Capítulo 9. Al filo del dolor.

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Aemond había tardado en llegar a Ojo de Dioses ya que Caraxes era más rápido que su propia dragona y cuando llegó tras bajar a tierra observó que su tío ya lo encontraba esperándolo, Caraxes ya no estaba, así que tras descender de Vhagar ordenó también que se alejara, caminando con paso firme hacia Daemon.

— No deseo matarte tío, pero si te interpones en mi camino para salvar a Lucerys lo tendré que hacer —. Dijo Aemond tras agarrar la empuñadura de su espada como un modo de mantener la guardia y ante la mirada expectante de su tío vio que sonreía con descaro.

— No podrás conmigo, Aemond, además Rhaenyra debió de contarte su plan, aunque no lo creas estaré dispuesto a seguirlo por mucho que quisiera acabar contigo y con tu estirpe de víboras que se adueñaron del trono de mi hermano—. Daemon en cambio había desenvainado a Hermano Oscura y la enfundia hacía su sobrino, quien no tuvo más opción que sacar su propia espada y fue así como la batalla en Ojo de Dioses comenzó.

Daemon fue el primero en comenzar el ataque haciendo que su sobrino tuviera que contrarrestar sus ataques y moverse dando a ver las habilidades que había adquirido como guerrero gracias a las enseñanzas de Criston Cole y su constante entrenamiento que siempre había hecho, Daemon parecía satisfecho llegando a considerarlo un buen oponente para él al ver sus movimientos y destrezas. En el aire también se libraba otra batalla, Caraxes había iniciado el ataque contra Vhagar quien no tardó en corresponder a dicho ataque en donde los dos dragones lanzaban fuego y se intentaban morder unos a otros.

La batalla solo era entre ellos dos, nadie sabía que estaban ahí más que Rhaenyra y los pocos habitantes que vivían en aquel lugar pero que no iban a intervenir. Daemon atacaba con todo y aquello lo pudo notar Aemond tras recibir varios golpes en la cara y el estómago que lo hacían perder la guardia y caer al suelo, aunque inmediatamente se giraba sobre el suelo y se levantaba atacando con fireza a su tío quien sonreía al ver la determinación de su sobrino y lo fácil que era provocarlo.

Pasaron unos minutos y Aemond tuvo una caída que hizo que Daemon tomara la ventaja y apresará a su sobrino contra el filo de su espada y el suelo amenazando con cortarle el cuello, a lo lejos Vhagar y Caraxes rugían al unísono.

— Dame una buena razón para no matarte aquí, Aemond—. Decía Daemon haciendo cada vez más presión con la espada sobre el cuello de su sobrino, una de sus rodillas la tenía sobre el estómago del rubio impidiéndole que se moviera.

— No voy a rogar por mi muerte, tío, solo sé que no me puedo morir sin antes salvar a Lucerys..—. Aemond respondió intentando quitarse de encima a su tío pero Daemon ejercía cada vez más presión en su cuerpo.

La salvación llegó cuando Syrax había arribado a Ojo de dioses junto con Rhaenyra, que inmediatamente se acercó a su esposo para tratar de calmarlo.

— Daemon suéltalo, es el único que nos puede regresar a Luke—. Rhaenyra pidió a su esposo y quien tras un momento no tuvo más alternativa que soltarlo, después de todo Daemon quería a sus hijastros aunque no fueran suyos y saber que les podrían hacer daño también le afectada. Una vez que se levantó dejando en libertad a Aemond, el menor Targaryen se levantó tosiendo tras haber sentido esa asfixia con la espada de su tío.

Daemon hizo que Caraxes detuviera el ataque contra Vhagar, su vínculo entre ambos era tan fuerte que le permitía ser más astuto y peligroso todavía. Aemond en cambio mandó llamar a Vhagar para que descendiera nuevamente. Antes de que Aemond se pudiera marchar, su tío le entregó su espada como la prueba de que había "acabado" con su vida y fue que Rhaenyra se acercó a su medio hermano.

— Muéstrale esto a Aegon y has que te crea sobre la muerte de Daemon, rescata a Lucerys y si no es posible avísame y haré que todo Desembarco del Rey pague por esto —. La reina sentenció aquello ya que estaba cansada de esta guerra sin sentido por culpa de los verdes. Acto seguido tomó la mano de su medio hermano y le hizo acercarse más a ella para decirle algo en voz baja. — En Desembarco del Rey te estará esperando alguien de la guardia de la noche con un arma que puedes utilizar contra Aegon, se inteligente y no lo vayas a desperdiciar—.

Mi linaje por tu amor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora