#0 - Te conozco.

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Primavera, reinaba el calor en Tokyo. Las clases habían comenzado con un nuevo ciclo escolar, nuevas amistades, nuevas aventuras, nuevas experiencias, nuevos amores y nuevas despedidas.

Primer año de preparatoria, toda la escuela estaba hecha un caos, mucha gente nueva intentando averiguar su nueva aula, intentado saber si estarían con sus más cercanos amigos o si su suerte era tan mala como para ponerlos separados.

Todo el mundo estaba hecho un manojo de nervios, era una preparatoria muy importante en Japón, no todo el mundo tenía el "privilegio" de poder estar en ella, mentes brillantes y algunos transferidos de otros lugares hacía que los nervios de las personas estuvieran por los cielos.
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— ¡Bakugou! hasta que te encontramos, había demasiada gente en la entrada y no podíamos ver nada, espero que no siempre sea así o me volveré loco. — ya estába desanimado y apenas empezaba el día.

— ¿Pues qué esperabas? era obvio que esto pasaría y es un asco.

— ¡Animense! es un nuevo año, no me apaguen la energía de esa forma chicos — dijo el de ojos amarillos, de verdad que parecía que se podía descargar en cualquier momento debido a la actitud de sus amigos. — Por suerte estamos en la misma clase, no sé qué haría sin ustedes de verdad — se recargó sobre sus dos amigos haciendo que estos de pagaran más a él en una especie de abrazo.

— ¡Sueltame maldito bastardo! ¡te mataré si no dejas de hacerlo! — se forzaba por separarse del "abrazo" que se había formado pero le era imposible.

— Bro, si haces esos te llevarán preso — decía bromeando soltando una pequeña risa burlona mientras este rechinaba los dientes.

— Que malo eres conmigo, Kacchaaan — fingiendo llorar se pegaba más a su amigo enojón, se estaba jugando la vida haciendo eso pero era divertido.

— Mejor vamos a la clase ¿quieres?, es preferible eso a estar aguantandote maldito.

— Cuando éramos pequeños te encantaban mis abrazos, Kacchan — hacía un puchero con sus labios que hizo reír a su amigo pelirrojo.

— Éramos unos críos, no me compares con mi yo de 10 años.

— Buaaah, está bien, dejaré de hacerlo. Mejor vamos a clase que no falta mucho para que inicie nuestro mejor día de nuestras vidas. — mostró una linda sonrisa hacia sus amigos para así empezar a caminar y llegar a su respectiva aula.

Cuando habían dicho que era mucha gente no mentian, aunque igual cada vez disminuía más, irían todos a clase de forma más organizada, tranquilos y con indicaciones ya dadas, será más fácil caminar por los pasillos.

Kaminari y Kirishima, sus dos amigos de la infancia estaban platicando sobre lo que les esperaba ese día mientras él estába por detrás de ellos, caminando sin prestarle atención a algo en específico, nada le llamaba la atención.

Los pasillos estaban medianamente llenos pero no tanto como para impedir el paso, su aula quedaba en el segundo piso así que debían ir por las escaleras hasta que de la nada se escucha como si alguien tropezara un poco más enfrente de donde se encontraba él.

— ¡Lo siento mucho de verdad, no miré por donde iba! ¡perdón perdón! — Kaminari se disculpaba como si hubiera hecho algo espantoso, pero para su buena o mala suerte, solo había chocado con un chico haciendo que sus cosas terminarán cayendo al suelo.

— Deja te ayudo, de verdad que no era mi intención — seguía disculpándose por alguna razón.

Bakugou había dejado de prestar atención, sabía que no había pasado nada malo como para "desperdiciar" su tiempo viendo como su amigo se disculpaba sin sentido.

UN GATO DE OJOS AZULES. Where stories live. Discover now