, y aunque lo seguían haciendo, ahora era con menos frecuencia.

Dylan formó parte de mi vida sin apenas darme cuenta, de manera involuntaria siempre estuvo ahí. Y de un momento a otro, él ya no estaba en mi vida.

-Buenos días- dijo Danna sentándose a mi lado junto a la otra rubia que me sonreía.

Yo les sonreí dejando de lado todos los pensamientos negativos que pude tener en ese momento.

-¿Llevas mucho aquí? Es que a mi primo se le había olvidado coger las esposas, que por alguna razón no estaban en el uniforme- María miró a Danna culpabilizándola del hecho.

-Ah no, yo no he hecho nada- se excusó esta última.

-Tú no, pero conozco a mi primo- aseguró.

Danna negó con la cabeza y yo solté una pequeña risa. Fue entonces cuando unos brazos nos abrazaron por la espalda. Enseguida reconocí ese agarre, pues no cualquiera llevaba una manicura que costaba más que un riñón.

-Buenos días Brit- le dije con una sonrisa.

-Buenos días preciosas- nos sonrió- el verano os sienta genial a las tres.

-No lo dirás por mis ojeras- le dijo María.

-Tú no tienes de eso- se rio.

Brit había vuelto a ser la nueva capitana del equipo de animadoras. Pero, esta vez, nosotras también estábamos. Al parecer Joan habló con la directora sobre la nueva capitanía del grupo. Al ser el antiguo capital, la directora se dejó asesorar totalmente por él. Y según lo que él cuenta, uno de sus contactos le pidió por activa y por pasiva que Britney se encargara de ello. A mí no me molestaba, mi amistad con ella iba mejor que nunca, al igual que con las demás de mis amigas. Britney se había convertido en una más.

Como cada año la directora iniciaba la mañana dando una charla en el salón de actos, para posteriormente asignar las taquillas de cada uno de los alumnos. Aquello ya se había vuelto una tradición. Esta vez, nuestras taquillas, menos la de Danna, se encontraban en un pasillo diferente. Estaban en el pasillo de las orlas de promociones anteriores, aquel pasillo tenía un número muy reducido de casilleros y tan solo unos pocos los obtenían. Podría decirse que nosotras tres habíamos sido afortunadas de tenerlas allí, solo las personas de último curso podían.

Aquel día había llevado conmigo una mochila con los libros, libretas, bolígrafos y más material que dejaría en la taquilla. A diferencia de años anteriores, no había llevado ningún tipo de decoración. Y recordé entonces como hacía justo un año me encontraba al lado de Dylan viéndole colocar minuciosamente todo en su taquilla.

¿Seguirá teniendo aquella foto?- me pregunté. Ya no sabía nada de él.

Escuché a Britney reírse al teléfono, supuse que hablaría con alguno de sus amigos.

-Eres idiota Brandon- se rio- no hace falta que vengas a recogerme.

Brandon. Creo que siempre que la había oído hablar con alguien había sido con él. Debía de ser una persona muy importante para ella. Y por alguna extraña razón me sentí muy familiarizada con ese nombre. Pero no conocía a nadie que se llamase así. Entonces ¿Por qué sentía la necesidad de seguir un camino imaginario que me llevara hacía allí? ¿Le había visto alguna vez? ¿Britney me había contado algo de él alguna vez? ¿Había formado parte de mi vida en algún momento? O mejor aún ¿Formaría parte ella?

La Estrella De Al Lado #2Where stories live. Discover now