Steve Rogers

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Cuando eres un alcoholico en recuperación no es fácil reinstalarte en el mundo normal y eso lo sabía muy bien Steve y era algo que uniría a él y a Bucky.

A los 16 años comenzó a beber y fumar marihuana, las fiestas se volvieron en algo de todos los días, el llegar inconsciente a su casa se volvió una rutina. Cuando entró a la
Universidad disminuyó un poco las fiestas porque su padre lo amenazo con no darle dinero si seguía así. En su tercer semestre de universidad su compañero de cuarto organizó una fiesta y de nuevo el beber todos los días se convirtió en su adiccion.

Una ventana quebrada, vomitos, desmayos y algunas peleas eran las peores cosas que había hecho steve bajo la influencia de esa bebida, el no miraba como algo grave más bien eran los efectos secundarios "normales" de beber.

Cuando sus padres le dijeron que ya no pagarían la universidad si seguía con ese estilo de vida fue cuando tocó fondo. Quiso culparlos diciéndoles que si bebía era por culpa de ellos pero la verdad era que sus padres siempre habían estado para el, trataban cada día de ayudarlo y el bienestar de Steve siempre fue su prioridad pero estaban cansados de ver cómo su hijo destruía su vida.

El momento de revelación de Steve llegó un año después de que sus padres le quitaron el dinero; dejó de ir a la escuela y se fue a vivir a un motel de mala muerte en el centro de la ciudad, trabajaba en una tienda de autoservicio y la mayoría de su salario se lo gastaba en botellas de vodka de mala calidad y en juegos clandestinos de póker. Llevaba semanas jugando y perdiendo hasta que llegó el punto de deber más de 5000 dólares a las personas equivocadas quienes le dieron tres dias para que pagara su deuda.

Eran las 11 de la noche cuando decidió ir a casa de sus papás para rogarles por algo de dinero, les diría que ya cambiara pero que necesitaba esa cantidad para poder volver a empezar; obviamente estaba borracho cuando comenzó a tocar la enorme puerta de la casa y su madre asustada por los ruidos bajo enseguida y vio de pie a su hijo.

Steve entró y les contó como lo habían amenazado sino pagaba ese dinero; su madre estaba dispuesta a dárselo pero su padre no, estaba cansado de salvar a Steve de los problemas y que siguiera de la misma forma, sabía que Steve solo les hacía promesas vacías así que después de escuchar a Steve se fue del lugar y comenzó a subir las escaleras; Steve molesto fue atrás de él y cuando su padre estaba en el último escalón lo giró haciendo que ambos cayeran por las largas escaleras de la mansión.

El padre de Steve no pudo volver a caminar y eso era algo que Steve no se perdonaba. Pasó bastante tiempo para que Steve estuviera sobrio pero era lo menos que podía aunque en ocasiones quería volver a beber solo para olvidar lo que su adición había causado. Se graduó de la universidad y con ayuda de su madre se hizo cargo del negocio familiar, trataba de hacer todo lo posible para que la culpa se fuera de su cuerpo pero por más cosas que hacía parecía algo imposible.

Cada vez que estaba en casa con la mirada perdida su padre se acercaba y tomaba su mano y Steve no podía contener las lágrimas por ver a su padre en una silla.

"Prefiero estar en una silla a tu lado que estar caminando sin ti" le repetía cada vez que miraba a su hijo en este estado.


Nunca olvidaría la primera vez que vio a Alena con su gran sonrisa sentada entre la multitud de caras tristes o enojadas y eso fue lo que atrajo su atención ¿Que hacia esa cara ahí? Le hablo porque tenía el plan de algo más pero conforme fueron conviviendo en lugar de amor creció una gran amistad y desde ese día eran inseparables a pesar de todo.

Desde que volvió no había tenido la oportunidad de platicar con ella a solas y necesitaba saber como la había pasado sin él. Entró a la pastelería y vio a Darcy atendiendo a un hombre mayor y esperó hasta que se fue para acercarse a ella.

—Hasta que te dejas ver Steve.– Darcy lo miro de arriba a abajo sonriendo.
—Por lo menos se más discreta, no se como Alena no se incomoda con tus miradas.
—Es que Alena ya me probó.– Le guiño el ojo y se rio.
—¿Puedes decirle que estoy aquí?
—Podría... si estuviera aquí, no vino.
—¿Por que?
—Dijo que se sentía cansada.

Steve se quedó serio y el coraje le subió a la cabeza, Alena jamás faltaba al trabajar por estar cansada, podía estar con las piernas rotas y aún así iría a trabajar y el hecho de que Darcy se quedara seria cuando le dijo eso lo hacía sospechar más.

—Dime la verdad.
—Es la verdad, me mando un mensaje en la mañana.
—Se qué hay algo más Darcy, deja de darle vueltas.– La chica suspiro.
—Anoche vino Scott y... se fueron juntos él le dijo que quería hablar con ella.

Steve salió hecho una furia y se dirigió al departamento de Alena y ya que estaba ahí tocó la puerta con más fuerza de la necesaria.

—¡Alena! ¡Abre!– Seguía tocando.—¡Alena voy a tirar la puerta!
—Traqnuilo Steve.– La relajada voz de Alena salió del otro lado.— Tengo un poco de gripa, no quiero contagiarte pero estoy bien tranquilo.
—Abre la puerta, sabes que si la voy a tirar.

Segundos después la puerta se abrió y Alena estaba de pie aún con pijama.

—Te dije que estoy bien.

Steve la ignoro y entró al lugar buscando con su mirada algo o alguien. Volteo a ver a Alena y la analizo detalladamente y se acercó a levantarle la blusa y lo que se temía apareció.

—¿Por que Alena?
—Estoy bien Steve, estoy bien.– Bajo su blusa.

Alena recargaba su cabeza en el pecho de Steve y él acariciaba su espalda, ninguno decía algo y unos minutos después los sollozos de Alena rompieron el corazón de Steve.

—Él va a cambiar Steve.

Steve no dijo nada, solo la abrazo con fuerza y beso su frente y pensó que el defecto de Alena era tener demasiada fe en los demás.

DOBLE A | Bucky Barnes |Where stories live. Discover now