⇢prólogo.

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ᰔᩚ

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↬december, 1972↫

por alguna razón me sentía tan nerviosa, mis piernas me traicionaban al temblar por cada paso que daba contra el asfalto húmedo y eso provocaba qué me tropezara de vez en cuando, recordé mi día entero, había sido una reverenda mierda sin duda.

estaba sola y mis ojos se humedecieron al recordar el suceso de hace apenas unos meses atrás, estaba frustrada, me sentía impotente y patee una piedra con fuerza, mis largos cabellos se movieron con fuerza cuando el viento me golpeó de sorpresa, metí las manos en los bolsillos de mis pantalones gastados con la intención de desvanecer el frío que me invadió rápidamente, entonces recordé algo más y admití qué después de todo mi día no había terminado tan mal, conocí unos océanos tan azules que su simple reflejo me ahogó, su cabello rubio-castaño era algo rebelde al parecer porque comenzó a quejarse de que el viento se lo movía a la cara.

sonreí al recordar que me sonrojé al momento que lo sorprendí viéndome, solo había pedido un café americano y mientras lo preparaba el no paraba de verme y he de admitir que en ese momento yo lo vi como una obra de arte, sus facciones eran tan delicadas que juraba un verdadero artista lo había esculpido.

entonces le extendí su café, me pagó, me di cuenta que debía darle su cambio y aproveché la oportunidad para darle mi nombre y el teléfono de mi casa, pero tal fue mi sorpresa que cuando regresé para dárselo, ya no estaba y mis ojos entristecieron de nuevo.

y ahí me encontraba yo caminando de regreso a mi casa con la obscuridad del cielo cayendo sobre mí y entre mis manos la nota que no pude darle, pero justamente una cuadra antes me detuve al observar que alguien se mudaba a la casa de al lado, no le tomé importancia y seguí caminando, pasé justamente al lado de aquellas personas sin tomarme el tiempo de saludar siquiera, pero en el momento que me dispuse a abrir la puerta de mi casa una risa me hizo detenerme, sin duda era él y mis manos comenzaron a temblar.

—te lo digo enserio bri —continuó riendo.

—rog, por favor la cabeza en la tierra no en la luna —recriminó al aludido.

—era una chica bella, pero muy menor para mi gusto —mi corazón dio un vuelco y abrí la puerta de casa lo más rápido posible para meterme como un rayo.

¿hablaba de mí?

no sabía si eso le había dado puntos a favor a mi ego o lo había destruido, pero eso no me importaba ahora, estaría prácticamente a mi lado y quien sabe por cuantos meses o años, ¡dios mío esto no puede estar pasando!

vi por la ventana de mi habitación como terminaban de meter las cosas a su casa y el rizado se fue de inmediato, minutos después vi que encendió la luz de la habitación qué interesantemente estaba frente a la mía y entonces se quitó la camisa que portaba ese día, se quitó los pantalones quedando únicamente en boxers y se sentó en la cama, me sonrojé de inmediato.

«¿en qué demonios estás pensando michelle?»

después de unos segundos tomó una toalla azul sobre sus manos y apagó la luz, no vi nada más y mis pómulos se relajaron.

y ahí supe que este sería el inicio de la recuperación de mi inocencia...
  

recovery• roger taylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora