Capítulo 2

1.6K 51 8
                                    

2 años después, mientras Elizabeth hacia una "limpieza" de sus "amigos" de Facebook. Vio entre ellos a Fitzwilliam Darcy. Abrió la ventana de chat y mitad dudosa, mitad nerviosa lo saludó.

3 horas después se despidieron.

― ¡Guau! – exclamó mientras veía la hora en la pantalla. Sí que era fácil hablar con él.

Aunque, reconoció para sí misma, fue amable, pero distante.

Días después, fue él quien la saludo, esta vez Elizabeth lo sintió más cálido.

Hablaron muchos días y de muchos temas.

Y comenzaron una rutina antes de irse a dormir. Hablaban, discutían, coqueteaban, hasta que el sueño los vencía.

Elizabeth, se había decidido a entregarle todo a él, no sabía por qué razón en específico, y aprovechando que la tonta de la novia lo había engañado con otro... bueno, ella no iba a desaprovechar esa oportunidad.

Así que lo hizo su confidente, su amigo... Y él a su vez le contaba todo a ella también, era como una manera mutua de decirse: puedes confiar en mi.

Así se enteró de la verdadera situación de Fitzwilliam, su papá había quebrado, y lo habían perdido todo. De eso hace muchos años atrás, antes de conocerse. Pero Fitzwilliam estaba decidido, junto con su padre, a sacar todo adelante otra vez, estaban trabajando juntos en un proyecto, a la vez que Fitzwilliam estudiaba. Elizabeth quería ayudarlo, pero el orgullo de Fitzwilliam no permitía ninguna clase de ayuda.

Eso solo hizo que lo amara más. Comprendía perfectamente sus razones.

Ella hizo planes para ir a visitarlo, ya que él no se podía permitir el viaje hasta Hertfordshire. Entonces ella viajó a Londres, un par de días, a escondidas de sus padres. Con la excusa de ir a hacer compras con Jane, quién también aprovecharía para visitar a su novio.

Se encontraron en el minúsculo apartamento de Fitzwilliam.

Cuando él le abrió la puerta, ella solo le sonrío, tímida, nerviosa y ansiosa.

― ¿No vas a saludarme? – le preguntó con una ceja alzada, y sonriéndose.

Estaba claro que quería que fuera ella quien diera el primer paso. Lizzie no se amilanó. Le puso las manos en los hombros, se puso de puntillas y le dio un beso.

Se apartó rápidamente y entró al apartamento.

― ¡Vaya! Sí que es pequeño, pero no pasas aquí, así que supongo que no es tan incómodo.

Fitzwilliam asintió.

― Tengo algo aquí que creo que te gustará –le comentó dirigiéndose a la nevera.

Era un postre de chocolate, con crema de fresa...

Elizabeth no sabía que el chocolate y la fresa eran su sabor favorito hasta que Fitzwilliam le dio a probar un poco de ese postre directamente de su boca.

Y luego le dio otro poco, y luego otro, y otro, hasta que ya no hubo postre; solo boca contra boca, mordiscos, manos y labios contra piel... hasta que solo se oían suspiros.

________________________________________________________________

Lo que quiero es felicitarte, veo que pudiste lograr tu objetivo...–Fitzwilliam intentaba irritarla, quería que se sintiera tan mal como él con esto que le obligaba a hacer su padre.

No sé de qué hablas. –dijo Lizzie sinceramente y con fastidio. Hace mucho tiempo le había dejado de importar lo que Fitzwilliam pudiera pensar o no de ella. Y hoy no era el día en que eso cambiaria. Además, estaba cansada, y la ropa aunque era cómoda y estaba hecha a la medida, ya le estaba molestando. Necesitaba llegar a su casa, quitarse esos infernales aunque, preciosos botines y meterse en la tina, después echarse una siesta. Había sido un día agotador.

¿Del amor al odio? o ¿Del odio al amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora