abra cadabra

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Halloween era una de las celebraciones más esperadas por los adolescentes.
El único dia donde es válido vestirse como unas mujerzuelas y nadie puede hablar mierda al respecto. Literalmente podías encontrarte con Mei Mei llevando solamente un trozo de tela encima y argumentando que su disfraz es la perfecta representación de una princesa griega.

—De que vienes disfrazado? — preguntó con la boca llena de mani y a punto de encender un cigarrillo.

—De zorro, ¿no es obvio?  —el joven señalo las orejas, se notaba que le había puesto empeño a su disfraz, aunque claramente esto había sido ignorado por Shoko.

—Pareces una zorra, eso queda claro.

La chica dio un trago a su bebida.

Por otro lado estaba Toji. Quien había decidido que sería un "hombre lobo" dominante, a juego con su novia y su disfraz de corderita sumisa.
Una opción  demasiado provocativa pero algo común en los zenin.

Aunque bueno, todo el mundo había optado por un
“Puti disfraz”
 
—Oh la la, señor francés — se mofó el zorro. — Creí que no vendrías.

Tras unos minutos burlándose de las raices europeas de su amigo Nanami, el albino tomó la botella de sake y lo sirvió en el vaso de jugo de su amigo.
El rubio llevaba ropa casual, típico en él.

—Pruébalo, amigo. No hagas esa cara, con esto pasaras la mejor noche de tu vida .

[··]

Aproximadamente veinte minutos después…

— Y los muertos aquí lo pasamos muy bien, entre flores de colores🎶

Las personas rodearon la mesa y observaron al muchacho de cabellos dorados, parecía que el chico se había pasado de tragos . El siempre moderado Nanami Kento estaba dándolo todo en la pista y con el micrófono.

Gojo al notar que todos rodeaban a su amigo se acerco a ver que pasaba, encontrándose con la sorpresa de ver a su amigo bailando y cantando sobre la mesa, al tiempo en que su camisa salía volando por encima de un par de cabezas.

Vaya que esos tragos de sake y shochu le habían quitado un poco de su amargura .

❂ ..

La fiesta transcurría de maravilla…

Nanami un poco más tranquilo, había accedido a un beso de tres con Toji y su novia.
Utahime se había escurrido a la cocina y asaltaba la alacena del anfitrión. Geto y Satoru platicaban amenamente con un par de hechiceros de Kyoto, mientras Ijichi y Shoko se manoseaban en el sofá.

Una fiesta “tranquila” con baba y condones por todos lados.

—Hey, chicos — exclamó Yu Haibara  — Tengo algo que podría interesarles.

—La ouija está prohibida, nos tomó varios días convencer al espíritu del conserje de que  ya estaba muerto y tenía que irse de regreso  al otro mundo. — contestó Shoko, sacando la mano del pantalón de su compañero, quien lucía rojo y abochornado.

Los invitados asintieron, recordando el incidente del año pasado, cuando Gojo había traído al recién fallecido conserje a tomarse unos tragos y bailar con ellos. Todos habían palidecido, pero la verdad es que el conserje bailaba bastante bien y el miedo los había abandonado apenas la segunda canción había comenzado.

—No es nada como la Ouija, déjenme explicarles. — comenzó con lo que sería una muy detallada explicación, sacando de su bolsa una vela negra de tamaño mediano.

[… ]

— ¿Entonces está cosa viene de Salem, Estados Unidos? — preguntó Utahime, haciendo espacio en su mochila repleta de latas y sopas instantáneas, por si al final le regalaban la vela, pues habían cortado su servicio de electricidad hacía días.

—Cuenta la leyenda que puede invocar ciertos espíritus, pero yo creo que son bobadas, además tiene una condición…

—¿La vela pone condiciones? — Inquirió Shoko. —puta vela.

—Así es — respondió Yu — Debe encenderla una persona VIRGEN.

Hubo un pequeño silencio, antes de que la mayoría se echara a reír.

—¿Virgenes? — se burló Toji. —¡Mi novia está embarazada!

—Shoko le estaba metiendo mano a Ijichi… no creo que sea virgen. — habló la chica de la cicatriz.

—Pues Utahime es una facilonga. — replicó la castaña, enfadada por haberse sentido expuesta.

—Geto y yo ya…

—No necesitamos detalles…. —gritó Mei Mei

—¿Y si alguien aquí es Virgen… entonces presenciaríamos algo paranormal?

—Pero si vemos cosas paranormales todos los días… —añadió Nanami.

—Siempre tan aguafiestas…  —replicó Satoru.

—Tengo una idea, ¿por qué no la enciende Nanami?

Quizá por la presión de las miradas sobre él o porque estaba demasiado ebrio y al fin y al cabo, no creía nada sobre la leyenda de las brujas de Salem, o sea, ellos eran hechiceros y personas normales. Seguro que los estadounidenses, tan faltos de cultura como se sabe que son, se han inventado una historia para nada más que  capitalizar la idea errada que tienen sobre aquellos que practican la magia.

—Como sea… esto es una estupidez — masculló el rubio, tomando el encendedor que le ofrecía su compañera.

Un humo morado invadió la estancia de la casa de Shoko y todos los invitados callaron.

Tres mujeres de apariencia peculiar aparecieron frente a ellos.

— Como que la de en medio se parece a la abuela de Nanami, ¿no? — le susurró Gojo a su novio.

—¿Así que un alma Virgen y pura ha encendido la vela, hermanas?

Fin.

Tarde pero seguro

Feliz Halloween atrazado

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