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"03. His own family"



— ¡Cachorro!

Isaac se hundió en los brazos de la castaña, aspirando su aroma mientras ambos daban vueltas por el loft, con Derek y Peter de espectadores.

Peter reía de los leves gruñidos del mayor.

Derek odiaba que tocaran demasiado a Celine, pero sabía del vínculo con Isaac, así que trató de contenerse lo mejor que pudo.

— Es bueno verte de nuevo, te extrañaba, niño.

Isaac sonrió al soltarla, con su lobo interior saltando de alegría cuando ella acarició su mejilla con amor.

— Yo no.

Los dos se giraron a mirar a Derek, que estaba de brazos cruzados en la cocina, con Peter palmado su hombro.

— Bien, muchacho, tu me caes bastante bien, pero ya debo irme.

Sin más que decir, el lobo mayor se esfumó del edificio. Nadie preguntó el porqué se iba, ni a donde, a veces era mejor no tenerlo cerca.

— Bien, Isaac, cuéntame qué ha pasado en este tiempo que estuvimos sin vernos — comenzó Celine mientras ambos se unían a Derek en la cocina — Más te vale y hayas estado alimentándote bien…

El lobo asintió. Él en verdad la extrañaba, nada era lo mismo desde que no compartía todo sus días con Celine, y era por eso que había ido a visitarlos.

— Nada se compara a tu comida… — Isaac se detuvo de repente, causando que ambos adultos lo observaban confundidos.

El adolescente tuvo que detenerse porque casi que la palabra "mamá" se escapó de sus labios, y de repente unas tremendas ganas de llorar lo invadieron.
No sabía cuánto le importaba Celine hasta ese momento.

— ¿Isaac? — llamó la chica, intercambiando miradas con Derek, ambos preocupados cuando él no contestó — ¿Isaac? ¿Estás bien?

Cuando el chico levantó su vista con ojos llorosos, Celine dejó su lugar al lado del azabache y estrechó entre sus brazos al menor, dejándolo descansar sobre su pecho.

— ¿Qué tienes, bonito?

— Es que te extrañaba mucho… — habló entre sus lágrimas, mirando a la chica apenado por no poder manejar sus emociones — Lo siento…

Celine sonrió con ternura al escucharlo, pero también apenada por no haber estado tan presente ese último tiempo para él.

— No llores, Isaac, me rompes el corazón… — pidió en un susurro, reconfortandolo — Escucha ¿Qué tal si hoy te quedas a dormir con nosotros? Tu vieja habitación está libre.

El rubio miró hacia Derek, pidiéndole permiso, y el mayor asintió con una sonrisa. Derek podía ser duro, pero jamás dejaría que Isaac se fuera en ese estado, una de las razones era porque no tenía tan helado el corazón, y la otra es porque Celine lo mataría antes de que aquello suceda.

— Bueno, hombres… — habló la muchacha, un poco más animada — Ustedes hoy, serán mis ayudantes, prepararemos una cena y comeremos juntos, en familia, vamos.

Con un nuevo panorama mucho más alegre, los tres se pusieron a trabajar. Celine era quien más hacia las cosas, claro está, con Isaac pasandole todas las cosas y con Derek poniendo la mesa mientras los observaba sonriendo.

Familia. Así los había llamado ella.

Era loco para él pensar que después de tanto tiempo en soledad, estaba volviendo a formar una familia, y debía darle las gracias a Celine por aquello, como por todas las cosas buenas que sucedían en su vida.

I KNOW PLACES | Derek Hale Where stories live. Discover now