C a p i t u l o t r e s

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Yoongi apenas había podido pegar el ojo aquella noche ya que a su mente lentamente penetraban los recuerdos de la hermosa melodía del piano en la casa del embajador Henzo.

Su mente actualmente era una incógnita constante ya que sin siquiera poder visto al hijo doncel del embajador aquél ya había picado su radar de curiosidad y no dejaba que él pudiera descansar apropiadamente.

Y a duras penas al llegar la mañana se mantuvo cuerdo, parecía que su mente se encontraba en otro lado sin embargo pudo hacer algunos arreglos para el plan de ataque que pronto realizaría.

Su mañana y parte de su tarde se basó en visitar los lugares de concentración de gente que pronto se pondrían en modo de lucha y también de gente influyente e importante que apoyaban la causa libertadora.

Y ya al atardecer nuevamente se dirigía rumbo a la mansión del embajador Henzo.




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Jimin se encontraba feliz tocando el piano cuando alguien interrumpió en el salón del piso de arriba.

—Si piensas que tocando la más hermosa de las melodías lograrás conquistar al capitán estas equivocado, a él le gustan las bellezas delicadas y de buena presencia.

Jimin frunció el seño al escuchar la voz de Jungkook y antes de que él pudiera contestarle añadió:

—Sabes que ese cuento de que eres nuestro hermano legítimo no me lo tragó porque tú Jimin no te apareces en nada a Taehyung ni a mí, no eres agraciado como el resto de nuestra familia, tú mi querido hermano no perteneces aquí, mucho menos a esta famil-

Y antes de que termine de completar lo que sea que estaba diciendo Jungkook recibió una enorme bofetada de su madre y solo agachó la cabeza con vergüenza cuando se dió cuenta de su presencia.

—No creas que no se lo diré a tu padre, le haré saber todas tus palabras y pronto él decidirá tu castigo por estar molestando a tu hermano que además es tu mayor, Jimin es el hijo salido de mis entrañas y no permitiré que nadie mucho menos tú le digas estas cosas, mediante tus palabras me faltaste el respeto que me merezco como la señora Hikumoto. —dijo Hyerin mientras lágrimas caían de sus hermosos ojos.

—Madre yo-

—¡Cállate! Ahora mismo vete, no quiero verte por ahora.

Jungkook solo agachó la cabeza y se fue rumbo a su habitación hasta encerrarse ahí.

Hyerin llamó a la ama de llaves para pedirle que llame a su marido a la sala de música y a su hijo Taehyung.

Jimin por su parte solo se mantenía en silencio mientras silenciosas lágrimas caían de sus ojos.

Hyerin no lo podía creer a pesar de que sus tres hijos no eran suyos ella les había querido como si lo fueran pero la decepción que sintió en este momento por Jungkook no la dejó en paz.

Necesitaba Consuelo y quién mejor que su amado marido para dárselo, miró a Jimin y su corazón terminó por romperse en pedazos su amado hijo tenía lágrimas en los ojos mientras tenía la mirada perdida.

Cuando Henzo llegó junto a Taehyung pidió a la servidumbre que abandonará la sala y los ambientes continuos a esta.

—Jungkook ha enloquecido y me ha faltado el respeto. —susurro Hyerin mientras miraba a Henzo con los ojitos llorosos.

—Jimin... —susurró Henzo al ver al doncel peor o igualmente lloroso que su madre.

—Jungkook le ha faltado el respeto a nuestro primogénito, le ha llamado bastardo y le ha dicho que no pertenece a nuestra familia, insultando mis principios como esposa y madre. Le iba a dar una paliza y pude detenerlo a tiempo. —dijo Hyerin mientras su rostro cada vez se ponía más serio.

—¡Pequeño insolente que se ha creído para venir a faltarle el respeto a mi esposa y a mi primogénito! —exclamó Henzo mientras miraba a Hyerin gritando al instante. —¡Soora!

Después de un ratito de silencio llegó la mencionada al salón.

—Dile a Jungkook que venga inmediatamente. —dijo seco.

La institutriz asintiendo inmediatamente fue a buscar a Jungkook encontrándolo en su habitación sumido en sus pensamientos.

—Joven Jungkook su padre exige su presencia en la sala. —dijo después de ver a Jungkook en ese estado, mientras ella se dirigía de regreso al salón un lloroso Jungkook le seguía los pasos conservando una distancia decente.

—Pasé. —dijo Henzo en lo que tomaba un rollo de papel donde claramente se leía "Jimin Hikumoto, hijo de lord Henzo Hikumoto y de lady Hyerin Hikumoto". —A la próxima quien sea que jure que Jimin no es un Hikumoto su destino será la oca. ¿Entendiste Jungkook?  O, ¿Tengo que explicarte con manzanas?

—No papá. —apenas susurró Jungkook.

—Entonces, ¿Por qué hiciste lo que hiciste con mi primogénito? Jimin no es tu enemigo es tu hermano,  que sea la última vez  Jungkook, y por haber hecho la vida de Jimin imposible porque seguramente tenías tiempo de sobra, porque supongo yo que ya mejorase en la lucha con la espada y el arco, ¿No es así?

—Yo-

—A partir de mañana limpiarás las alfombras y cuidarás el jardín, no quiero excusas Jungkook y también haz de darle la comida y limpiar el establo donde se encuentran los caballos. No quiero ninguna excusa Jungkook porque para mí cualquier excusa que pongas a partir de ahora me es inválido.

Dijo Henzo antes de tocarse la sien en resignación y decepción.

—Ahora de rodillas Jungkook, disculpate con tu madre y hermano, promete hacerlo y hazlo de verdad, porque a la próxima incluso te dejo sin herencia, solo una persona mala hace lo que hiciste con tu hermano y tu madre.

Jungkook se quedó ahí plasmado tratando de procesar toda la información que su padre ponía en conocimiento.

Se puso de rodillas viendo a Jimin y a su madre y más lágrimas se acumularon en sus ojos.

Solo se agachó y pequeñas lágrimas cayeron de sus ojos mientras cada vez más su pequeña boca intentaba formular algo coherente.

—Yo lo siento totalmente arrepentido y avergonzado por mi comportamiento de hace un rato. —susurro.

—Ve a tu habitación Jungkook ahora tu presencia solo me causa desagrado, hoy y mañana quedas totalmente castigado, te encerrarás en tu habitación mientras reflexionas de tus actos de hoy.



















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By: Sugus ♡

Dulce Ilusión - YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora