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Después del acontecimiento de Luzu y Big Q, ambos tenían algo distinto en sus mentes. Luzu pensaba en proteger al pelinegro, y Big Q pensaba en protegerse del de ojos rubí. Aunque sus pensamientos era opuestos, tenían la necesidad de saber del otro.

Los días pasaban, donde sus interacciones eran de pocos minutos o incluso era nulo el tiempo que permanecían juntos. Luzu siempre lo esperaba por el campo y Big Q rara vez hacía acto de presencia, pero mayormente le dejaba unas cuantas hierbas y frutas que solo se encontraban en el bosque.

Un día Luzu se dirigía nuevamente al campo, cosa que ya era casi rutinaria, esperando ver a Quackity pero en su trayecto vio una pequeña luz por toda la maleza, se acercó con cautela y vio a una criaturita de color azul y con 4 alas. Con cuidado la tomó entre sus manos y la observó con más detalle, era como un pequeño humano. Al no saber a dónde llevarla, la guardo en un pequeño frasco que traía consigo, le hizo agujeros a la tapa y metió ahí a la criatura, para después guardarla en su mochila.

Espero en el campo una hora y al no ver señal de Quackity, se dirigió nuevamente al reino pues el querido rey Rubius le había citado estar presente aquel día.

Al haber llegado al pueblo fue nuevamente escoltado por la guardia real hasta el palacio. Al estar ahí, fue recibido con un abrazo del rey Vegetta que lucia un poco mejor y los moretones que tenía en su rostro ya empezaban a desaparecer.

— Querido Luzu, Doblas te espera en la gran sala. Es bueno verte por aquí, chico. — expresó el ojimorado para después retirarse.

Luzu fue dirigido a la gran sala donde pudo ver a su amigo.

— Buenas tardes, su alteza — dijo Luzu haciendo una reverencia.
— Vamos hombre, soy tu amigo antes que tu gobernante. Ven, toma asiento.

El de ojos rubí acató las órdenes de su amigo y tomó asiento enfrente de él, dejando su mochila a un lado.

— ¿Para que me citaste, Rubius?
— Titi murió...
— Eso ya lo sé, tienes que dejarlo ir. — dijo Luzu.
— Lo haré cuando él pague.
— ¿Quién?
— Quackity...él es el culpable de la muerte de mi hijo.

Luzu al escuchar el nombre del chico se quedó desconcertado, "Quackity no pudo hacer eso. Él parece más una víctima que un monstruo" pensó Luzu.

— ¿Estas seguro de eso, Rubius? — pregunto.
— ¡Claro que lo estoy, hombre! Él vino y le lanzó un hechizo a Titi. ¡El merece sufrir!

Luzu se asustó ante el arrebato de ira de su amigo, conocía a Rubius desde hace tiempo pero nunca lo había visto de esa forma.

El rey miro a Luzu para después dirigir su vista a la mochila de su amigo, ya que había una luz saliente de esta. Tomó la mochila, Luzu al verlo intentó quitársela pero fue detenido por los guardias.

— Rubius eso es mío ¡déjalo! — exclamó con desespero el de ojos rojizos.

Rubius sacó el frasco que brillaba y pudo ver a la criatura azul. Dirigió su vista a su amigo y después nuevamente al frasco. Reconocía esas criaturas.

— Guardias, sáquenlo de aquí. — ordenó.
— ¡No! ¡Devuélvemelo!
— Luzu...no me hagas hacerte lo mismo que le hice a Quacks.

El de ojos rubí al escuchar las palabras del rey, se quedó paralizado, "¿Qué le hiciste?" Se pregunto mentalmente ya que no podía trasmitir nada con su voz, el impacto de las palabras fue demasiado.

Antes de que lo sacaran, vio al rey acercase a una vitrina donde había unas enormes y gloriosas alas amarillas y vio los labios de su gobernante decir: "Me quitaste a mi hijo, te quitare todo entonces...al parecer tus alas no fueron suficiente, Quackity".








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Hola volví después de un tiempo, la escuela consume mi tiempo así que no he podido actualizar. Una disculpa por eso.

Gracias por leer <3

Betrayal of the heart -Luckity- Where stories live. Discover now