62 | SE ACERCA EL DESTINO

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El resto de la noche se pasó intercambiando historias. Alayna vagó por el castillo y se encontró con varios amigos. Encontró a Tyrion, Jaime y Joanna sentados junto al fuego, bebiendo y riendo juntos como si nunca hubieran pasado un tiempo separados, el pequeño Robb dormido en el regazo de Jaime con una pequeña sonrisa en su rostro dormido; Sam y Gilly llevando al pequeño Sam a la cama, Sansa en el patio comiendo sopa con Theon; y luego encontró a sus hermanos.

Se paró con ellos en las paredes del castillo, mirando el campo de batalla frente a ellos. Se cavaron trincheras y se instalaron trabuquetes para contener al ejército del Rey de la Noche, pero Alayna tenía la sensación de que no sería suficiente. Si no podían derrotar al Rey de la Noche, Winterfell se derrumbaría.

Se quedó en silencio con sus hermanos, hasta que finalmente dijo—: Jon es un Targaryen.

Tanto Asher como Aidan la miraron confundidos, por lo que Alayna se lanzó a contar los eventos que la llevaron a descubrir que su esposo no era quien le habían dicho que era. Cuando terminó, e hizo que sus hermanos juraran guardar el secreto, ambos quedaron atónitos.

—¿Entonces no tenemos que arrodillarnos ante la reina de dragones? —preguntó Asher—. Porque el reclamo de Jon reemplaza al de ella.

—Jon no quiere la corona —dijo Alayna—. Dejaría que Daenerys lo tomara felizmente.

Aidan asintió—. No confío en ella.

—Yo tampoco —dijo Asher.

Alayna negó con la cabeza—. ¿Alguno de ustedes ha escuchado hablar del Príncipe que fue prometido?

—Sí —respondió Asher—. Escuché historias al respecto. ¿Por qué?

—No puedo evitar preguntarme quién es —dijo Alayna—. Porque "Príncipe" en alto valyrio es ambiguo y puede representar a un hombre o una mujer.

—Ojalá nunca lo descubramos —respondió Aidan—. Y si lo hacemos, espero que no sea alguien cercano a nosotros.

—¿Por qué? —preguntó Alayna.

—Porque la historia cuenta que Azor Ahai, al forjar su espada fracasó tres veces antes de tener éxito —dijo Aidan—. Y la forma en que lo hizo fue al atravesar con su espada el pecho de Nissa Nissa, su sangre, espíritu y alma forjaron una hoja más fuerte que la vida misma. Con él, podría vencer los males que se avecinaban.

Alayna se estremeció—. Eso suena espeluznante.

—Sí —dijo Aidan—. Pero no debemos preocuparnos. No ha habido un Príncipe prometido por milenios. Podríamos sobrevivir al día en que renazca.

Mientras lo decía, Alayna volvió a sentir una sensación extraña en el estómago, casi como si le advirtiera que algo se avecinaba. Sacudiéndose, se volvió hacia Asher.

—¿No deberías estar con Jo? —preguntó Alayna—. Quiero decir, te vas a casar.

—Ya estamos casados —admitió Asher.

—¿Qué? —preguntó Alayna, palideciendo ante su revelación.

Asher asintió—. No queríamos esperar, así que hace unas noches le pedimos al septón que nos casara. No queríamos decírselo a nadie hasta después de la guerra.

—Lo entiendo —dijo Alayna, colocando su capa más alrededor de su cuerpo—. Está haciendo frío.

—Está viniendo —dijo Aidan—. Pase lo que pase, ya sea que vivamos o muramos, los amo a ambos.

Alayna asintió—. Y yo estoy agradecida de haberlos vuelto a ver.

Asher suspiró y colocó una mano sobre el hombro de su hermana—. Yo también.

BLACK BLOOD | Jon SnowWhere stories live. Discover now