Matthew entro a la habitación en busca de su esposa Rhaema ya que las mucamas le habían dicho que ella lo estaba llamando, debido al embarazo avanzado de Rhaema obviamente pensó lo peor y fue tan rápido como pudo, aquellos 8 meses pasaron muy rápido
M: Ya estoy aquí, querida
R: Amor.. creí que no vendrías - Se soltó del suave agarre de las mucamas las cuáles intentaban que ella esté sentada para que el maestre la revise como todos los meses para ir a abrazar a su esposo, Matthew correspondio con cuidado y le dió un pequeño beso en la frente a Rhaema -
M: ¿Que sucede, maestre? - Le pregunto mientras mantenía uno de sus brazos alrededor de la espalda de su esposa de forma protectora -
Maestre: La princesa no quiere que la revise, ya llame a las parteras pero aún así nada, no será nada princesa Rhaema, solo es una revisión como todos los meses, por el bien del bebé
Rhaema no quería que nadie la revise con respecto a su bebé y descubra más de lo que ella querría que sepan ¿Y si el té de luna no funcionó y el bebé que llevaba ahora era de Aemond y no de Matthew? Rhaema empezó a sobrepensar de nuevo pero antes de alterarse, sintió la suave mano de su esposo sobre su vientre, ella lo miro con un poco de tristeza y amor, suspiro y dejo que el maestre la revisará junto a las parteras
Partera: Felicidades princesa, al parecer es un niño y podría nacer en una o dos lunas, así que prepárese majestad
Matthew, quien estaba de pie al lado de Rhaema tomando su mano, la volteó a ver con felicidad, ella lo miro con una ligera sonrisa en sus labios mientras acariciaba su vientre, iba a tener a un príncipe, lo que más le preocupaba a la princesa, era el color de su cabello, los maestres le dijeron que parecía ser solo un bebé, lo cuál la alivio ya que ella con tener solo un hijo estaba conforme, en eso, un guardia entro, parecía preocupado
Guardia: El príncipe Aemond quiere verla, princesa Rhaema.
R: ¿A-aemond?.. ¿Que hace aquí?... - Miro a Matthew quien parecía disgustado y preocupado por eso, ¿Aemond apareciendose de la nada? No tenía sentido, algo venía a decirle y no eran noticias buenas, Matthew se ofreció a ir para ver qué era lo que quería pero Rhaema se apresuró en responderle -
R: ¡No, tú no vayas! - Dijo en un tono casi desesperado, no quería que su esposo esté cerca de su tío, ella sabía que Aemond podría matarlo ahí mismo, y Rhaema amaba a Matthew que prefería protegerlo con su vida si era necesario - Mi tío pidió verme, y él me verá.
Dicho esto Rhaema se levantó del sillón con cuidado y salió de la habitación escoltada por un guardia
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