༻Epílogo༺

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Minho ya estaba decidido a continuar con su decisión, era un largo camino hacia abajo, pero estaba seguro de que valdría la pena.

Terminó de escribir las últimas líneas de la carta que no llegaría a manos del destinatario. Esperaba poder expresar aquellas palabras frente a Hyunjin cuando estuviera en el mismo plano que él.

Dejó caer la hoja doblada en forma de sobre al suelo viendo como el aire hacía que ésta se quedara atorada en una grieta del concreto.
Eso lo alivió un poco, al menos quien subiera allí podría encontrarla. Y al escuchar pasos acelerados a unos cuantos metros de distancia, supo quién sería el primero en leer aquella carta.

Jeongin llegó a la azotea del edificio mismo donde Hyunjin residió. Jadeaba de cansancio y mostraba preocupación y temor puros al ver lo que su amigo estaba a punto de hacer.

—Min... Baja de ahí... —se forzó a recuperar el aire, pues no tenía tiempo de respirar como asmático en ese momento.

—Jeongin... ¿Qué haces aquí? —cuestionó algo confundido, pues no recordaba haberle dicho a nadie donde se encontraría.

—¿Cómo que qué? planeo impedir que cometas una idiotez de tu tamaño. —respondió obvio.

—¿Quién te dijo dónde estaba?

—Minho, hay decenas de personas en la calle viéndote, entre ellas mi amigo Chan. —aclaró su garganta— En cuanto te reconoció, me llamó.

—Ah... Vaya, la gente en serio no tiene algo mejor que hacer. —ignoró la preocupación del pálido— ¿Qué ganan quedándose allí mirándome?

—Ese no es el punto, baja de ahí, por favor. —se acercó más.

—Sí, sobre eso... No será posible. —contestó con una normalidad poco creíble.

—Anda, vámonos, en serio. —controló su impulso de gritar— No puedes estar allí...

—En ningún lado dice que no. —se encogió de hombros— Además, ¿De qué otra forma podría ir con él?

—¿De qué hablas?

—De irme con Hyunjin y bueno, también con Felix. —suspiró— Ya tardé mucho.

—Minho... No digas esas cosas, sólo... Ven, dame la mano, vámonos. —nuevamente, retuvo los gritos y lágrimas que querían salir.

—No Jeongin, la decisión está tomada y no va a cambiarla nadie. —insistió con los ojos llorosos.

—¿Piensas dejarme solo? Min, eres lo único que me queda... —su voz comenzaba a romperse.

—Mentira, hace un momento dijiste que tu amigo Chan estaba allá abajo. —citó— ¿No lo ves? tienes más amistades con quienes estar... Y son personas que no te detendrán...

—Para, por favor. —respiró hondo— Tú no me detienes y no dejaré que hagas ésto.

—Sí te detengo, observa, estás aquí luchando por salvar un alma que ya está perdida, cuando podrías estar en casa tranquilo. —sonrió leve— No es algo justo para ti...

—Minho... Escucha lo que dices... ¿Te volviste loco? —Un temblor se implantó en su voz.

—Probablemente. —acomodó de mejor forma sus pies sobre la orilla de la azotea— Hyunjin se llevó muchas partes de mi, así que creo que la cordura es una de ellas.

—Ya... Baja... —dio un paso más, extendiendo su mano hacia el chico de amarillo, intentando alcanzarlo sin provocar un accidente.

—Claro, bajaré. —no se movió. Apareció por un par de segundos una leve sonrisa en Jeongin, misma que regresó a su estado ausente al instante— Allá, a la acera.

Hold On 「 Minjin 」Where stories live. Discover now