Prólogo: Necesito hacer esto.

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(Advertencia: Mención de abuso. Alusión a la depresión. Maltrato implícito. Un poco de homosexualidad (Importante para la trama como no xd))

Un adulto de cabellos anaranjados se encontraba girando las manecillas de un reloj de bolsillo. Este era de un color dorado y sus números eran romanos.

-Necesito hacer esto.-murmuró aquel hombre, la habitación en la que estaba era muy espaciosa, si alguien entrará a su habitación pensaría que tiene una enfermiza obsesión con todo tipo de relojes. O quizás un fetiche.

Nada de lo que mencioné es cierto. Les contaré, ¿Este hombre? Es el Maestro del Tiempo, encargado de supervisar cada línea temporal, cada mundo, cada universo y cada dimensión posible. En si era un trabajo agotador pero no estaba solo.

Supongo que debería llegar a lo importante, este hombre ha visto demasiadas cosas en su trabajo y creía que ya nada le afectaba después de haber sufrido abuso por parte de diez hombres diferentes desde que era un niño.
Pero... Había cierto mundo que no podía ignorar del todo. ¿Qué mundo es este se preguntarán? Este mundo tenía por nombre "Naruto", cada mundo lleva un título que los define sea la persona más influyente ahí o palabras que definen aquel mundo.

Sean no era ajeno al sufrimiento, vivía diariamente con el como para no conocerlo. Ese mundo giraba en torno a una persona, está persona era Naruto Uzumaki: Un niño con deseos de ser amado y aceptado por su aldea.
¿Qué tenía de especial aquel rubio? No podía definirlo, tal vez era su calidez, tal vez era su brillante sonrisa, tal vez era su voluntad de no dar su brazo a torcer aunque lo tratarán de estúpido. Tal vez... Era porque se veía reflejado en el.

Observó todo su mundo de principio a fin y a medida que veía el sufrimiento, llanto y miseria de aquellos ninjas no podía evitar que su pecho se oprimiera. Sean siempre fue demasiado bueno para su propio bien y Xion le había dicho que esa sería su condena. Y... En parte tiene razón. En el fondo es un tonto blandito que se desespera por ayudar a toda persona aunque lo traten mal.

Se escuchó el crujir de la puerta abriéndose, Sean no tuvo que mirar para saber quién había entrado y solo suspiró.

-¿En verdad vas a hacerlo?-le cuestionó una voz masculina y grave con un tono de incredulidad. El de cabellos anaranjados asintió solemnemente. -Sean.-aquel hombre ya había colocado una mano en su hombro, el pelinaranja ni siquiera lo miró. -No tienes que hacerlo.

-Pero quiero hacerlo.-Sean lo miró a los ojos, sus ojos azules que tenían una tristeza palpable. -Esos ninjas han sufrido bastante y quiero que tengan una segunda oportunidad.-El hombre lo miró por un momento y suspiró cansado.

-¿Segunda oportunidad dices? Se te olvida lo que han hecho Madara y Obito. Sean... No todos merecen una segunda oportunidad.-el de ojos azules le frunció el ceño.

-Yo te di una segunda oportunidad.-un silencio se formó entre ellos, Sean respiró pausadamente. -Eras un villano pero cambiaste...-miró aquellos ojos marrones, uno de ellos tenía la esclerótica completamente negra, Sean sabía porque ese ojo se encontraba así. Después de todo... Xion había hecho mucho por el. -Y lo hiciste por mí.-le sonrió levemente, el hombre de ojos marrones mantuvo su silencio.

-Aveces puedes ser un manipulador ¿Sabías?-le dijo con tono tranquilo. -Si vas a hacerlo. No te detendré... Pero iré contigo.-El de cabellos naranjas no supo que decir, aquel hombre de cabello rubio ceniza tomó su mano y la entrelazó.

Sean lo miró por segundo para luego girar aquella manecilla del reloj que traía consigo, un destello envolvió a ambos hombres dejando la habitación vacía.

"Destino: Konohagakure No Satō.

Fecha: 25 de Enero, en medio de la Segunda Guerra Shinobi Mundial, un tiempo después de haber llegado Kushina Uzumaki.

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2022 ⏰

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